Otro
arquitecto del que es muy difícil no haber visto alguna obra suya es Antonio
Palacios Ramilo, pontevedrés de Porriño, a
terra do bon pan, en donde nació en 1874.
Si decimos que suyos son el Palacio de Comunicaciones o antiguo edificio
de Correos de Madrid en cuya puerta un servidor jugaba con las palomas; el hospital de jornaleros de Maudes o la Casa
de las cariátides, en la actualidad Instituto Crevantes, pero a la que recuerdo
como sede del Banco Central, estoy casi seguro que vais a decir que habéis
visto alguna de sus obras. Pero además de estas tres obras, Iglesias Ramilo
diseña el Templo Votivo del mar en Panxón o la iglesia de la Vera Cruz en O
Carballiño, obra que no pudo ver terminada. Sin embargo, de todas las obras que
trazó este arquitecto gallego, la que más me sorprende es la casita que se hizo
para sí mismo en El Plantío, un barrio de Moncloa, y en la que murió. Los
grandes genios son así.
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