A ver si
soy capaz de contaros esta historia tan
romántica. había una vez una chica de nombre Elena cuyo padre le había
concertado el matrimonio con un tal Rodrigo, jefe de Highlanders. Sin embargo,
su verdadero amor es Malcolm. La chica va cruzando un lago en una barca cuando
se encuentra con un tal Uberto que se
enamora apasionadamente de ella. Pero es que Uberto no es Uberto, sino Jacobo,
rey de Escocia. La chica le ofrece su casa pensando que es un cazador perdido y,
cuando el tal Uberto llega a la casa, se
da cuenta de que es la hija de su enemigo Douglas, antiguo preceptor suyo que
se ha pasado al bando contrario. Llegan los amigos de Elena y cantan el compromiso
de Elena y Rodrigo lo que produce los celos de Ubaldo que, por cuenta propia,
deduce que Elena y Rodrigo no se aman y se va de la casa esperanzado. Malcolm se da cuenta que entre Elena y
Malcolm hay un “algo”, pero el ataque de las fuerzas reales hace que todos se
dispongan para la batalla. Siguen unos acontecimientos que desembocan en el
duelo entre Rodrigo y Uberto en el que muere el prometido de la chica. Es
entonces cuando Malcolm se dirige a palacio con la idea de que su antiguo
alumno lo perdone, pero el rey no quiere. Llega Elena que enseña el anillo que
le había entregado Uberto/Jacobo y, como es lógico, tiene paso franco en
palacio. Es entonces cuando la chica del lago descubre que Uberto es, en
realidad, Jacobo que, por su amor por Elena y en un alarde de generosidad,
perdona a Douglas y a Malcolm. Elena se alegra y canta la famosa aira “Tanti affetti in tal momento”. Y,
colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Toda
esta historia no es otra que La donna del
lago, ópera de Rossini basada en una novela de sir Walter Scott. Por
cierto, que también Raymond Chandler escribió una novela que se llama La dama del lago y que es una novela
fantástica como todas las del autor norteamericano.
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