¿No os habéis preguntado nunca
que hace la festividad de la Virgen de las Nieves el día 5 de agosto? Especialmente
se lo habrán preguntado los vitorianos que celebran por esas fechas a su
patrona. O quizás no, vaya usted a saber. Lo cierto es que celebrar una Virgen
relacionada con los blancos copos, que son sueño y delicia para los esquiadores, en pleno de agosto parece un sinsentido. Sin
embargo, sí que tiene un sentido.
Después del Concilio de Éfeso (431),
la madre de Jesús, María, fue aclamada como Madre de Dios (Theotokos) y el papa
Sixto III tenía que elegir un lugar para construir en Roma una basílica a la
Santa Madre de Dios. El lugar no podía ser un lugar cualquiera, sino un lugar
elegido “desde arriba”. Y sucedió el prodigio: en pleno mes de agosto, empezó a
nevar en un terreno de Roma. Y el papa Sixto no lo dudó: Nuestra Señora quería
que ahí le fuera construida su basílica. La nieve y su blancura iban que ni pintada
para la Madre de Dios así que la nevada se tomó en su sentido simbólico y sobre
ese terreno se trazó el perímetro de la nueva basílica romana.
Tras contar esto, quisiera deciros
que Nieves - e incluso Blancanieves como ocurre con Blancanieves Tejedor, la propietaria
de los polvorones Felipe II de los que ya he hablado en este blog y que son
considerados “ los mejores del mundo-, es un nombre muy habitual en la capital
alavesa que celebra sus fiestas de la Virgen Blanca.
Espero que, a partir de ahora,
entendamos qué hace la Virgen de las Nieves en pleno mes de agosto.
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