Mucho me llegó Granada y quiero contaros de ese “mucho”
por medio de este soneto. Espero que os guste.
( La foto es mía)
GRANADA
Agonía
del agua es en Granada
un
suave susurrar de surtidores,
la
fuente que en jardín para amadores,
revela
su canción enamorada.
Un
carmen con cancela bien cerrada;
un
viento que pasea entre las flores;
canarios
que, en la tarde, son cantores
de
historias en la plaza tan callada.
Silencios
de San Juan con el Amado;
silencios
de don Pedro[1]
por su huerto;
silencios
de Morente en el tablado;
Boabdil
suspirando desde el puerto
y
Luis[2], desde su
casa, iluminado,
a
Falla va dictando su concierto.
[1]
Don Pedro es, como el curioso lector habrá supuesto, el gran poeta granadino
del Barroco, don Pedro Soto de Rojas.
[2]
Quizás no haga falta esta nota, pero nunca se sabe. Luis es don Luis Rosales
que desde su casa de la calle de Angulo, iluminada por su arte poético, le
dicta un concierto a don Manuel de Falla.
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