En
esta ocasión, el señorito aburrido se llama Basílio de Brito y la chica, que se
aburre porque su esposo se había ido al Alentejo para trabajar en un
negocio de minas, se llama Luísa. Para el caso es igual y tanto da que da lo
mismo Lisboa, Madrid o Vetusta. Por si alguien no lo ha cogido, estoy hablando
de una novela fabulosa: El primo Basílio de
José maria Eça de Queirós. Eça, con ese portugués sublime del que hace gala,
escribe una novela que te engancha desde el principio y la escribe no de
cualquier manera (también enganchaba Marcial Lafuente Estefanía), sino con un
estilo genial: ironía, descripción minuciosa de la sociedad lisboeta, humor,
cambios de registro del habla, sensibilidad y, por no seguir, una capacidad
asombrosa de poner en solfa a tanto señorito que se pasaba todo el santo día
sin dar ni palo y, eso sí, criticando a Portugal, cuando, como dice Eça, es su
país el que les permite que puedan seguir haciendo sus calaveradas. No estoy
diciendo que en París no haya calaveras (recordemos la carta de Valera a padre
Coloma defendiendo, frente a las francesas, la moral de las españolas), pero lo
que sí digo es que esos calaveras aman a Francia y no reniegan de ella. El
señorito de Brito , que tiene querindonga en París de la France, pone a parir a
la sociedad lisboeta, pero se aprovecha de ella. En fin, dejemos estas
divagaciones y vayamos al grano: al igual que en Fortunata y Jacinta o en La
Regenta, de Brito, que conquista a su prima porque se aburría en Lisboa y
porque no se había llevado a su querida parisina, acaba destruyendo un
matrimonio en donde un buen marido (Jorge), que quiere a su mujer y que incluso
la perdonará cuando sepa de sus devaneaos con el primo en el Paraíso, el nidito
de amor que Basílio prepara en Lisboa, acaba viudo porque Luísa acaba muriendo
de dolor y de remordimientos. ¿Y el primo Basílio? Pues tan pancho. Cuando se entera
al ir a la casa a buscarla, se queda como el del romance: “que le daba igual”. El
vizconde que le acompaña, de su mismo jaez, le dice que la prima era un
embrollo y una pesadez y Basílio le contesta que, si lo hubiera sabido, ( lo de
que su prima se ha muerto) se hubiera traído a su Alphonsine. En verdad, que es
para verle en la calle y decirle, en portugués o en castellano, ese insulto en que
injustamente se asocian las acciones del hijo con las de la madre. En fin, lo dejo que me he acalorado un poco
con esta historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario