Hay
lugares que son santuarios de mi infancia y de ellos os voy contando poco a poco en este
humilde blog. Uno de ellos es la tienda pontevedresa de Hijos de Vázquez Lescaille
que era la antesala del paraíso. La recuerdo en el pasaje, a mano derecha, con
escaparate a la calle. Al entrar, sonaba un carillón para indicar a los
dependientes que había entrado un cliente. Arriba, según se bajaba para el piso
bajo, mi paraíso en la tierra, estaban los discos de ópera y zarzuela; en el
bajo, en aquella habitación alargada que cerraba por el fondo unas cortinas
marrones, discos y “cintas” perfectamente ordenados por temas y cada tema
ordenado de manera alfabética. Yo me perdía, se me iba la tarde viendo aquella
música. Recuerdo que, recién estrenado mi Clío, compré una “cinta” de Grieg que
incluía su Peer Gynt y que la fui escuchando hasta Vilagarcía. Recuerdo también
un “vinilo” de Wagner en el que Baremboim tocaba al piano arreglos de Franz
Liszt; tampoco puedo olvidarme de discos de música gallega y de un Falstaff que
compré en las últimas visitas que hice a la tienda. Hurgando por ahí he sabido que los hijos de
Vázquez Lescaille tuvieron por padre a Enrique Vázquez Lescaille que fue el
primer radioaficionado de la ciudad de Pontevedra con el indicativo EAR – VL y,
a partir de 1934, EA1 BL. Esto me ha llegado al alma porque soy radioaficionado
desde hace más de treinta años, primero con el indicativo EB 4 CXZ y después,
ya en Ávila y en Valladolid, EB1 DRD, indicativo que sigo teniendo en la
actualidad, pero del que no hago uso porque esto de la radioafición está en
unas horas muy bajas con tanta informática y tanto teléfono y “guasap”. Don Enrique era médico de profesión, pero
tenía en la radio su violín de Ingres. También sus hermanos Evaristo y Vicente
fueron radioaficionados y de aquella emisora de los Vázquez Lescaille surgió
Radio Pontevedra cuando le vendieron a José Hermida Vidal la emisora EAJ – 40.
Por cierto, que Hermida Vidal también era “radiopita” con el indicativo EA1 BI.
No quiero saber qué ha sido de esta tienda porque evito pasar por allí cuando
voy a Pontevedra. No quiero que nadie me destroce el pasado.
Yo iba a la tienda de Vigo, cuando ésta existía. En mi caso tengo un mal recuerdo: me deben un disco que gané en un concurso. Justo coincidió con el periodo de cierre de la tienda y aunque reclamaba mi premio, mira tú que en ese momento nunca estaba el que llevaba ese tema...
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