Que
Antonio estaba enamorado como un rapaz por su Cleopatra es algo de lo que nadie
duda, pero, si el otro día veíamos cómo le
influyó la egipcia, de manera definitiva, en el desarrollo de la batalla
de Actium, crucial para Roma, crucial para él y crucial para el mundo, hoy
vamos a ver cómo también le influyó en su ataque contra los partos. Vamos, una
vez más, al texto de Plutarco:
τοσαύτην μέντοι
παρασκευὴν καὶ δύναμιν, ἣ καὶ τοὺς πέραν Βάκτρων Ἰνδοὺς ἐφόβησε καὶ πᾶσαν ἐκράδανε
τὴν Ἀσίαν, ἀνόνητον αὐτῷ διὰ Κλεοπάτραν γενέσθαι [37.6] λέγουσι. σπεύδοντα γὰρ ἐκείνῃ
συνδιαχειμάσαι, τὸν πόλεμον ἐξενεγκεῖν πρὸ καιροῦ καὶ πᾶσι χρήσασθαι τεταραγμένως,
οὐκ ὄντα τῶν ἑαυτοῦ λογισμῶν, ἀλλ' ὑπὸ φαρμάκων τινῶν ἢ γοητείας παπταίνοντα πρὸς
ἐκείνην ἀεί, καὶ πρὸς τὸ τάχιον ἐπανελθεῖν μᾶλλον ἢ πρὸς τὸ κρατῆσαι τῶν
πολεμίων γενόμενον.
Que más o menos dice
así:
Dicen, sin embargo,
que semejante despliegue de fuerzas, que aterrorizó a los indios de allende la
Bactriana y que hizo temblar a Asia al completo, le resultó ineficaz a Antonio por
culpa de Cleopatra puesto que, impaciente por pasar junto a ella el invierno,
empezó la guerra antes de tiempo y lo hizo todo de manera desordenada, sin
estar en su sano juicio, sino, como afectado por alguna droga o hechizo, buscándola
siempre con los ojos y más preocupado de reunirse con ella cuanto antes que de
derrotar a los enemigos.
En fin, ya veis cómo estaba de colado
Antonio por su chica que hasta el sentido perdía y nada le importaban ni Roma
ni su prestigio personal. Por eso, no tengo más remedio que preguntarme, puesto
que la reina había estado ya antes con Pompeyo y con César, esta pregunta: ¿Qué
les dabas, Cleopatra, qué les dabas? E intentar responder a esta pregunta en la
entrada siguiente.
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