Releyendo
a Martín de Braga, más exactamente en su
De correctione rusticorum encuentro
cosas muy curiosas. Dejo de lado, aunque volveremos a ello, ese culto tan gallego
a los lugares de la naturaleza y paro mientes en un pasaje en donde el
bracarense habla del calendario. Veamos el texto en latín:
[1]
Similiter et ille
error ignorantibus et rusticis subrepit, ut Kalendas Ianuarias putent anni esse initium, quod omnino
falsissimum est. Nam, sicut scriptura sancta
dicit, VIII Kal. Aprilis in ipso aequinoctio initium primi anni est
factum. Nam sic legitur: et divisit
deus inter lucem et tenebras. Omnis autem recta divisio aequalitatem habet, sicut et in VIII Kal.
Aprilis tantum spatium horarum dies habet quantum et nox. Et ideo falsum est ut Ianuariae
Kalendae initium anni sint.
De la misma manera, también los ignorantes y las gentes del campo cayeron
en el error al considerar las Kalendas de enero como el principio del año, algo
que es del todo falso. Pues, como dice la Santa Escritura, el día octavo antes
de las Kalendas de marzo, en el mismo equinocio, se produjo el comienzo del
primer año. Pues así se puede leer: y
separó Dios la luz de las tinieblas. Pues, como toda división bien hecha,
tiene igualdad, sucede que, en el día octavo
antes de la Kalendas de abril, el día
tiene tanto número de horas como la noche. Y, por esa razón, es falso que las
Kalendas de enero sean el comienzo del año.
No puede estar más claro: Martín de Braga
se queja de que los campesinos gallaeici celebran
el primero de año cuando lo celebramos nosotros y aboga por su celebración al
comienzo de la primavera o, lo que es lo mismo, en el equinoccio de primavera
en el que los días se igualan a las noche y se produce un reverdecer de la
vida. Así sabemos que era también en Roma hasta que se cambió por las Kalendas de enero, fecha en la que se
nombraban los cónsules y se cambió porque hacía falta enviar cónsules nuevos a
la guerra de Hispania. Hace poco he leído que esto es un bulo, pero así lo
aprendí y así os lo cuento.
Sea como sea, resulta que los
campesinos de la Gallaecia estaban más romanizados que el propio San Martín que
aboga por recuperar, como principio de año, la primavera, algo muy lógico pues
no tiene sentido celebrar la Nochevieja en medio del frío del invierno.
Pero no sólo esto pues, un poco más
arriba, Martín se queja de que los gallaeici nombran los días por los nombres
de los dioses latinos tal y como hacemos nosotros: Luna nos da el lunes; Martis (genitivo de Mars), el Martes; Mercurii (genitivo de Mercurius), nuestro
miércoles; Iovis (genitivo de Iupiter), el
jueves, ; Veneris (genitivo de Venus), nuestro viernes y, por fin, el sábado, que en nuestra cultura viene del Sabat
judío, pero que para los anglosajones es el Saturday. Nos hacemos cristianos
con el domingo (de Dominica dies o día del Señor), pero no así los anglosajones
que lo llaman Sunday.
Así
dice el panonio:
[1] Qualis ergo amentia est ut homo baptizatus in fide Christi
diem dominicum, in quo
Christus
resurrexit, non colat et dicat se diem Iovis colere et Mercurii et Veneris et Saturni, qui nullum diem habent, sed
fuerunt adulteri et magi et iniqui et male mortui in provincia sua! Sed, sicut diximus, sub specie nominum istorum ab hominibus stultis veneratio et honor daemonibus exhibetur.
Pues
¡qué locura es esa que hace que un hombre bautizado en la fe de Cristo no dé
culto al domingo, día en que Cristo resucitó, y le llame diga que da culto al
día de Júpiter, de Mercurio, de Venus y de Saturno que ningún día tienen, sino
que fueron adúlteros, magos y dañinos y que hasta en su propia tierra acabaron
mal. Pero, como dijimos, bajo la forma de Esos nombres se produce la veneración
por parte de estos hombres estúpidos a los demonios.
Nadie
le hizo caso al santo panonio excepto nuestros hermanos portugueses que
empezaron a nombrar los días por feiras
y así tienen segunda feira (lunes), terça feira (martes), quarta feira (miércoles), quinta feira (jueves) y sexta feria, viernes. En esos días no se
celebran ningún santo en particular y hay distintos tipos de ferias: del tiempo
ordinario (tempus per annum), ferias
de Adviento, ferias de Pascua y así con los diferentes tiempos litúrgicos. Pero, ¡ojo!: en latín feriatus significa festivo o día de fiesta. Por qué razón los días
de trabajo se convirtieron en “ferias” es algo que no he encontrado y que me
gustaría que me ayudaría a encontrar. Gracias.
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