He
terminado ayer de oír esa maravilla que es la obra completa de Schumann interpretada
por Wilhem Kempff, ese pianista y compositor alemán que tocaba a Beethoven,
pero que no se olvidó nunca de Schubert, Schumann o Chopin. Es más, grabó las
obras completas de estos compositores además de obras de Liszt, Brahms o Bach.
Su manera de tocar era “religiosa” y, cuando se escucha su Schumann, se escuchan oraciones al piano. En las
Waldszenen, Kempff te mete en los claros del bosque y en los Kinderszenen juegas
con los niños y sueñas con ellos. Os podría hablar de la Sonata nº 2, de la
Kreisleriana o de las Piezas nocturnas en las que el arte del pianista de
Jüteborg hacía que las partituras se elevaran hasta los cielos de la música. Lo
curioso es que este alemán sabio y culto no tocó en Londres hasta 1951, cuando
ya contaba con cincuenta y seis años; a Nueva York no “llegó” hasta 1964, con
sesenta y nueve años. Estuvo tocando toda su vida y pasó su vejez en Positano a
donde peregrinaban los discípulos para escuchar al maestro. Ya no quedan pianistas
como éstos, pero gracias a los discos podemos seguir disfrutando de estos
pianistas de “otro mundo”.
lunes, 31 de diciembre de 2018
DON LUIS SEGALÁ Y ESTALELLA
En los años
por los que yo estudiaba en Madrid, allá por los años ochenta del siglo pasado,
las traducciones de la Ilíada que teníamos a mano eran dos: la de José Alsina
en los Clásicos Planeta y la de Segalá en Austral. Andaba también la de
Emiliano Aguado en Edaf y creo que poco más porque García Calvo no había
terminado la suya en verso y Emilio Crespo Güemes no había terminado tampoco la
suya. Quedaban estas dos grandes traducciones que nos reservaba el siglo XXI y,
recuerdo ahora, que sí que estaba la de
López Eire que debió de salir por el año
1989, es decir, aun año antes de que acabáramos la carrera la gente de la
promoción 1985-1990. Pues sobre esto quisiera contaros una anécdota.
Resulta
que mi buen amigo Vicente Calvo, profesor en la Rey Juan Carlos en el día de
hoy, le pidió a los reyes una traducción de la Ilíada y los Reyes, que, poco versados, según el parecer de aquellos estudiantes
imberbes que éramos, le trajeron la de Segalá. Recuerdo cómo mi buen amigo se
quejaba de que le habían traído “ la traducción de Segalá” a la que
considerábamos una mala traducción.
Han
pasado los años y la opinión mía sobre
esta traducción- la de Vicente Calvo la desconozco, pero ya le preguntaré- ha
cambiado sustancialmente: la traducción de Segalá es magnífica, ajustada la
texto y con un castellano bellísimo porque no porque se tenga como lengua materna el
catalán hay que desconocer el castellano. García Gual - no hace mucho lo leía, lo alaba sin
remilgos.
Segalá
y Estallella era barcelonés, amigo de Prat de la Riba y profesor en Sevilla y
en Barcelona. Los de Esquerra Republicana seguro que ni lo han leído, pero les
convendría tomar ejemplo.
EL HOMBRE SIN ATRIBUTOS
Han sido
dos meses de ardua lectura en varios lugares y llevando los dos tomos de la
obra cargada en mi mochila. Ha sido dos meses en los que he mezclado otras
lecturas, pero han sido dos meses conviviendo con Robert Musil y sus
personajes. Han sido dos meses habitando en Kakania con generales, con
pintores, con esa pareja de enamorados tan peculiar en la historia de la
literatura pues son hermanos; han sido
dos meses en que el texto se me enfrentaba y he tenido que luchar contra él con
mucha paciencia porque Musil entra en terrenos complicados. Pero puedo decir
con satisfacción que he leído El hombre
sin atributos, esa obra fundamental de la literatura del siglo XX; esa obra
que nos leva a la mejor literatura en lengua alemana, a esa literatura difícil,
pero tan hermosa que te engancha a ella. Mientras la leía pensaba en el ímprobo
trabajo del traductor, en la dificultad que tiene esa obra en su alemán
original tal como se puede ver en la dificultad que, aún en castellano, tiene
para el lector. Una maravilla necesaria como los cuartetos de Shostakovich.
sábado, 29 de diciembre de 2018
EL CORAZÓN SECRETO DE ELÍAS CANETTI
Hay
palabras que te llegan a lo más profundo
del corazón. Elías Canetti, nuestro querido Canetti, dice unas palabras
lapidarias en la página 15 de El corazón
secreto del reloj:
Que
Dios haya muerto o no: es imposible no hablar de él, que ha estado ahí tanto
tiempo.
Y es
verdad, maestro Canetti, que Dios ha estado y está presente en nuestra cultura
occidental y que el arte sería otro sin Él; y, si decimos el arte, también
podemos decir la poesía o la música.
En una línea y media, Canetti
dice más que muchos en un libro entero. Ahí se ve lo que es ser un maestro.
BOECIO EN BOECILLO
Severino
Boecio es un autor romano ya del siglo V después de Cristo cuya importancia es
mucha. Su Consolatio philosophiae,
compuesta en la cárcel al igual que santo Tomás Moro, es una obra clave como
puente de unión entre el saber grecorromano y las escuelas monacales en donde
se impartía el trívium y el quadrivium. De Boecio arrancan los
grandes escolásticos cuya cabeza más conspicua es Santo Tomás de Aquino. Pero
es que además de entregar a los escolásticos la terminología, los conceptos y
el método de trabajo, su Consolación de la filosofía ha sido
durante muchos años, al lado de libros como la Biblia, los de Séneca o los de
Marco Aurelio y el Kempis, el gran libro de meditación de monjes, príncipes y
gente de la literatura. Boecio viene de un verbo griego que significa ayudar y
eso es lo que ha hecho Boecio durante siglos: ayudar a quien necesitaba sus
reflexiones que recoge de la Filosofía, esa señora que se le aparece en la
cárcel. Un libro fundamental en la historia de la Filosofía.
KARMELO C. IRIBARREN, MI GRAN POETA
De locos sería el que yo me
pusiera a tratar aquí de la poesía de
Karmelo C. Iribarren cuando mentes tan preclaras de la literatura como Túa
Blesa ya lo han hecho. ¿Qué podría yo, en mi humildad de lector, aportar a lo
que sesudos catedráticos han dicho ya sobre este poeta donostiarra que tan y
tan merecidamente triunfa? Poca cosa; sin embargo, sí que quiero decir lo que
he sentido al leer Seguro que esta
historia te suena, su poesía desde 1985 al 2015, es decir, treinta años de
palabra poética. Vamos con ello:
En
primer lugar, decir que Iribarren centra su poesía en un paisaje urbano en
donde no faltan las autopistas, los autobuses, los moteles y la ciudad en
general. Esta ciudad suponemos que es Donostia, pero podría ser una ciudad
norteamericana porque se ve a la legua que Carmelo ha leído a los americanos y
los ha leído con aprovechamiento, tal y como nos decían los frailes del sagrado
Corazón. No aparece para nada el paisaje rural guipuzcoano y todo es urbanita
al cien por cien.
En
segundo lugar, Karmelo escribe de manera sencilla (¡Ojo con la sencillez que a
veces es más compleja que la complejidad), con palabras de la calle, (cuenta
que le dijo Celaya que no utilizara palabras que tuviera que buscar en el
diccionario) y con un verso claro por lo que cualquier lector de prosa, no
habituado a la poesía, puede leerlo sin dificultad. Nada de poemas crípticos.
En tercer lugar, Iribarren usa
esa técnica milenaria del epigrama: dejar el final como un latigazo o una picadura
de avispa. Así en Marcial, antes en Catulo y en todos los grandes epigramistas que
en el mundo han sido.
En cuarto lugar, Karmelo se
construye un personaje poético rentable que no sé si es él mismo o disfraza su
yo de tío duro, pero que, a poco que se le hurgue, se le nota un corazón tierno.
Ya lo dijo un santo de Roma que no se debía llevar el corazón ebn la mano.
Deciros
que hay poemas de Iribarren que siento no haber escrito porque son
verdaderamente geniales. Personalmente, los que más me gustan son aquellos en
los que el tipo duro se pone tierno y nos habla de su chapa del KAS, de su
relación con el viento, con la lluvia, de su paraguas roto, de esas estaciones
abandonadas que se parecen a sí mismo, de ese tren al que lo ilumina el amor de
su chica, en fin, tantos poemas que he señalado en el libro porque son
realmente muy buenos.
Por
último, decir que la fama de Karmelo Caballero Iribarren es justa y merecida.
Estamos ante un poeta de valía que escribe en las antípodas de mi manera de
escribir, pero que, o quizás por eso, no
dejo de admirar y disfrutar.
Si
un día regreso a Donostia, ya nos veremos por allí. Le invito a usted, señor
Iribarren, a unos txiquitos en Alkalde, allí donde mi abuelo Luis, en los años
cuarenta, disfrutaba de aquellos bocadillitos de jamón que eran únicos en el
mundo. Por cierto, la última vez que estuve en su ciudad, tuve la desgracia de
comprobar que el Alkalde que conocí con mi abuelo en los ochenta ya no es el
mismo. Ah, se me olvidaba: zorionak eta
urte berri on.
miércoles, 26 de diciembre de 2018
ÁNGELA ÁLVAREZ SÁEZ Y FRIDA KAHLO
TEMPO DE PANXOLIÑAS
La
palabra gallega panxoliña se refiere a un canto popular de Navidad. En
ocasiones se confunde con villancico, pero éste último tiene una música más
“culta” y más relacionada con los maestros de capilla catedralicios mientras
que la panxoliña hunde sus raíces en la música popular. Su etimología es muy
curiosa pues parece que procede de una deformación del himno litúrgico Pange
lingua con la pronunciación eclesiática: pange lingua> panye lingua>
panyoliña > pansoliña > panxoliña. Que me perdonen los puristas, pero no
puedo escribir con este viejo ordenador con la notación fonética. Para
primores, Galerías Pîquer. Estamos pues ahora no tempo das panxolñas y , si saco a colación este tema, se debe a que los músicos maravillosos del
Cuarteto Quiroga, que llevan por el mundo el nombre de Manuel Quiroga - el gran
violinista pontevedrés- , en su último disco, han recogido una panxoliña de
1829. Ya hablamos de ellos en la anterior entrada, pero son tan buenos que se
merecen, como mínimo, dos.
WEBERN ANTE EL PRECIPICIO
Dice
Cibrán Sierra, uno de los dos violines maravillosos del muy maravilloso Cuarteto
Quiroga, que Antón Webern, cuando compuso su Langsamer Satz, se “asomó al embriagador precipicio donde sólo el
vértigo del tiempo aguarda”. Bellísimas palabras de este gran músico que sitúa
la posición de Webern con gran precisión. La expresividad lírica del
Romanticismo, herencia de sus antepasados musicales, estaba llegando ya a su
fin y Webern tenía que continuar por otros caminos que, por aquel entonces,
estaban sin descubrir. El camino lo marcó el mismo Webern con su Opus 5, sus
famosas Fünf Sätze für Streichquartett, que fueron el principio de otra manera de entender
la música que servirá de hontanar para músicos posteriores. El Cuarteto
Quiroga, en su magnífico disco Statements, Declaraciones, graban ambas
composiciones del músico austriaco y eso nos sirve de ejemplo inmejorable de lo
que acabamos de decir. Pero ojo que la belleza requiere una gran hombría como
decía don Antonio Gamoneda.
viernes, 14 de diciembre de 2018
EL BRILLO DE LOS DOCENTES
Qui autem docti
fuerint, fulgebunt quasi splendor firmamenti: et qui ad iustitiam erudiunt
multos, quasi stellae in perpetuas aeternitates. Este hermosísimo texto
aparece en Daniel, 12.3 y traducido al castellano dice así: Mas aquellos que
sabio fueren, relucirán como el esplendor del firmamento y los que a muchos enseñaron
la justicia, lucirán por siempre como estrellas. Es un consuelo para docentes
inocentes estas palabras. Quizás de nuestros caminos de tiza algo quede, si no
tan brillante como profetiza Daniel, al menos , un simple recuerdo de nuestros
alumnos. Con eso me conformo.
JUVENAL, VOTANTE DE VOX
Hacía
tiempo que no leía a Juvenal y, al releer alguna de sus sátiras y recordar las
otras, veo en este satírico romano el rechazo que tiene, “como romano de bien”
por aquellos que él consideraba marginales, gentes que estaban “mancillando” la
Roma eterna. Así, en sus sátiras, leemos sus quejas por la presencia de
mauritanos en su barrio; sus lamentos porque los emigrantes invaden Roma y le “roban”
sus derechos. ¡Hasta los homosexuales son objeto de las críticas del escritor
que desea un regreso a la Roma de Augusto por aquello de que “con Augusto
vivíamos mejor”! Este escritor, que era de Aquino, como más tarde Santo Tomás,
adolecía de esa enfermedad que se manifiesta como rechazo al diferente, al
distinto, al extranjero. Los inmigrantes vienen para quitarnos lo nuestro y,
por tanto, construyamos una valla que les impida entrar; tampoco entiendo a los
que no son como yo, hetero de toda la vida, que no hacen sino emponzoñar y
emporcar mi barrio. Es, en definitiva, el miedo del ser humano al que
es distinto. Juvenal, de haber vivido en
EEUU, hubiera votado sin problemas de conciencia a Trump o, si hubiera vivido
en España, se habría hecho militante de Vox, como Fernando Sánchez Dragó, y
hubiera predicado contra los moros, los negros y los sarasas. Como veis, el
tiempo pasa, pero la mejora moral del ser humano es casi imperceptible. Hoy en
día, muchos escribirían poemas como los de Juvenal, pero, por cobardía o por
falsedad, se los guardan. Al escritor romano tenemos que agradecerle al menos su
valentía por decir lo que piensa, pero, una vez expuesta su opinión, no podemos
estar de acuerdo con él. Si los gobernantes romanos le hubieran escuchado,
nosotros no estaríamos hablando en español y hablaríamos alguna lengua céltica.
En el fondo, el miedo al diferente es el miedo a nosotros mismos.
viernes, 7 de diciembre de 2018
ARMINIO Y LA BATALLA DE TEUTOBURGO
Hay
batallas que cambian el mundo y que hacen que éste sea muy distinto de lo que
podría haber sido. Esta historia comienza en el año 16 o 17 antes de Cristo
cuando nace un niño, hijo de un jefe querusco llamado Segimer. El niño fue
bautizado con el nombre de Arminio y llegó a ser ciudadano romano. Con apenas
veinte años, en el año 4 d.C., Arminio fue a luchar a la Panonia comandando un
destacamento querusco dentro de las tropas auxiliares romanas que estaban
compuestas por guerreros de las distintas provincias romanas. En el año 7. d.C.,
Arminio regresó a su Germania al lado de Varo. Augusto envió con Varo al joven
querusco pensando que éste, puesto que era germano, ayudaría mucho al
gobernador en la guerra y en los tratos con los germanos. Al principio, todo
fue bien porque Arminio era como un hijo para Varo, sin embargo, viendo el
joven querusco que los germanos se veían privados de la libertad, sintió la “llamada
de la sangre” y empezó a tener relaciones con jefes de otras tribus germanas.
El muchacho que había nacido en Germania pensó que era el momento de defender a
su gente y derrotó a los romanos en la batalla de Teutoburgo. Varo perdió las
águilas – era lo peor que le podía pasar a un imperator - y, según cuentan, cuando volvió a Roma, Augusto no
hacía más que preguntarle de forma lastimera: “Varo, Varo, ¿qué me has hecho de
mis legiones?”
Decía
al principio que Teutoburgo fue una de las batallas que cambiaron el mundo y la
verdad es que hizo que hoy en Alemania se hable alemán y no una lengua latina
como en Francia. La frontera del Rin se convirtió en una frontera lingüística que
se ha mantenido hasta el día de hoy. Y todo por aquel joven querusco que se
educó en Roma. Esta historia la recogió Porpora en su Germánico en Germania y Manfredi también nos cuenta la historia en
uno de sus best – sellers. Esto os lo he contado con toda la humildad del
mundo. Espero que lo comprendáis.
martes, 27 de noviembre de 2018
TEOFRASTO
La
lectura de esa joya que el El testigo
Oídor de mi Canetti me llevó a los Caracteres
de Teofrasto, una obra que tenía en las trastiendas de mi lectura. Maravillosamente
traducida por don Manuel Fernández Galiano y con dibujos de Mingote, Hereros,
el madrileño de Potes, Esplandiu y Vicente, los Caracteres son una colección de
tipos humanos en la que difícilmente no nos veremos retratados, Merece la pena
y mucho leer esta versión vertida en pulcrísimo castellano por el gran filólogo
que fue Galiano. Ahí os dejo la recomendación luego no digáis que no os he
avisado.
EL REPELENTE DE INSECTOS DE AULO GELIO
Siempre
había tenido un punto de rechazo por Aulo Gelio pues, como Macrobio,
- al que tendré que llegarme algún día para librarme de prejuicios-, me había parecido este autor de la romanidad
tardía un pesado recopilador de anécdotas sin orden ni concierto. Sin embargo,
como nos decía Vicente Cristóbal, para quitarse las reticencias contra un
autor, lo mejor es leerlo. Y a ello me he puesto en este mes en que los días se
achican y en casa se está tan ricamente. Francisco García Jurado hace para
Alianza una selección muy cuidada y una introducción fantástica. En ella, con
toda justicia, lo pone como precursor de los ensayistas que en el mundo han
sido, desde Monsieur de Montaigne. También García Jurado nos dice que Gelio fue
precursor en nombrar su libro no por el contenido, sino las circunstancias de
la escritura. Sus Noches áticas no
están revelando un contenido, sino la manera o incluso el ambiente en que
fueron escritas. Así García Jurado nos pone el ejemplo de Escrito de noche, esas memorias de sintaxis abrupta del ladre
Federico Sopeña, el gran amante de Mahler cuando el conservatorio de Madrid
olía a berzas. Y, al final, tras leer esta antología, tengo la satisfacción de
que Gelio me ha contado muchas historias que conocía como la de Androcles y el
león; la de los “Cazafantasmas” de
Plinio el Joven que recoge Fernando Lillo, el vigués de Roma, o la de la expulsión de las prostitutas y los
filósofos de Roma en dos épocas distintas, ¡Qué gran lectura había postergado
por los estúpidos prejuicios!
Os juro
que ya había terminado este blog cuando buscando imágenes para ilustrarlo me
llevo la sorpresa de que en Argentina hay un repelente para mosquitos que se llama
Aulo Gelio. Ha sido tal el impacto que he sufrido que no he tenido más remedio
que ponerlo como foto de la entrada. ¿Acaso los argentinos consideran a Gelio
tan pesado que espanta a los mosquitos? Ya hemos visto que no es así y el que
ahora dé nombre a una pócima para repeler insectos me parece un insulto a su
persona. ¡Che, qué boludos!
VOLVER A LA PERLA DE CÁDIZ
Aunque
hablé de ella en una entrada de hace más de tres años, tengo la necesidad
imperiosa de volver a la Perla, a la gran Perla de Cádiz porque, cada cierto
tiempo, tengo que regresar a su cante como aquel peregrino que salió de su
tierra y, al ponerse el sol en las aguas alunadas de la alberca, la añora. La
Perla cantaba mucho y bien y, a la guitarra, la acompañaba en este disco que
tanto sobo y manoseo, Manuel Morao, el guitarrista de los alzapúa, - es decir,
de tocar pasajes con los pulgares- , y de ese embrujo gitano que tenía su
fastuosa guitarra. Oír a la Perla es volver una tarde de otoño a Puerta Tierra
y desde allí, a paso lento, llegarse hasta el barrio la Viña para cantar por
alegrías mientras el sol se pone en la cúpula de la catedral y deja bañada de
oro la playa de la Victoria, una de las playas más hermosas del mundo. Oír a la
Perla es subirse a una terraza, a un mirador de Cádiz, para ver venir los barcos de América; escuchar
a la perla es escuchar una guitarra en
una madrugada desvelada de celos; escuchar a la perla es oír un caballo que
entra a galope corto por una calle empedrada mientras una reja se apaga de
pronto. Hijos, si un día alguien os pregunta de qué conocéis a la Perla de
Cádiz, decidle que vuestro padre, - que siempre vivió queriendo volver a
aquella ciudad que conoció en su adolescencia-, un día de noviembre en
Castilla, mientras ibais en el coche, os ponía un disco de esa mujer que de
puro arte no cabía en su Cádiz. Con eso me basta.
BERNARDINO DE RIBERA, EL MAESTRO DE TOMÁS Y SEBASTIÁN
Un
joven de Xátiva, Valencia, era alumno de su padre, Pedro de Ribera, en esa ciudad valenciana. El joven aprovechó
los estudios que hizo con su padre y con Jaime López y ya desde muy joven
destacó como músico. La familia se fue para Orihuela, la Oleza de mi Gabriel
Miró, y allí siguió creciendo el joven Bernardino.
Sin embargo, esto es más o menos accesorio para nuestra
historia porque lo realmente importante es que el muchacho, en 1559, año de la
muerte de Gerónimo de Espinar, llega a Ávila con treinta y nueve años, para hacerse
cargo de la capilla de la catedral de Ávila y en ese cargo estuvo hasta 1570,
año en que lo sustituye Andrés Torrentes y Bernardino se marcha para Murcia en
donde tenemos testimonios de que era maestro de capilla en 1572.
Pero, me diréis, que qué importancia tiene toda esta
historia para contar en esta mañana de finales de noviembre. Os explico.
Resulta que a las clases de Bernardino de Ribera
acudían dos jovencitos que respondían a
los nombres de Tomás y Sebastián; y que, andando el tiempo aquellos
zangolotinos acabarían siendo dos
grandes músicos abulenses: Tomás Luis de Victoria y Sebastián de Vivanco. Es
decir, que con este maestro setabense aprendieron estos maestros de la
polifonía española sus primeros bemoles y sus primeras notas. Bernardino había
bebido de Francisco Guerrero y de Nicolás Gombert, el gran maestro flamenco.
Si podéis, escuchad
su música porque no os defraudará.
jueves, 22 de noviembre de 2018
LAS HERMOSAS PALABRAS DE PLATÓN
Ἀλλὰ καὶ ὑμᾶς χρή, ὦ ἄνδρες δικασταί, εὐέλπιδας εἶναι
πρὸς τὸν θάνατον, καὶ ἕν τι τοῦτο διανοεῖσθαι ἀληθές, ὅτι οὐκ ἔστιν ἀνδρὶ ἀγαθῷ
κακὸν οὐδὲν οὔτε ζῶντι οὔτε τελευτήσαντι, οὐδὲ ἀμελεῖται ὑπὸ θεῶν τὰ τούτου
πράγματα.
Estas bellísimas palabras son de Platón en su Apología de Sócrates y son, sin duda, de
las más hermosa palabras de toda la historia de la filosofía. Durante muchos
años, las llevé en mi cartera y, con el paso del tiempo, las llevo escritas en
el corazón. Dice así en mi modesta traducción:
Pero también es necesario que vosotros, hombres justos,
tengáis esperanza frente a la muerte y que penséis que sólo una cosa es verdadera,
que no existe mal alguno para el hombre bueno ni en la vida ni en la muerte y
que los dioses no se despreocupan de las acciones de los hombres.
ANTONIO DE TRUEBA Y ROSALÍA DE CASTRO
En
el prólogo de Cantares Gallegos, que
yo de pequeño casi me sabía de memoria, Rosalía de Castro nos dice a sus
devotos lectores que la fuente, el modelo más bien, fueron los Cantares de
Antonio Trueba, el escritor vizcaíno que, si no mal recuerdo, fue cronista de
la Villa de Bilbao. Pero Rosalía consiguió un libro único que supuso todo un rexurdimento y que es el gran libro de
la literatura gallega. Poco más os puedo decir de quien tanto se ha hablado,
pero miña nai, miña santiña, que
tantas veces ha venido en mi auxilio y de la que ya hemos escrito algunas entradas,
merecía otro comentario en este humilde blog.
lunes, 5 de noviembre de 2018
SEBASTIÁN DE VIVANCO
En aquellas
noches de frío abulense, mi aventura noctámbula terminaba en la librería de mi
amigo Senén Pérez, el librero de Ávila, y, al salir, me fijaba en el monumento
que dominaba la plaza, -antes de que la dominara el edificio de Moneo-, desde
el centro, con la imagen de Santa Teresa
y con los nombres de abulenses ilustres. Allí estaban Sancho Dávila, el rayo de
la guerra, y buen músico que tuvo la desgracia de nacer tres años después de
Tomás Luis de Victoria. Cuando se vive tan cerca de una luminaria tan grande, su luz impide que
se nos haga justicia y Sebastián de Vivanco, nacido en Ávila en 1551, no ha
llegado a tener, de manera injusta, la fama que si que ha alcanzado el ya
mencionado Tomás Luis de Victoria. Mucho
viajó Sebastián: primero a Cataluña (antes de que estuviera Quim Torra, que lo hubiera echado por castellano y por
haber venido en un tren franquista para colonizar Cataluña). Anduvo luego
Sebastián por Sevilla y, estando en la capital hispalense, lo tentaron sus
paisanos con ser maestro de capilla a lo que Vivanco aceptó. Pero los
sevillanos, más poderosos económicamente, hicieron una contraoferta (¡Mira,
como los de Vodafone!) que incluía el salario de maestro de capilla más unas
cuantas prebendas y beneficios que igualaban su sueldo con el de un canónigo.
Sebastián firmó por Sevilla a principios de 1588 para vivir como un canónigo,
pero, el 17 de marzo, pidió al capítulo de Sevilla que le pagara el viaje de
regreso a Ávila. No sabemos lo que le movió para regresar a su ciudad natal: ¿la
luz de los atardeceres? ¿el saúco perfumado de la muralla?¿las silentes pisadas
en la piedra de los palacios?; sabemos (pero poco) que vivió catorce años en Ávila
y que en ella estaba en 1595 cuando se trasladaron los restos de San Segundo,
patrón de Ávila, con esas procesiones que duraron diez días y que tan bien nos
cuenta Antonio Cianca.
Siete
años después, en 1602, Vivanco sale de nuevo de Ávila y va para Salamanca (“la
blanca, ¿quién te mantiene? Los carboneritos de Ávila que van y vienen.) Pero
Sebastián ya no volvió más a su Ávila, al menos como músico. La cátedra de
música de Bernardo Clavijo de Castilla fue declarada vacante y Vivanco la
ocupó por oposición. En Salamanca moriría un 25 de octubre de 1622, once años
después que su paisano Tomás Luis de Victoria.
Como
soy muy atrevido, le he escrito este poema para cerrar esta entradilla de blog.
SEBASTIÁN DE
VIVANCO
En la noche de oscuros faroles helados,
arañando la piedra
y la sombra,
me llegaba tu voz
de perfecta escritura
reproduciendo el
rumor del Adaja
junto al viejo
molino enamorado del río.
Aún hoy me amenazan
los años pasados
con noches que
ansiaban el alba;
con camas heladas
dejando en mi cuerpo
el frío sudario del
miedo y la angustia.
Ante tanto dolor
sin medida,
me llegaba tu
música de acordes perfectos
y un sol de
esperanza modulaba en tu Gloria
mientras oscuros
fantasmas se retiraban
a palacios
solitarios de alegrías dolientes.
EL TUPÉ DE CANETTI
Es
curioso, pero la moda, esa tirana, está poniendo otra vez en el candelero el tupé., ese peinado
que consiste en una ola de pelo que avanza sobre la frente del feliz poseedor
de tan hermoso adorno. No conozco la historia del tupé, pero creo que comenzó
en los años cincuenta con los del rockabilly y derivados. En España, allá por
los cuarenta, se puso de moda un tupé muy levantado en hombres y mujeres que se
llamaba “Arriba España” en consonancia con el régimen de Franco. Sin embargo,
de los muchos tupés que conozco, sin mencionar el de un alumno mío de Tudela de
Duero, me quedaría con tres: el de Karl Böhm, moderado y casi mínimo; el de Karajan,
coronando esa mirada que siempre me pareció de pocos amigos, y el exuberante y salvaje de Canetti. Porque
no creo que haya habido, ni haya, ni habrá un tupé más impresionante que el del
escritor sefardita del que tanto llevo hablado en este año 2018. ¡Qué ola
maravillosa de pelo invade la frente del búlgaro! Parece que sus ideas
literarias hacen surfing sobre ese pelo
blanco que parece estar coronado por la espuma de un mar por el que navegan
extraños personajes con maletas de libros. Os invito a que leáis a Canetti,
pero antes de su lectura, os recomiendo que le dediquéis un rato largo a
contemplar su tupé. Seguro que entenderéis mejor sus obras.
miércoles, 31 de octubre de 2018
EL CONCIERTO DE VIOLÍN DE ALBAN BERG Y SU SENTIDO NUMEROLÓGICO
Últimamente
me ha dado por las ciencias ocultas así que no
me pierdo a Íker Jiménez y su Cuarto
Milenio. Esto ya me viene de lejos, de cuando veía en el UHF al doctor
Jiménez del Oso que llegó a convencerme tanto de la existencia de los OVNIS que
salía al campo con una libreta para anotar los avistamientos. También me leí El triángulo de las Bermudas y me acongojaba
pensando en que mi tía Gloria, camino de Venezuela, pasaba dos veces por tan
singular lugar del que hace muchos años que nada se dice. Todo esto viene
porque me ha dado ahora por buscar el significado numerológico del Concierto
para violín de Alban Berg. Parece ser que hay en esta partitura tres números
mágicos:
- El 23, que fue su número fatídico. Y la verdad lo era porque un día 23 de diciembre dijo: “Hoy será un día decisivo”. Y lo fue pues moría a poco de la medianoche cuando ya era día 24.
- El 10. Simbolizaba a Na Hannah Fuchs-Robettin, mujer con la que tuvo una aventura secreta los diez últimos años de su vida.
- El 28 del que carecemos de de explicación, pero al que temía mucho el bueno de don Alban.
Y es que
la vida de Berg estuvo dominada por tres mujeres:
- La primera fue María Scheuchi (Mizzi) con la que tuvo una hija que nació en 1902 y a la que Berg nunca reconoció. Como no pudo ser padre con la hija de Mizzi, lo quiso ser con la hija de Alma Mahler y Walter Gropius, Manón Gropius, a la que quiso como una hija y a la que dedicó, cuando la joven falleció, el Concierto para violín que ahora nos ocupa. Este concierto sirvió de Réquiem para la joven Manón y de Réquiem para el propio Berg que murió en la medianoche del día 24. Su concierto se estrenaría en el Palau de la Música de Barcelona, un 19 de abril de 1936.
- La segunda su santa esposa
- Y la tercera la ya mencionada Na Hannah Fuchs-Robettin.Os seguiría contando más cosas del concierto, pero acaba de empezar Cuarto Milenio y no quisiera perdérmelo por nada del mundo. Cosas de la edad madura.
CRISTO Y SÓCRATES
Insistía
mucho el gran Papa emérito, Benedicto XVI, en que el cristianismo no vino para
suprimir la filosofía griega, sino para culminarla. Es decir, que Sócrates, el Sancte Socrates, ora pro nobis que decía
Erasmo de Rotterdam, era un antecedente de Cristo. Al leer el espléndido libro
del maestro Antonio Tovar, Vida de
Sócrates, encuentro un pasaje que viene a dar la razón a Ratzinger:
“El
sumo bien platónico no es sino la coronación de este anhelo socrático, que no
logró una fórmula tan precisa en el maestro, pero que es la escala por donde se
levanta al monoteísmo y la idea de una
providencia. La causa final es el bien y domina en todos los campos, en la
estética, como en la moral y en la física”
Es
por tanto que esa idea paulina de diligentibus Deum omnia cooperantur in bonum
que abreviada, omnia in bonum, todo para bien, es la base de la fe en la
providencia divina ya estaba en el Fedón platónico.
Y es que, pese
a lo que nos quieren hacer creer, un poco de filosofía nos aleja de Dios, pero,
entrando a fondo en ella, nos acercamos. Gracias, Pascal, por prestarme la
cita.
EL SENDERO EN EL BOSQUE O HACER LITERATURA CON BUENOS SENTIMIENTOS
martes, 30 de octubre de 2018
VIAJANDO CON CANETTI
No sabía
cómo decíroslo, pero resulta que me ido de viaje a Marrakesh con Elías Canetti
y él, con ese gran oído que tiene y con esa exquisita sensibilidad me ha ido
llevando por las callejas de la ciudad y con él he visitado a una familia judía,
he visto adivinos, curanderos y camellos a la puesta del sol muriendo junto a
las murallas. Sólo se puede viajar si se tiene esta sensibilidad; otros tipos
de viaje, ahora que se viaja en masa o en rebaño, no sirven para nada porque lo de que “viajando
se aprende” es una vil mentira pues, como decía, Jardiel Poncela, “si viajando
se aprendiera, los revisores de la RENFE serían catedráticos”. Además, Canetti me iba narrando esos
caracteres que conforman uno de sus mejores libros, El Testigo Oidor, una maravilla que me recuerda a mi muy querido,
citado y admirado don Álvaro Cunqueiro. No creo en los viajes como fuente de
aprendizaje, pero este viaje que he hecho con don Elías qué queréis que os diga…
Entre poetas nos entendemos.
sábado, 27 de octubre de 2018
LA MONJA BILOCADA DE FRANCO
Ahora que
Franco, a los cuarenta años de su muerte, vuelve a estar en los telediarios, he
pensado que era el kairós (o sea, el
momento oportuno) tras tratar de Mersida, su bruja particular; de Corinto Haza, su adivino, y del complejo de Edipo del dictador, de tratar
de Ramona Llimargas Soler que nació en Vich un 24 de marzo de 1892. De su biógrafo oficial, el Padre
Pedro Fernández Rodríguez, escojo algunos pasajes de su vida:
“La gente la trataba de tonta, pues desconocían su intensa vida interior.
Eran frecuentes sus éxtasis después de comulgar y se comentaba que se dormía
con los ojos abiertos. Para evitar habladurías, su confesor le ordenó que se
fuera a casa a hacer la acción de gracias. Ramona salía atormentada los días
festivos de Misa, al comprobar la cantidad de personas que comulgaban en pecado
mortal, ya que el Señor le había otorgado el Don de penetrar las conciencias.”
Sigue el padre Fernández:
“La noche
del 21 de julio de 1936, los milicianos rojos incendiaron la
Catedral de Vich y los Conventos de la Merced y de los Remedios, después de
saquearlos. En Agosto, es detenida por haber escondido en su casa al Obispo de
Vich. Cuatro milicianos la amenazan con la muerte si no les dice dónde está el
obispo en ese momento. Incluso la ofrecieron hasta dinero para que hablara. Su
respuesta fue firme, con la fortaleza de una mártir: -“No vendo mi alma por
cuatro dineros y no sé dónde está, pero si lo supiera tampoco os lo diría…La
llevaron, de noche, al despoblado para torturarla y asesinarla, pero el jefe de
las brigadas antifascistas, verdaderos asesinos de inocentes, Francisco
Freixenet, reconoció que Ramona había curado hacía tiempo a su hijo de asfixia
y no permitió que los milicianos la hicieran nada. Los últimos meses de guerra
los pasó refugiada en la Masía de El Pujol de Calldetenas, en la plana de Vich,
propiedad de los padres de Mercedes Alsina, que sería luego secretaria de la
madre Ramona en la obra de Jesús Paciente. Ramona cuidó a los cinco hijos de la
familia, enfermos de tifus, y curaron milagrosamente gracias a sus oraciones y
desvelos.”
Sin embargo, todavía no hemos llegado a
lo más llamativo: los encuentros con Franco. Así nos lo cuenta de nuevo su
biógrafo:
“Igualmente tuvo frecuentes intervenciones directas
con Francisco Franco. La primera vez que se apareció al Caudillo, éste muy
sorprendido, se santiguó al verla y le pidió que rezara un Avemaría. Ramona le
respondió: “Tres rezaré, si así lo quiere…” Una vez asegurado que la aparición
venía de parte de Dios, la escuchó con sencillez y con los brazos
cruzados. Ramona le hablaba en catalán, por lo que Franco le pidió que, por
favor, le hablase en castellano para mejor comprenderla, y ella respondió que
no podía pues lo ignoraba. Hablándose despacio ambos se entendían a la
perfección.”
El “igualmente” viene porque sor Ramona
se aparecía también a los jefes republicanos, pero éstos, no la hacían caso.
Pero sigamos con estas curiosas apariciones al Caudillo:
“Una vez tardó cuarenta días en visitar a Franco, y el
Caudillo estaba nervioso y preocupado. Cuando volvió Ramona a verle, le
preguntó si no había venido por no estar él en Gracia de Dios. La vida
cristiana de Franco es un hecho constatado. Le gustaba leer la Sagrada
Escritura, rezaba cada día el Rosario en familia y asistía diariamente a Misa.
Comulgaba frecuentemente y confesaba siempre antes. El Padre Leandro Gallego,
conversando con la esposa de Franco, le dijo: “No comprendo una piedad tan
profunda en un hombre y menos en un militar, si no es que hubo algo muy
maravilloso y sobrenatural en aquellos años de guerra.” A lo que Carmen Polo le
contestó: “Sí, Padre, fueron tantas que ya casi sobra la fe.”
La extrañeza del padre Leandro Gallego
también la han tenido varios historiadores y todos coinciden en que algo le
debió de pasar a Franco durante la Guerra porque, en África y en Zaragoza, se
le desconocía esa intensísima vida de piedad. Recordemos que, durante su
estancia en Zaragoza como director de la Academia, introdujo el uso del
preservativo entre los cadetes. ¿Fueron estos encuentros con sor Ramona lo que
le produjeron el cambio y despertaron en él ese deseo de vida de piedad? No lo
podemos saber, pero sí que podemos seguir leyendo al biógrafo de la monja:
“Ramona
aconsejaba al Caudillo. Lo animaba a que rezase el Rosario asiduamente y a que
fuera al frente de batalla sin miedo, pues no le pasaría nada.”
“Los consejos de inteligencia
sobrenatural de Ramona, “La Catalana”, fueron determinantes en multitud de
ocasiones, por ejemplo, para el cambio de estrategia al final de la batalla del
Ebro. En la inauguración del monumento a dicha efeméride, dijo Franco: “No
necesito argumentos para creer en Dios, porque he visto su protección muchas
veces durante la Cruzada”.
Llama la atención cómo en la historia de
España ha sido frecuente la aparición de monjas que aconsejaban a los
gobernantes y así podemos recordar a sor Patrocinio, la monja de las llagas. Sor
Ramona tenía el don de la bilocación, regalo que Dios hace a sus elegidos, y
eso le permitía estar en el convento de Barcelona y, al mismo tiempo, hablar
con Franco.
Su muerte tuvo lugar en un auténtico
olor a santidad tal y como nos cuenta de nuevo el padre Fernández Rodríguez:
“La Madre Ramona pidió al Señor que la traspasase un
cáncer que padecía una madre de familia a la que cuidaba. Aceptó el Señor y
Ramona no quiso nunca ni calmantes ni anestesia. Murió el 8 de octubre de 1942,
sin haber visto aprobada su Obra por la Iglesia como Instituto Religioso. Su
fama de santidad se extendió enseguida.”
Se me ocurre, con todo el respeto por
sor Ramona, que podría hacerle alguna visita a Carles Puigdemont para ver si le
logra poner en razón a tamaño irredento y dejarse de tantas payasadas; de paso,
también se podía aparecer en el Parlamento catalán y en el Ayuntamiento de Barcelona
para ver si, con el susto de ver aparecerse a una monja, se les quitaba esa
obsesión por el procés que, aparte de
ser totalmente anticonstitucional, es muy cargante. Lo creo difícil, pero no hay que perder la
esperanza. Desde luego, os aseguro que, si lo consiguiera, era para canonizarla
el domingo que viene. ¿O no?
miércoles, 24 de octubre de 2018
BODAS REALES DE GALDÓS
Sigo con
mi lectura apasionada de Galdós y sus Episodios
Nacionales. En este mes, además de Gerona
– de la que ya os he hablado-, le toca
el turno a Bodas reales, un episodio
que, si todos los que llevo leídos hasta este momento me han gustado, éste me
ha llevado hasta el paraíso literario. La familia Carrasco, unos manchegos que
han venido hasta la capital del reino de las Españas ( ahora, nación de naciones) para intentar medrar y
poder casar a las hijas, están magistralmente descritos por el escritor canario
y, entre medias, todos los líos de pretendientes para la reina niña, la que
pasaba de jugar con sus muñecas a firmar la disolución de las Cortes. Los
Episodios Nacionales deberían ser lectura obligada en los colegios e institutos
de España, pero ¡qué estoy diciendo, mein Gott”! ¡ Si aquí ya no se lee ni la
portada del Pronto!
CORRUPCIÓN EN ATENAS O A NADIE LE AMARGA UN DULCE
Este
caso de corrupción no es actual, sino del siglo V a. de C. Os lo cuento.
Resulta que, tras un pacto de cinco años, los espartanos se dirigieron hacia el
Ática con la ideas, como era habitual en ellos, de conquistar Atenas. Al mando del ejército
espartano iba Plistoanacte, uno de los diarcas que gobernaban la capital de
Laconia. En Atenas estaba Pericles que era un experto en negociaciones, pero
que en este caso, compró la retirada del espartano. Y es que a los espartanos
les gustaba el caldo negro y llevaban una vida que más se parecía a un cuartel
que a una ciudad, pero, a la hora de poner el cazo, se ve que en todas las
épocas han cocido habas. En fin, para no cansaros, Plistoanacte cogió el dinero
y se retiró a Esparta con sus tropas en
donde los éforos, los magistrados que controlaban la diarquía o sistema de dos
reyes, lo expulsaron de la ciudad y lo enviaron a la Arcadia en donde pasó el
resto de su vida entre pastores y ninfas. No sabemos – eso no lo cuenta
Tucídides-, si se llevó la pasta o la tuvo que entregar a los éforos. Sea como
fuere, el aguerrido espartano disfrutó de su exilio en esa región en donde todo
era pastoril y bucólico. No regresó a Esparta, pero que le quiten lo bailado.
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