jueves, 30 de julio de 2020

La προσκύνεσις de Alejandro Magno


De Alejandro hay mucho que hablar, pero hoy quiero contaros  algo que es curioso.  En el año 330.a. C, muere Darío III, el gran rey de los persas. Y nada más morir Darío, Alejandro adopta las costumbres persas. Recordemos que tres años antes, en el año 227 a. C., se había casado con la hija del noble bactriano Oxiartes. No sabemos, aunque parece que sí, si Alejandro se casó por amor o por interés político porque, casado con la hija del noble de Bactria, le sería muchos más fácil parlamentar con Oxiartes e introducirse en la sociedad persa. Sin embargo, lo más curioso es que, desde la muerte de Darío III, Alejandro adoptó la manera de vestir persa y, lo que  es mucho más importante, adoptó las formas de representación de la monarquía persa. ¿Por qué hizo esto? Es posible que para infundir auctoritas en los persas que vieron en el macedonio un persa “de toda la vida” y un persa que mandaba tanto y de la misma manera que  sus reyes tradicionales. Curiosamente,  ese boato persa incluía la προκύνεισς, es decir, ponerse de rodillas ante el  rey durante las audiencias. Me podéis decir que ya en la Ilíada y en la Odisea, se nos dice que los griegos, para suplicar, se abrazaban a las rodillas, pero esto es algo totalmente distinto: se trata, ni más ni menos, de que los cortesanos se tenían que arrodillar ante su persona.  Al pobre Alejandro le llegaría la Parca tres años después, pero Alejandro ya era el amo indiscutido de Persia algo que ni su padre Filipo II, ni Jasón de Feras habían conseguido.

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