Allá por
los años veinte del siglo pasado, hubo en Galicia la buena idea de componer
zarzuelas con libreto en gallego. Os voy a hablar de dos: Non chores, Sabeliña y A lenda
do Montelongo de Bernardo del Río, compositor de Vilagarcía de Arousa. En
esta entrada os hablo de la primera y, en otra, de la segunda porque hay que
hacer las cosas con un poco de orden.
Non chores, Sabeliña es una zarzuela
gallega cuya música es del maestro Gustavo Freire Penelas, gran músico gallego
del que se deben obras tan famosas como “Airiños aires” o “Festa na tolda”. Por
cierto, que Freire da nombre al auditorio de música lucense. La letra en
gallego es de José Trapero Pardo. La edición que poseo es la que hizo la Xunta
de Galicia, más en concreto la Dirección Xeral de Política Lingüística, para la
representación que se llevó a cabo en el auditorio homónimo del autor de la música
un 27 de mayo de 1992 y un 22 de junio de ese mismo año.
Freire
puso una música sencilla pensada para que “a sua Sabeliña” fuera representada por
aficionados sin grandes conocimientos de canto, pero la obra es entretenida y
trata, como no podía ser menos, de los amores de Sabela por Xosé que anda que
sí que no con una tal Rosa da Avilleira. La obra termina bien y Sabeliña chora,
mais chora pouquiño porque Xose acaba volvendo con ela. Coma ten que ser!
Sin
embargo, quiero hacer una reflexión final que me sirve para ésta y para la otra
zarzuela pues ambas se escribieron en una situación muy concreta: la dictadura
de Primo de Rivera que había prohibido las que se hablara gallego, vasco o
catalán. Es la época de las Irmandades da Fala ( aunque éstas sean anteriores a
la dictadura de Primo) y del grupo Nos. Galicia, postergada durante siglos,
desangrada por una emigración desde mediados del XIX y abandonada por el
gobierno central, quería ( y tenía) que hacerse oír. En aquellos momentos, un
nacionalismo gallego era absolutamente necesario pues nada tenía que ver la
Galicia que hoy conocemos con la que era, sin ir más lejos, en los años setenta
del pasado siglo. Pero de eso ya os contaré en otra entrada.
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