Cuanta
William T. Vollmann, el genial escritor norteamericano, en un capítulo de su Europa Central, maravilloso libro que he
tenido la fortuna de leer este verano, que Sofia Gubaidulina le ponía ojitos a
Shostakovich. ¿Quién es esta compositora rusa? Pues doña Sofía nació en
Chístopol, Tartaristán, en 1931. La joven Sofía destacó desde muy temprano por recorrer,
en palabras de las autoridades soviéticas, “un camino erróneo” y por escribir
una míusca irresponsable por su afición a la exploración de afinaciones, pero “Shosta”
la apoyó y la chica se vino arriba. En los ochenta del pasado siglo, compuso su Offertorium
para Gidon Kremer, celebérrimo violinista letón, y algunos años más tarde, sus Four
Quartets, basado en los Four Quartets
de Eliot. En 1992, decidió venirse pata occidente y empezó a residir en
Hamburgo en donde compuso una Pasión según San Juan y la Pascua según San Juan.
Gubaidulina es conocida por los acordeonistas por sus conciertos para bayán, acordeón
tradicional ruso, y por los aficionado en general por sus extrañas combinaciones
instrumentales. Os la recomiendo, pero para momentos que no tengáis depresión.
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