martes, 30 de junio de 2020

HERMANN HESSE TOMANDO LAS AGUAS


Ηermann Hesse se fue a Baden Baden a tomar las aguas y se puso a reflexionar sobre ese viaje y sobre su estancia en el famoso balneario de tal forma que, es más que probable, que las aguas no le sentaran bien. Cuenta Hesse su vida en el balneario y sigue con esa mala costumbre de reflexionar sobre los bañistas y sobre él mismo que es algo muy sano (me refiero a lo último). En el segundo relato, Hesse, que no es amigo de viajes, empieza a investigar sobre las razones últimas por las que ha hecho un viaje hasta su Suabia natal en donde ha sido invitado a dictar unas conferencias. Pero ¿realmente ha ido por las conferencias o ha habido una razón “menor”, el recuerdo de una sirena que apareció en un monasterio? Hesse, ese alemán devoto del budismo y de la espiritualidad, hace unas reflexiones muy interesantes en ambos relatos. ¿Reflexionan así los bañistas de Caldas de Partovia, de Marmolejo o de Corconte? ¿Reflexionarán así los miles de españoles que han salido de estampida ante la diabólica tentación de las playas? Reflexionarán así los viajeros que creen que por viajar mucho van a ser catedráticos?Dejemos abierta esta pregunta para el curioso lector,

1 comentario:

  1. Hola Luis, me encanta este blog, (¡cuanta sabiduría!). Lo sigo leyendo y nutriéndome de sus artículos. Saludos desde Argentina.

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