A veces, en esto días de julio,
suceden milagros literarios como éste del que os quiero hablar. Tenía yo las
poesías completas de Maria do Rosário Pedreira desde la última vez que estuve
en la FNAC de Oporto y no las había terminado. En la frescura de las mañanas
boecillanas me he terminado tan maravilloso poemario. Quizás es de lo mejor que
he leído en toda mi vida en lo que a poesía se refiere porque Rosário trata el
amor como sólo una portuguesa lo puede tratar y, en ese amor, hay también una
dosis de dolor que lo hace más intenso, más vivo, más real. Pero basta de palabras y que hable la gran
Rosário Pedreira:
Omde
quer que o encontres-
escrito,
rasgado ou desenhado:
na
areia, no papel, na casca de
uma
árvore, na pele de um muro,
no
ar que atravessar de repente,
a
tua voz, na terra apodrecida
sobre
meu corpo- é teu,
para
sempre, o meu nome.
Y
basta.
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