viernes, 31 de julio de 2020

JOAQUÍN RÍOS CAPAPÉ


Mi abuelo Luis hablaba mucho de él porque había estado al mando de la sección de la Ciudad Universitaria en la Guerra Civil. Joaquín Ríos Capapé era un catalán de Figueras que había nacido un año tan “señalado” como 1898. General africanista que, al decir del padre de Carmen Polo, equivalía a un torero, fue el primero en salir de su acuartelamiento en Villa Jordana. Lo curioso es que Ríos Capapé se sublevó antes de la sublevación, pero, como veremos más adelante, esto de ser el primero era muy del gusto de este militar. Ríos Capapé tomó Villa Sanjurjo y se dirigió a Melilla en donde se incorpora a la guarnición melillense que se había sublevado contra el gobierno de la República. Según ha contado muchas veces Fernando Arrabal, su padre, destinado en Melilla, se opuso a la sublevación y lo pagó con su vida. Don Joaquín cruza  a la península  y en la primavera del 37, tras haber llegado a la Ciudad Universitaria, es nombrado coronel. Como lo adelantarse era lo suyo, Ríos Capapé entró el primero por el puente de Usera y se adelantó a los otros oficiales y al mismísimo Franco que nunca se lo perdonó. Pero a don Joaquín poco le importó el perdón de Franco porque en la posguerra siguió ascendiendo y llegó a teniente general. Cuentan que tenía un bar al principio de la Gran Vía madrileña en donde vendía ginebra y whisky que se hacía traer desde Tánger o bien él  mismo la traía aprovechando sus numerosos viajes. Otra táctica que empleaba era “meterles unas cuantas cajas” a los pilotos militares. El bar de la Gran Vía se convirtió en el favorito de la alta sociedad madrileña y en la barra de ese bar, la santa esposa del general proporcionaba vales de gasolina de estraperlo que ya sabéis que estaban en la época del gasógeno y no había mucha. El general conocía muy bien las mujeres de vida alegre de Tánger, se echaba sus ruletas y sus bacarrás en el Círculo Hebreo y, cuando se terciaba, echaba una partidita al póquer  con la mujer de Orgaz Yoldi, el general vitoriano que era jefe del Alto Estado Mayor de Tetuán.
         Sin duda, Ríos Capapé no fue un ejemplo moral, pero a los que no hemos roto un plato en nuestra puñetera vida nos produce una cierta atracción. En fin, cosa para consultarle al psicólogo esto de la atracción por lo canalla.


EL ESCUDO DE MÍCHIGAN O LA PRESENCIA DE LA CULTURA CLÁSICA EN LOS ESTADOS UNIDOS


Pese a la presencia del señor del peluquín amarillo,  no cabe duda de que los Estados Unidos son un gran país y en esta entrada me gustaría comentaros algunas referencias al mundo clásico que se pueden encontrar en tierras norteamericanas.
         En primer lugar, la ciudad de Cincinnati, en Ohio, que toma su nombre de la Sociedad de los Cincinnati, que, a su vez , la toma del dictador romano Cincinnato ( conservo la doble “n” etimológica) que,  llamado al poder cuando los ecuos atacaron Roma, lo dejó cuando salvó a su patria y regresó a sus predios para seguir cultivando la tierra. Es necesario advertir que la palabra dictador no estaba mal vista en Roma; al contrario, el dictador era un político o un particular al que, en caso de grave necesidad, se llamaba y que, una vez solucionado el problema que acuciaba a la patria, abandonaba el poder. Es más, el dictador, por ley, tampoco podía estar en el poder más de seis meses y se tenía que marchar a su casa hubiera solucionado o no el problema. Ya veis que este tipo de dictadores no hubieran sido del agrado de Stalin, de Mao o de Franco. Pero sigamos con los de los EEUU. La sociedad de los Cincinnati se fundó al terminar la Guerra Secesión Norteamericana, cuando este grupo de patricios  retornaron a sus tierras después de, como Cincinato, haber servido a la patria.
         Encontramos también el lema latino Ex pluribus unum que fue el que tomaron los fundadores de los EEUU y que sigue apareciendo en los billetes de dólar y en el escudo del estado de Míchigan, estado en el que vamos a hacer una pequeña parada por el interés filológico que tiene su escudo. Así podemos ver  que  aparece en él  la palabra latina TUEBOR que es el la primera persona del futuro del verbo deponente Tuor que significa “defender”. Es decir que tuebor significa “protegeré”. No soy experto en heráldica, pero,  viendo en el escudo a un personaje que está junto a un río con un rifle en la mano mientras amanece,  es más que probable que el “tuebor” llevara in mentibus michigensibus,  es decir, en el pensamiento de los michiguenses, la expresión tuebor pacem, “defenderé la paz”. Ya metido, os cuento que vemos un reno y un arce, animales que representan al estado, y un águila calva que es el animal “tótem” de los Estados Unidos.
         Para terminar y no cansar, deciros que también, en este mismo escudo,  encontramos esta preciosa inscripción latina:         Si quaeris peninsulam amoenam, circumspice, es decir, “”si buscas una península agradable, mira a tu alrededor”.
         Esta entrada se la dedico a mi buen amigo Rafael Araiza que vive en este estado americano y que sé que es un fiel seguidor de mi humilde blog.



EL CULEBRÓN VENEZOLANO DE LOS DIÁDOCOS


Cuando muere Alejandro, deja los reinos “al más fuerte”, es decir, como hizo Erinis al lanzar la manzana en las bodas de Tetis y Peleo con la inscripción “a la más hermosa”. Como es obvio, todos los generales de Alejandro se consideraron “el más valiente o el más fuerte” e iniciaron una guerra para quedarse con su inmenso legado. Eso sí, cada general se quedó con una parte :  Antígono, con Macedonia; Ptolomeo, con Egipto ( recordemos que Cleopatra provenía de esta estirpe); Lisímaco, con Tracia y, finalmente, Seleuco hizo lo propio con Asia en la que estaba incluida, como es lógico Persia y Mesopotamia. Estos reyes ya se asentaron en el poder y al pobre hijo de Alejandro tan sólo le podría corresponder Macedonia que incluía Grecia. Pero no todo es sencillo en la vida y nos tenemos que remontar a años atrás para entender lo que pasó.
         Filipo II, padre de Alejandro, tuvo un “desliz” con una bailarina tesalia que se llamaba Filina ( Ya veis parece que está escrito que las querindongas de los reyes tengan nombres acabados en –ina). De este “desliz” nació Filipo III Arrideo, hijo bastardo de Filipo y, por tanto,  hermanastro de Alejandro;  vamos, un caso idéntico al de don Juan de Austria y Felipe II, siendo el hermanastro del rey escurialense hijo del emperador y de la alemana Bárbara Blonberg, la Madama, como la conocían en el pueblo cántabro de Ambrosero en donde acabó sus días en 1597, sobreviviendo al Emperador casi cincuenta años. Os puedo asegurar que, aunque parezca increíble,  todavía no estaba de presidente Miguel Ángel Revilla.  En fin, que en tratando de bastardos,  nada nuevo hay  bajo el sol.
         Según algunos, Alejandro,  al morir,  entregó el anillo del poder a Pérdicas que gobernó como regente de Macedonia en nombre de Heracles (acordaos, el hijo de Barsine) y de Alejandro IV, el hijo de Roxana. También estaba de por medio el ya mencionado Filipo III, el hijo bastardo de Filipo II.
Cuando muere Pérdicas, le sucede Antípatro que tenía un hijo llamado Casandro. Sin embargo, Pérdicas no elige a su hijo para que le suceda en la regencia, sino a Poliperconte que contaba además con el apoyo de Antígono Monoftalmos (el de un solo ojo o el tuerto). Pero Casandro da un golpe de estado, se hace con el poder y mata a Olimpia, la madre de Alejandro y al pobre Antígono Monoftalmos. Corría el año 305 a. C.
         En principio, todo le pintaba bien al hijo de Roxana, pero Casandro ordenó a Glaucias que asesinara al heredero. Glaucias se vino arriba y no sólo mató a Alejandro, sino que mató también a Roxana. De esta forma le dejaba a su jefe el camino expedito para gobernar toda Macedonia.
         Pero no pensemos que ya las cosas estaban en paz pues Casandro siguió luchando  con Poliperconte y éste proclama heredero a Heracles, el hijo de Alejandro y Barcine. Sin embargo, en este culebrón histórico falta un final de traca: Casandro soborna a Poliperconte y éste mata a Heracles y a Barcine.
         La verdad, no sé por qué hay tanta gente que pierde el tiempo viendo culebrones y series infames si en las luchas de los diádocos    (palabra que proviene del griego διάδοχοι, “sucesores” y ésta palabra a su vez procede de διά, una preposición que significa “por” y del verbo δέχομαι que significa “recibir” o, mejor en este caso, “suceder”) por el poder no  hay  uno,  sino varios culebrones venezolanos.
         Si queréis seguir la historia, mirad en alguna historia de Grecia la vida   de Demetrio I Poliorcetes (el asedia ciudades) que era un hijo de aquel tuerto al que mató Casandro y que continuó la dinastía hasta Perseo, el último rey de Macedonia que,  derrotado en la batalla de Pidna,  en el 168 a. C,  por Lucio Emilio Paulo se lo llevaron a Alba Fucens en donde se dejó morir de hambre porque sus guardianes no le dejaban dormir.
         Con la batalla de Pidna se termina la historia de la Grecia libre y viene la historia de Grecia como provincia del Imperio Romano (Achaea en latín y Acaya en castellano). Sin embargo, no podemos olvidar ese maravilloso verso de Horacio que explica muy bien lo que, después de Pidna, ocurrió en el ámbito cultural.
Graecia capta ferum victorem cepit et artis intulit in agresti Latio.
         Este verso, que traducido al castellano, dice “La Grecia capturada capturó al fiero vencedor y las artes llevó al agreste Lacio” era muy del agrado de don Antonio Ruiz de Elvira que lo repetía con frecuencia en sus clases y recoge muy bien cómo esa Grecia que había sido derrotada por Lucio Emilio Paulo acabó derrotando culturalmente a los romanos y les llevó el arte hasta el Lacio campesino. Y es que es una regla de oro que, si el pueblo conquistador posee una cultura menor o de menor importancia que el conquistado, a la larga,  acaba siendo conquistado culturalmente por el pueblo sometido como ocurrió, años más tarde, con los visigodos que abandonaron su lengua germánica por el latín.
         Pero eso ya es otra historia.
        

LA VIDA SEXUAL DE ALEJANDRO MAGNO


Alejandro Magno vivió tan sólo treinta y tres años, desde el 356 a. C. hasta el 323. a. C., pero en esos años le dio tiempo a mantener relaciones con cuatro mujeres y con dos hombres. Vamos con las damas en primer lugar.
         Parece ser y según  recogen las fuentes de Claudio Eliano que la primera mujer con la que Alejandro tuvo relaciones fue con Campaspe, una ciudadana de Larisa en la región de Tesalia.
         También mantuvo una relación con Barsine, hija del noble persa Artabazo, con la que tuvo un hijo Heracles que sí que llegó a conocer pues el que tuvo con Roxana, Alejandro IV, fue un hijo póstumo. Alejandro acudía a los banquetes del padre y en ellos conoció a la hermosa Barsine.
         Tuvo también una relación con Estatira, hija de Darío III Codomano. Esta mujer,  con la que se casó Alejandro parece que por motivos políticos,  no salió nunca del harén de Susa en donde estaba con su abuela Sisigambis. Cuentan que se quedó embarazada, pero que Roxana se “encargó” de ella y eliminó a la madre y al hijo quitándose un problema de en medio. Plutarco cuenta que los arrojó los cadáveres a un pozo y lo cegó.
         Dejamos para el final de las mujeres a la hermosísima Roxana, la mujer más bella de Asia según los cronistas. Roxana acompañó a su marido hasta la India y se quedó embarazada de Alejandro IV que nació seis meses después de la muerte de su padre. Más tarde, en otra entrada, hablaremos de la suerte de este hijo póstumo del conquistador.
         En cuanto a sus relaciones con hombres, Alejandro fue fiel toda su vida a Hefestión, amigo de infancia y compañero en el aula de Aristóteles. Cuando murió, Alejandro dedicó a su amigo del alma un espléndido funeral, pero esa muerte le dejó una terrible herida en el corazón de la que no se recuperó jamás.
         También mantuvo relaciones con Bagoas, un eunuco persa de la corte de Darío III.  Mary Renault tiene una novela maravillosa, El muchacho persa, en la que se habla de este castrato. Es una novela que leí hace muchos años, pero cuyo perfume permanece en mi recuerdo.
         Pero seguro que, al leer esta entrada, os ha surgido una duda. Si Alejandro IV sobrevivió a su padre, ¿por qué no fue su sucesor en el trono de Grecia y de Asia? Si me dejáis, os lo cuento en otra entrada.


jueves, 30 de julio de 2020

La προσκύνεσις de Alejandro Magno


De Alejandro hay mucho que hablar, pero hoy quiero contaros  algo que es curioso.  En el año 330.a. C, muere Darío III, el gran rey de los persas. Y nada más morir Darío, Alejandro adopta las costumbres persas. Recordemos que tres años antes, en el año 227 a. C., se había casado con la hija del noble bactriano Oxiartes. No sabemos, aunque parece que sí, si Alejandro se casó por amor o por interés político porque, casado con la hija del noble de Bactria, le sería muchos más fácil parlamentar con Oxiartes e introducirse en la sociedad persa. Sin embargo, lo más curioso es que, desde la muerte de Darío III, Alejandro adoptó la manera de vestir persa y, lo que  es mucho más importante, adoptó las formas de representación de la monarquía persa. ¿Por qué hizo esto? Es posible que para infundir auctoritas en los persas que vieron en el macedonio un persa “de toda la vida” y un persa que mandaba tanto y de la misma manera que  sus reyes tradicionales. Curiosamente,  ese boato persa incluía la προκύνεισς, es decir, ponerse de rodillas ante el  rey durante las audiencias. Me podéis decir que ya en la Ilíada y en la Odisea, se nos dice que los griegos, para suplicar, se abrazaban a las rodillas, pero esto es algo totalmente distinto: se trata, ni más ni menos, de que los cortesanos se tenían que arrodillar ante su persona.  Al pobre Alejandro le llegaría la Parca tres años después, pero Alejandro ya era el amo indiscutido de Persia algo que ni su padre Filipo II, ni Jasón de Feras habían conseguido.

JASÓN DE FERAS


Hay personajes curiosos en la historia y uno de ellos es Jasón de Feras. Este tesalio fue discípulo de Gorgias de Leontinos y se carteó con Isócrates de lo que se deduce sin mucho esfuerzo que y tenía una vasta cultura. Consiguió, unificando  a los nobles tesalios, hacer de Tesalia una gran potencia, pero esto molestó enormemente a los lacedemonios que le empezaron a coger algo de miedo. Fue elegido tagos de Tesalia y de manera hábil, consiguió conquistar Farsalo no por las armas, sino ofreciendo a Polidamante, un próxeno de la ciudad, el ser el segundo en el poder político tesalio. Polidamnte, intentó una tregua con los espartanos, pero, al no conseguirla, habló a los habitantes de Farsalo y consiguió persuadirles para que Jasón fuera su soberano. Lo consiguió y, al conseguirlo, el ejército de Jasón se vio incrementado hasta 8.000 jinetes y 20.000 soldados de infantería. Pero, ¿dónde iba Jasón con esta tropa? Pues ni más ni menos que a conquistar Persia., una idea que tenía el tirano en la cabeza y que hubiera adelantado mucho la conversión de Persia en parte de un incipiente imperio helénico. Sin embargo, el hombre propone y Dios dispone, porque corría el año 370 a. C. cuando Jasón fue al festival Pitio con una fuerza de soldados que alarmó a sus vecinos. Antes de ponerse en camino, Jasón dio una audiencia pública que aprovecharon siete mozalbetes para matarlo. Curiosamente, estos mozalbetes fueron tenidos por héroes en muchos lugares de Grecia. ( Las comparaciones son odiosas; ya sabéis por qué lo digo).
         Muerto Jasón, el camino estaba libre para los afanes conquistadores de Filipo II y de su hijo Alejandro. ¿Qué hubiera pasado si Jasón no hubiera sido asesinado por esos siete mozalbetes? Pues no lo sé: la historia ficción no es mi fuerte.

martes, 28 de julio de 2020

DEMÓSTENES, EL PATRIOTA


Quizás estoy equivocado, pero he tenido la sensación desde mis años de estudiante en la Complutense de que a Demóstenes se le consideraba el patriota y a Isócrates o a Esquines los traidores a la patria ateniense. Me gustaría con vuestro permiso, matizar estas apreciaciones.
         En verdad, más que una lucha contra Filipo II o un apoyo al macedonio, lo que hay es una oposición de dos maneras de ver la Hélade: la de Demóstenes que seguía defendiendo la polis como elemento anímico de Grecia y la de Isócrates que pensaba en la idea de la unidad de Grecia, o si queréis la unidad de las polis; es decir, que por encima de la polis, empezaba ya a aparecer un sentido de la unidad política que había estado subyacente hasta esa época en la unidad espiritual que sentían los griegos como comunidad de polis y que se basaba  en una misma lengua ( con dialectos), una misma religión y una misma cultura. Sin embargo, durante varios siglos, la idea de la polis estuvo por encima de esta unidad, unidad que se tenía por muy necesaria para acabar de una vez por todas con el peligro persa que llevaba siéndolo desde varios siglos atrás. Ya en su Panegírico, Isócrates ve la salvación de Grecia en una alianza entre atenienses y espartanos que se habían pasado la vida luchando. Este sueño, como bien dice el profesor Pedo Barceló,  se viene abajo y entonces Isócrates pone su esperanza en personajes como Jasón de Feras, tirano tesalio que elevó su patria a la condición de gran potencia,  o Dionisio de Siracusa, el tirano siciliano. Al malograse también esta posibilidad, Isócrates puso su esperanza en Filipo II porque se dio cuenta de que el tiempo de la polis había pasado y que era el momento de la unión entre los griegos. También se dio cuenta de que las decisiones se tomaban por aquella época fuera del ámbito de la polis. En la batalla de Queronea, año 338 a. C.,  Filipo venció a una confederación de polis griegas con tebanos y atenienses como socios mayoritarios. Filipo tenía dos ideas muy claras: la unión de Grecia bajo el poder macedonio y la conquista de Persia. Él pudo ver lo primero, pero lo segundo le correspondió verlo a su hijo, Alejandro Magno, que acabaría no sólo venciendo a los persas sino adoptando sus costumbres para dejar claro que era él, un macedonio, el que los gobernaba ahora. Pero los de Alejandro en Persia lo dejamos para otra entrada.


sábado, 25 de julio de 2020

EL EPITAFIO DEL POETA LEOPOLDO PANERO



¡Qué buena costumbre esta de los poetas y artistas de escribirse su propio epitafio! En esta ocasión tenemos el que escribió para su tumba el poeta astorgano Leopoldo Panero Torbado El dicho epitafio reza así:

Ha muerto
acribillado por los besos de sus hijos,
absuelto por los ojos más dulcemente azules
y con el corazón más tranquilo que otros días,
el poeta Leopoldo Panero,
que nació en la ciudad de Astorga
y maduró su vida bajo el silencio de una encina.
Que amó mucho,
bebió mucho y ahora,
vendados sus ojos,
espera la resurrección de la carne
aquí, bajo esta piedra.

Pues nada, SCRIPTUM EST.

EL CANTO PERSONAL DE LEOPOLDO PANERO


Tal y como os había prometido, seguimos con Panero y en esta entrada quiero abordar un libro que fue su gloria y su ruina: Canto personal. Carta perdida a Pablo Neruda ( 1953).
Lo primero en que nos tenemos que fijar es en el título pues ese Canto personal de Panero se opone al Canto general nerudiano y es una respuesta a unos crueles y falaces insultos que vertió en diferentes obras suyas.
         Panero y Neruda  se habían tratado mucho y tenían amistad. Incluso habían galopado juntos en El Caballo Verde para la Poesía, la revista que fundó Neruda. Más tarde, en la época de Escorial, Panero, como recuerda José María Valverde, era considerado como el “rojo” por excelencia.  ¿Qué ocurrió pues para que Panero escribiera su Canto personal?  Vamos a verlo de la mano del profesor de la Universidad de Extremadura Joaquín Juan Penalva.
         En primer lugar, en el Canto general del chileno, hay unas palabras muy fuertes contra poetas que eran amigos de ambos en el poema titulado “ A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España”:
“Que sepan los malditos que hoy incluyen tu nombre
en sus libros, los Dámasos, los Gerardos, los hijos
de perra, silenciosos cómplices del verdugo,
que no será borrado tu martirio y tu muerte
caerá sobre toda su luna de cobardes”

         En el poema El pastor perdido que forma parte de las uvas y el viento, Neruda ataca de manera injusta a José María de Cossío:
Todos sabían
en las cárceles
mientras los carceleros
cenaban con Cossio,
tu nombre.
Era un fulgor mojado
por las lágrimas
tu voz de miel salvaje.

         Decimos que de manera injusta porque, si hubo alguien que defendió a Miguel Hernández en la cárcel  y que incluso le había dado trabajo en su famosa enciclopedia taurina, ése fue Cossío. No se entiende esta acusación tan falsa al poeta y polígrafo vallisoletano.
         Pero hay más. Neruda, no contento con estos insultos injustos, en el libro Escrito en le año 2000 del libro Canción de gesta, en el poema Escrito en el año 2000  dice así:
         Don Antonio morir sin esperanzas,
Miguel Hernández muerto en sus prisiones
y el pobre Federico asesinado
por los medioevales malhechores,
por la caterva infiel de los Paneros:
los asesinos de los ruiseñores.

         Fue entonces cuando el astorgano cogió la pluma y escribió su Canto personal que, como dice Penalva en su artículo, podemos encontrar “lo mejor y lo peor de Panero”. El poeta leonés fue elevado a los altares por el franquismo hasta el punto de que se le consideró el poeta oficial de régimen.
         Pero Panero no lo supo llevar. Entró en una terrible depresión que se vio agravada por su alcoholismo y de la que ya no salió hasta su muerte en 1961. Él mismo se había escrito su epitafio, pero me lo guardo para otra entrada.

LEOPOLDO PANERO TORBADO, EL GRAN POETA DE LA GENERACIÓN DEL 36


Hoy mismo he terminado de leer la Poesía completa de Leopoldo Panero que ha sido toda una experiencia gozosa para este verano del año 2020. No comprendo por qué (o sí  que lo comprendo como lo comprendéis vosotros) cuando abres la Wikipedia, lo primero que se dice de Panero es que fue un poeta falangista como si el hecho de ser falangista ya lo desterrara para siempre jamás de los elegidos de los dioses. Nada tiene que ver la obra poética con el pensamiento de un autor como bien dijo el poeta y profesor Guillermo Carnero: “ Se puede omitir la obra de un escritor por falta de calidad, pero no por sus ideas, aunque éstas nos resulten ajenas”. Gran verdad que se olvida con los poetas “de derechas”, pero que sirven para glorificar a otros que, siempre que estén en nuestra misma cuerda, ya son tenidos por prodigios. Ahí están los Versos del Guadarrama, La estancia vacía, El Canto Personal (Carta perdida a Pablo Neruda),  del que hablaremos en una entrada aparte,  o su último libro, La cándida puerta (1960) que tiene un mucho de premonitorio sobre su cercana muerte. Tan sólo os voy a dejar este soneto que Panero dedica a una costurera que había en su casa y que llevo en mi corazón desde mi lejano COU en los Corazonistas:

EPITAFIO A DOLORES

Dolores, costurera de mi casa,
añosa de mi casa, vieja amiga;
era tu corazón crujiente miga
de pan; eran tus ojos lenta brasa.

del horno dulce donde Dios amasa
en bondad nuestros huesos, donde abriga
con insomne calor al que mendiga
la sed de la humildad y el agua escasa.

En noble lienzo blanco entretejiste
mi amor y tu costumbre, y ahora siento,
la túnica inconsútil de tus manos.

Una mañana, en soledad, dormiste;
aún infantil de risa el pensamiento,
aún negros los cabellos entrecanos.

         Tan sólo le pongo una pega a tan hermoso soneto: que la miga no puede ser nunca crujiente, pero, por lo demás, está Panero en su mejor oficio con esos encabalgamientos que buscan a Dios en las estrofas.
         Si no tenéis prejuicios y queréis disfrutar de una poesía que ya no se hace, dedicad algún tiempo a la lectura de don Leopoldo Panero Torbado. Os aseguro que no os arrepentiréis.

LEO CALDAS O LA NOVELA NEGRA DE DOMINGO VILLAR


He descubierto este verano la novela negra de Domingo Villar, un autor vigués que escribe en gallego unas novelas en las que su protagonista, el inspector Leo Caldas, tiene un ratito para tomarse una tapa de pulpo en una taberna viguesa, para beberse un vasito de viño da colleita de seu pai o para, simplemente, oler las madreselvas. Caldas tiene por compañero a un maño de Zaragoza que no acaba de entender muy bien el carácter de los gallegos. El pobre Rafa Estévez no entiende ese manera de actuar tan poco directa y él, tan aragonés, tan amante de ir al grano directamente, se pone de los nervios. Pero la verdad es que ambos forman una pareja maravillosa en la que Rafa tiene además que conducir porque Leo Caldas no conduce y, cuando va a ver a su padre por las tierras del sur de Galicia, se coge el hombre el coche de línea. Sereno, tranquilo, con mucha retranca, Leo Caldas tiene inspiraciones fantásticas mientras se toma un blanco o mientras le ayuda a su padre a trabajar en los viñedos. Caldas además anda discutido o, al menos, con una mala relación con su pareja y el programa de radio que hace le cansa un poco porque las preguntas son, casi siempre, temas de multas o de perros que ladran y así, el “patrullero de las ondas” – así se llama el programa-,  no se puede “lucir”. Y además, por si fuera poco, el director del programa, en le tiempo que media entre una pregunta y la respuesta del inspector, le ha dado por ponerle a Caldas la música de Walking the dog de George Gershwin que le acaba de rematar los nervios al coitado policía.  Villar tiene – esperemos que escriba más-, tres libros fantásticos: A Praia dos afogados, Ollos de auga y O último barco. Leo Caldas fuma, es tímido, le gusta contemplar el mar y, para remate, como hemos dicho unas líneas más arriba, colabora en un programa de radio. No es el policía que estaríamos esperando, pero ésa es su gracia.  

jueves, 23 de julio de 2020

EL PESADO PESO DE LA PÚRPURA


En estas tardes de verano en las que da tiempo para todo, he leído una curiosa estadística sobre los emperadores romanos.
         El imperio romano se extiende desde el año 14 a.C.  o el 27 a. C. (depende de los estupendos que  nos pongamos) hasta el 476 d. C. Es decir, más o menos, quinientos años. En esos años, hubo setenta emperadores desde Octavio Augusto a Rómulo Augústulo que llevaba, curiosamente, el nombre del fundador de Roma y el apodo que recibió Octavio (Augustus) en diminutivo ( el Augustillo). Pues bien, en esa lectura veraniega, se dan estos datos escalofriantes:

Emperadores asesinados: 23
Emperadores posiblemente asesinados: 8
Muertos en batalla: 9
Ejecutados: 3
Muertos en cautividad : 1 ( el pobre Valeriano del que hablamos el otro día)
Muertos por suicidio : 5
Por causas desconocidas: 1
         Si no he sumado mal, son cincuenta los emperadores que, como en los versos de Lorca, no “murieron decentemente en su cama” y, por tanto, tan sólo ¡veinte!, es decir, menos de la tercera parte murieron por causas naturales.
         En EEUU, desde 1776, es decir, hace doscientos cuarenta y cuatro años, más o menos, la mitad del Imperio Romano, tan sólo cuatro presidentes han muertos asesinados: Lincoln, Garfield, McKinley y Kennedy.
         En fin, que ser emperador en Roma no era ninguna bicoca y el peso de la púrpura era muy pero que muy pesado.

martes, 21 de julio de 2020

LA PENTESILEA DE VON KLEIST


La Pentesilea de von Kleist es una obra llena de romanticismo que siempre me ha recodado al Hiperión de Hölderlin con esa fuerza del amor que es como un torbellino. Si en el mito clásico Aquiles mata a Pentesilea, en la obra de von Kleist es Pentesilea la que primero mata a Aquiles, una Pentesilea enloquecida como una bacante, y después se quita la vida. Como he leído por ahí, el amor de ambos es un amor que, como el Tristán e Isolda, no se puede llevar a su consumación en esta vida y necesitan los amantes consumarlo después de la muerte. La Pentesilea es una obra perfecta para leerla en una tarde de verano y escuchar de boca de Aquiles estas hermosas palabras:
-         ¡Ciertamente soy tuyo por la fuerza del amor!

Por cierto que la traducción, excelente, es de Carmen Bravo – Villasante de la que algún día os hablaré.

EL ORIGEN GALLEGO DE LA CANCIÓN DE SOLVEIG


Hay un barco mercante gallego en el puerto noruego de Bergen. En la proa hay un muchacho, casi un niño, que con una vieja zanfoña canta una tonada que escuchó en su tierra en la que ha dejado a sus padres, a sus hermanos y a una rapaza a la que ya considera como medio novia. Desde que se embarcó en La Coruña, Salvador, que así se llama el muchacho, echa de manos los campos de su aldea, el río y el puente en el que se sentaba con Sabeliña, la rapaza de sus sueños. Y pensando un día en alta mar en aquellos paisajes, se le vino esta canción que cantaba aquel día en el puerto de Bergen y cuya letra dice así:

¡Ay, miña terra,
cánto me lembro de ti!
¡Qué longas son as horas
dende o día no que partín!
        
Y con esta letra sencilla y melancólica se pasa el rapaz tardes enteras mientras la vieja zanfona le va acompañando.
         Un día, al caer la tarde, paseaba por el puerto un músico noruego que, al llegar cerca del barco, escuchó aquel cantar y sintió que su corazón se llenaba con aquella melodía que tenía todo el encanto de las fragas de Galicia. Se acercó despacio  y siguió escuchando. En una libreta de música fue tomando nota de la sencilla pero sentida melodía que cantaba aquel marinero galaico. Al terminar,  le dio de mano y el muchacho correspondió a su saludo. Pensó Grieg, pues así se llamaba el músico, que nadie en ese barco sabría noruego, pero que quizás el capitán sabría algo de francés. El oficial estaba en el puerto hablando con unos marineros de capitanía. Grieg le dijo en francés que quién era ese muchacho que cantaba en la proa y el capitán, en un francés con acento gallego, le dijo que era un grumete que había dejado su casa y que hacía su primer viaje. Entonces Grieg le enseñó al capitán su cuaderno de notas y le dijo que quería conocer al rapaz. El capitán, volviéndose al trovador le dijo:
-         ¡Eh, Marquiños, baixa que o señor quere falar contigo!
Marquiños bajó y Grieg le enseñó el cuaderno. Allí estaba escrita en notas la canción que tanto tiempo llevaba tocando. Le pidió al capitán que se lo explicara:
-         Marcos, este señor é un músico de moita sona en Noruega e na sua libreta anotóu teu canto. ¡Vas ser famoso! Tamén di que si le das permiso para incoporala na obra que está a componer.

-         Marcos, emocionado, le dijo que sí y Grieg, por medio del capitán,  le preguntó que en quién pensaba cuando cantaba aquella canción.

-         - ¡Na miña Sabeliña, señor!

Los tres se dieron la mano y Grieg partió para su casa. Al llegar a ella se sentó al piano y arregló un poco, sólo un poco,  aquella melodía maravillosa que le había oído a  aquel rapaz gallego. Era perfecta para su Peer Gynt sólo que habría que cambiar el nombre y, en lugar de la canción de Sabeliña, tendría que ser la Canción de Solveig.



lunes, 13 de julio de 2020

DON ERO DE ARMENTEIRA


Desde muy pequeño, en las tardes en que el tiempo no dejaba ir a la playa y la niebla o el orballo pintaban el cielo de gris, nos llegábamos al monasterio de Santa María de Armenteira, en pleno Salnés y en medio de un valle tan hermoso que sólo su recuerdo refresca mi alma cansada. Había un naranjo en el jardín y en la nave de la iglesia, que aún guardaba las huellas de su abandono,  quedaba a veces el recuerdo de un boda celebrada en tan bell´simo lugar. Pronto supe, por la escritura de don Álvaro Cunqueiro, que en aquel monasterio hubo un abad que se llamaba don Ero y que un día, queriendo saber cómo era el paraíso, salió camino del bosque y fue que un pájaro empezó a cantar y don Ero a escuchar y se le fue el tiempo tal y como nos lo cuenta el rey sabio:

Atan gran sabor aviad aquel cant’ e daquel lais,
que grandes trezentos anos estevo assi, ou mays,
cuidando que non estevera senon pouco, com’está.
        
Volvió don Ero al moansetrio y tuvo una sorpresa:

 E foi-sse logo e achou un gran portal
que nunca vira, e disse: “Ai, Santa Maria, val!
Non é est’ o meu mõesteiro, pois de mi que se fará?”

         Y no le conocían los monjes ni el abad:

Des i entrou na eigreja, e ouveron gran pavor
os monges quando o viron, e demandou –ll’ o prior,
dizend’: “Amigo, vos quen sodes ou que buscades acá?

         A lo que don Ero replicó:

Diss’el: “Busco meu abade que agor’ aquí leixey,
e o prior e os frades, de que  mi agora quitey
quando fui a  a quela orta; u seen quen mio dirá?”

         Y es que el agora de don Ero habían sido trescientos años. Los monjes lo toman por loco:

Quand’est’ oyu o abade, teve-o por de mal  sen,
e outrossi o convento,



Pero pronto se dan cuenta de que ahí hay busilis y un busilis divino:

mais des que souberon ben
de como fora este feyto, diseron: “Quen oyrá

Quena Virgen ben servirá
a paraíso irá

         Y eso fue todo.
        
Si visitáis tan hermoso lugar, entenderéis por qué a don Ero se le pasaron trescientos años como unos minutos…

NON CHORES, SABELIÑA


Allá por los años veinte del siglo pasado, hubo en Galicia la buena idea de componer zarzuelas con libreto en gallego. Os voy a hablar de dos: Non chores, Sabeliña y A lenda do Montelongo de Bernardo del Río, compositor de Vilagarcía de Arousa. En esta entrada os hablo de la primera y, en otra, de la segunda porque hay que hacer las cosas con un poco de orden.
         Non chores, Sabeliña es una zarzuela gallega cuya música es del maestro Gustavo Freire Penelas, gran músico gallego del que se deben obras tan famosas como “Airiños aires” o “Festa na tolda”. Por cierto, que Freire da nombre al auditorio de música lucense. La letra en gallego es de José Trapero Pardo. La edición que poseo es la que hizo la Xunta de Galicia, más en concreto la Dirección Xeral de Política Lingüística, para la representación que se llevó a cabo en el auditorio homónimo del autor de la música un 27 de mayo de 1992 y un 22 de junio de ese mismo año.
         Freire puso una música sencilla pensada para que “a sua Sabeliña” fuera representada por aficionados sin grandes conocimientos de canto, pero la obra es entretenida y trata, como no podía ser menos, de los amores de Sabela por Xosé que anda que sí que no con una tal Rosa da Avilleira. La obra termina bien y Sabeliña chora, mais chora pouquiño porque Xose acaba volvendo con ela. Coma ten que ser!
         Sin embargo, quiero hacer una reflexión final que me sirve para ésta y para la otra zarzuela pues ambas se escribieron en una situación muy concreta: la dictadura de Primo de Rivera que había prohibido las que se hablara gallego, vasco o catalán. Es la época de las Irmandades da Fala ( aunque éstas sean anteriores a la dictadura de Primo) y del grupo Nos. Galicia, postergada durante siglos, desangrada por una emigración desde mediados del XIX y abandonada por el gobierno central, quería ( y tenía) que hacerse oír. En aquellos momentos, un nacionalismo gallego era absolutamente necesario pues nada tenía que ver la Galicia que hoy conocemos con la que era, sin ir más lejos, en los años setenta del pasado siglo. Pero de eso ya os contaré en otra entrada.

viernes, 10 de julio de 2020

ANTONIO PALACIOS RAMILO


Otro arquitecto del que es muy difícil no haber visto alguna obra suya es Antonio Palacios Ramilo, pontevedrés de Porriño, a terra do bon pan, en donde nació en 1874.  Si decimos que suyos son el Palacio de Comunicaciones o antiguo edificio de Correos de Madrid en cuya puerta un servidor jugaba con las palomas;  el hospital de jornaleros de Maudes o la Casa de las cariátides, en la actualidad Instituto Crevantes, pero a la que recuerdo como sede del Banco Central, estoy casi seguro que vais a decir que habéis visto alguna de sus obras. Pero además de estas tres obras, Iglesias Ramilo diseña el Templo Votivo del mar en Panxón o la iglesia de la Vera Cruz en O Carballiño, obra que no pudo ver terminada. Sin embargo, de todas las obras que trazó este arquitecto gallego, la que más me sorprende es la casita que se hizo para sí mismo en El Plantío, un barrio de Moncloa, y en la que murió. Los grandes genios son así.

LA BATALLA DE YARMUK: ROMANOS Y ÁRABES


Mis alumnos, que son chicos inteligentes, me dicen con una cierta frecuencia: “Profe, si el Imperio romano cae en el año 476 d. C y Mahoma es del siglo VI, ¿significa que los romanos y los musulmanes no se encontraron nunca?. Pues no, queridos alumnos, sí que se encontraron, pero tenemos el “defecto” de pensar que Roma se termina en ese año citado sin darnos cuenta de que el Imperio Romano de Oriente siguió permaneció hasta el año 1473 y que, en todo momento, se siguieron considerando “romanos” y sus emperadores sucesores del primer emperador que hubo en Roma, Octavio Augusto. Por tanto, romanos y musulmanes sí que se encontraron en la historia. Vamos a ver esto con más detalle.
         El Imperio Romano de Oriente abarcaba una gran extensión de tierras que comprendían las provincias de Siria, Palestina y Egipto que seguía siendo el gran granero de Constantinopla como lo habían sido de Roma. Aprovechando un periodo convulso, los árabes se anexionaron estas tres provincias lo que infligió un gran  daño al Imperio Romano. Más en concreto, Antioquía y Jerusalén se perdieron en la batalla de Yarmuk en el año  636. Ya bajo el califato Omeya, los árabes sitiaron Constantinopla que resistió gracias al “fuego griego”, un invento que consistía en un producto químico que era capaz de arder en el agua y porque la ciudad estaba fantásticamente fortificada.
         Tardaría bastantes años la gran ciudad que hoy conocemos como Estambul en caer en manos de otro imperio que provenía de oriente, el Imperio Otomano, pues ya tenemos que llegarnos hasta 1476 para decir que, en ese año, el Imperio Romano desaparece. Esa presencia turca explica mucho de la historia actual en los Balcanes. Pero del imperio Otomano es mejor hablar otro día.

AMOR DE PERDIÇÃO


Leyendo el Αmor de perdição de don Camilo Castelo Branco, ya sabéis los amores de Teresa y Simão que terminan como el rosario de la aurora, me venía a las mientes lo que nos decía el escritor teatral Alonso de Santos en relación a Romeo y Julieta: “si los padres, a las primeras de cambio, les dicen que están de acuerdo y les ponen un piso, la obra se termina”. Claro, si el padre de Teresa consiente en los amores de los chicos, no habría habido novela. Y, mientras leía, se me ocurrió jugar a un juego divertido: ¿qué ocurriría si Teresa y Simão se hubieran conocido en nuestros días, en esta nueva anormalidad? Y me salía esto como me podría haber salido cualquier otra cosa.
Lo primero de todo es que la influencia y opinión de los padres apenas tiene, hoy en día, relevancia. ¿Que los padres no quieren que los muchachos se casen?. No pasa nada: se cogen un piso y se convierten en pareja de hecho o de desecho. Nada de niñas al conventos “das freiras” de Monchique, nada de huidas en barco, nada de criadas de buen corazón como Mariana, nada de padres cerriles que todo lo entorpecen con memoriales de  agravios que se remontan a los antepasados. Los chicos se hubieran ido a vivir a Oporto y allí, en paz y armonía, se podrían ir a la playa y tomarse una cerveza en las orillas del Duero, allí en donde los “tripeiros” sacan sus terrazas.
                                                                Puesto que los dos eran de nobles familias portuguesas, no habría habido ningún problema. Sin embargo, ¿creéis que la pobre Mariana, la hija del herrador João Cruz, se hubiera podido casar con Simão? Lo dudo. Aunque nos hemos vuelto muy modernos, con mucha parejita de hecho, de desecho y de desechos de pareja (así decía mi buen amigo abulense José María  al que tanto he mencionado en este blog) la posibilidad de que existan matrimonios entre diferentes “castas” sigue siendo muy remota. ¿Alguno ve a Tamara Falcó casada con un albañil? Yo,  la verdad, no.