Soy
un gran aficionado a la novela de autores norteamericanos y de todo los que conozco
- que son unos cuantos-, ninguno me ha
llegado tanto como este autor del sur que tiene un nombre curioso: Hollywood
Floyd. Lleno de arte, nos hace gozar con su prosa suave, casi olorosa como la
loción para después del afeitado que lleva por apellido. De toda sus novelas,
me quedo con El rumor del lago,
bellísima novela llena de lo que algunos llaman, equivocadamente a mi modo de
ver, “prosa poética” cuando lo que quieren decir es que el escritor escribe con
sentimiento, escuchando lo que las cosas nos quieren decir. Ya Virgilio hablaba
de las lacrimae rerum y él fue uno de
los grandes poetas que se pararon a escucharlas. Dificilísimo de encontrar en librerías y tan
sólo legible en traducciones de principios del siglo XX, Hollywood Floyd es un
autor extraño que cautiva con su prosa. Seguro que me lo vais a agradecer si dedicáis
alguna tarde de este verano a leerlo.
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