sábado, 12 de agosto de 2023

MARCO ANTONIO ERA DE BILBAO

 

 

Cuentan que un bilbaíno, después de una gran comida en Pamplona a la que había invitado a numerosos amigos y tras haber comido de todo lo más caro, le pidió la cuenta al del restaurante. El pamplonica, que  tenía atravesados a los de Bilbao porque los consideraba jactanciosos, le pasó una elevadísima cuenta. Y cuenta el chiste que el bilbaíno, mirando la cuenta, le dijo al camarero: “Y ¿lo de éstos no me cobras, pues?”

         Este viejo chiste viene a cuento porque Antonio era pródigo y liberal hasta “perder el sentido” y dice Plutarco que esa liberalidad “anuló otras innumerables faltas”.  Vamos con el texto plutarquiano:

         ἓν δέ τι τοῦ μεγαλοδώρου παράδειγμα διηγήσομαι. τῶν φίλων τινὶ μυριάδας ἐκέλευσε πέντε καὶ εἴκοσι δοθῆναι· τοῦτο [4.8] Ῥωμαῖοι δεκίης καλοῦσι. τοῦ δ' ἐπιτρόπου θαυμάσαντος, καὶ ἵνα δείξῃ τὸ πλῆθος αὐτῷ καταβαλόντος ἐν μέσῳ [4.9] τὸ ἀργύριον, ἠρώτησε παριὼν ὅ τι δὴ τοῦτ' εἴη. τοῦ δ' ἐπιτρόπου φήσαντος ὡς ὃ κελεύσειε δοθῆναι, συμβαλὼν αὐτοῦ τὴν κακοήθειαν ὁ Ἀντώνιος "ἐγὼ πλεῖον ᾤμην" ἔφη "τὸ δεκίης εἶναι· τοῦτο δὲ μικρόν ἐστιν· ὥστ' ἄλλο πρόσθες αὐτῷ τοσοῦτον."

         Relataré un ejemplo de su prodigalidad. Dio orden de que se le entregara a uno de sus amigos doscientas cincuenta mil dracmas ( un pastón, vamos, pues en moneda romana serían un millón de sestercios), una suma que los romanos llaman decies, y su administrador, sorprendido, puso el dinero en medio para hacerle ver  lo importante de la cantidad; al pasar junto a ella, Antonio le preguntó que qué era aquello y, cuando el administrador le contestó que era lo que había ordenado entregar, dándose cuenta de su aviesa intención, le dijo: “Pensaba que un decies era más; esto es poco; así que añádele otros tanto”.

         Ya veis, puro Bilbao, pues.

 

 


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