Tuve la
fortuna de conocer a la familia Entenza de Cela, Bueu, cuyo escudo de armas pongo en esta entrada de este blog, en aquella casa hasta
cuyas ventanas llegaba la luz del faro de la isla de Ons y en cuya cocina se
ponía el sol con ese afán suyo de maestro dorador. Corría exactamente el año
1993 y un servidor estrenaba su Clío blanco que aún anda circulando por la
estepa castellana y por los pinares de Boecillo y Viana para llegarse hasta el
Tomillar. Desde aquella “casa del sol poniente” se veían las playas de Agrelo y
Portomaior, y, en las tardes de agosto, era un placer de dioses llegarse hasta
Casa Ramón y tomarse una sidra. En otras ocasiones era Agustín Entenza el que
descorchaba una botella de Tinta Femia y con unas sardinas asadas en brasas de
carozos podías llegar a las esferas celestiales por donde es fama que anduvo
Escipión Emiliano. En fin, esto nada tiene que ver con lo que quiero contar excepto
el nombre de esta familia gallega que siempre me sorprendió porque conocía de
oídas la calle Entenza de Barcelona y no sabía qué relación podía tener esta
calle (carrer) con estos Entenza
gallegos; también porque hay hacer
justicia a aquellas sardinas que sobrepasaban los límites de los humano y de lo
divino.
Han
pasado casi treinta años y gracias a Internet he podido acceder a los Anales del
Reino de Aragón que en su capítulo I, libro VI dice así:
De la
expedición de los caballeros catalanes y aragoneses que fueron de Sicilia en
socorro del emperador de Constantinopla con Roger Brindez y don Berenguer de
Entenza, sus generales.
Y
es que resulta que los Entenza son un linaje aragonés que tuvo su origen en un
pueblo que en la actualidad se denomina Antenza, pero que se sigue llamando
Entença en el aragonés ribagorzano pues en la Ribagorza está este pueblo.
Visto,
pues, que los Entenza provienen de Aragón, desconozco de qué manera llegaron hasta Bueu
en Pontevedra y si realmente provienen de esta ilustre casa aragonesa que tuvo
su culminación en Berenguer VI Entenza, gran explorador catalán por el que se
nombró a esta calle barcelonesa.
Cabe
otra posibilidad y es que los Entenza nada tengan que ver con estos caballeros
catalanes y su apellido venga del participio de presente del verbo latino Sum, es , esse, fui: ser, que es ens, entis del que, en latín medieval, nos saldría *ententia ( hay que recordar que
en francés tenemos “entente”, pacto o acuerdo). Sería la misma evolución
fonética que encontramos en Fervenza, que da lugar a numerosos topónimos gallegos
y que vemos también en Ávila Las Hervencias) sólo que con la “f” aspirada en “h”
y el grupo t+yod (ty) sin pasar a “z” como es habitual en castellano frente al
romance galaico portugués.
Esto
último no lo tengo muy claro, pero lo que sí tengo claro es mi afecto por esta
familia, ya sean provenientes de tan alta alcurnia aragonesa como si su
apellido proviene de esta evolución galaica. La nobleza no es cuestión de
linajes, sino de buen corazón, generosidad y hospitalidad y de eso doy fe que
los Entenza de Bueu andan sobrados.
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