El
día 22 de julio, además de ser Santa María Magdalena, es san Platón, un monje
de Asia menor que sufrió martirio allá por el siglo IV de nuestra era en la
ciudad de Ancira, hoy Ancara. Si traigo a colación a este monje es porque dio
lugar, al estar incluido en el santoral, al nombre propio de Platón del que
procede nuestro apellido. Según los
expertos en genealogía y heráldica, la aparición de un nombre de pila en un
apellido, lo que técnicamente se denomina apellido patronímico, se solía dar, muy habitualmente, en el caso de los judíos conversos que, al
bautizarse, tomaban como apellido el nombre de un santo. Así tenemos apellidos
que coinciden con nombres: Alonso, Miguel, de Pedro, Benito, Andrés y un largo
etcétera. ¿Significa esto que los Platón descendamos de judíos? Es muy difícil
precisarlo, pero sí que os puedo decir que, por mucha limpieza de sangre que
queramos buscar, al final, en España, todos
somos un poco moros, un poco judíos y un poco cristianos. Lo que sí podemos
afirmar es que el apellido Platón aparece en las actas de los juicios que se
llevaron a cabo contra las brujas de Vizcaya y que los Platón eran guipuzcoanos
que se vieron obligados a dejar su tierra después de estos procesos que
tuvieron como epicentro la villa de Durango, en lo que se conoce como proceso
de las brujas de Anboto. Es largo el tema y no podemos pasar de este simple
apunte.
De
lo que sí que puedo dar fe es de que nuestro apellido figura en un libro de la Parroquia de San
Cristóbal en Boecillo del que pude hacer fotocopias en su momento, pero que, a día de hoy, está desaparecido y de que, según el libro
parroquial, el apellido Platón se
registra en Boecillo desde antes el siglo XVII con la aparición de un tal
Gregorio Platón, nombre que, por cierto, se ha repetido mucho (basta con echar
un vistazo al libro) dentro de nuestra familia. En la actualidad, el apellido
Platón podría ser lo que los biólogos llaman un endemismo pues es raro que se
encuentre fuera de Boecillo y , que yo sepa, tan sólo encontramos “Platones” en
Matapozuelos y en Madrid a donde sin duda los llevó la emigración de después de
la Guerra Civil. El más conspicuo de los “Platones” es Miguel Platón Carnicero,
periodista afamado que trabajó en el semanario Época que dirigía, si no mal recuerdo, Jaime Capmany. Este Platón,
curiosamente, nació en Melilla, muy lejos de nuestro
Boecillo, y desconozco si tiene alguna
relación con los “Platones peninsulares”.
¿Vinieron
los “Platones” desde aquellas tierras del norte y se asentaron en lo que, por
aquellos años era una simple aldea de adobe? Nada podemos saber al respecto.
Como cosa particular, yo digo que esa
murrias extrañas que nos entran a los Platones puede venir de algún gen loco
que recuerda la expulsión aquellos verdes paisajes guipuzcoanos. Pero esto son
cosas de poetas y a los poetas no se les debe de hacer mucho caso e, incluso,
como decía Platón, el filósofo, expulsarlos del gobierno de la polis.
Foto: Ayuntamiento de
Boecillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario