Vuelvo
a la batalla de Actium. Lo primero de todo es decir que Accio o Actio es un
promontorio en la entrada del Golfo de Ambracia, en el noroeste de Grecia. La
batalla tuvo lugar en el mar Jónico y la disposición de las tropas la podéis
ver en el mapa que acompaña a este texto. Ya hemos visto en la anterior entrada
el error que cometió Antonio al decidirse por una batalla naval y cuánto - según
los historiadores romanos, claro-, tuvo
que ver Cleopatra en esa decisión. Sin
embargo, no sólo Antonio se equivocó en la modalidad de batalla, sino que
también, probablemente por su falta de experiencia marinera, en la elección de
los barcos. Nos lo cuenta Plutarco en Vida de Antonio, LXV, 7-8
ἕκτη δ' ἦν ὥρα, καὶ
πνεύματος αἰρομένου πελαγίου δυσανασχετοῦντες οἱ Ἀντωνίου πρὸς τὴν διατριβήν,
καὶ τοῖς ὕψεσι καὶ μεγέθεσι τῶν οἰκείων νεῶν [65.8] πεποιθότες ὡς ἀπροσμάχοις,
τὸ εὐώνυμον ἐκίνησαν. ἰδὼν δὲ Καῖσαρ ἥσθη καὶ πρύμναν ἐκρούσατο τῷ δεξιῷ,
βουλόμενος ἔτι μᾶλλον ἐκ τοῦ κόλπου καὶ τῶν στενῶν ἔξω τοὺς πολεμίους ἐπισπάσασθαι,
καὶ περιπλέων εὐήρεσι σκάφεσι τοῖς ἑαυτοῦ συμπλέκεσθαι πρὸς [τὰς] ναῦς ὑπ' ὄγκου
καὶ πληρωμάτων ὀλιγότητος ἀργὰς καὶ βραδείας.
A
la hora sexta, al comenzar a soplar una brisa marina, los de Antonio, incapaces
de aguantar la espera y confiándose en la altura y en el tamaño de sus propias
naves, a las que consideraban inexpugnables, movieron el ala izquierda. César
(Octavio), al verlo, se alegró e hizo retroceder de popa su ala derecha con la
intención de arrastrar aún más a los
enemigos fuera del golfo y de los estrechos y, tras rodearlos con sus maniobreros
barcos lanzarse a entablar combate con unas naves cuya pesada mole y poca tripulación les hacía lentas y
difíciles de gobernar.
Más claro imposible: las naves de
Antonio eran muy pesadas y con una tripulación escasa que, por si fuera poco,
estaba formada por marineros sin experiencia como Plutarco nos cuenta unas
líneas más arriba:
ὁρῶν ὑπὸ τῶν τριηραρχῶν
ἐκ τῆς "πολλὰ δὴ τλάσης" Ἑλλάδος ὁδοιπόρους ὀνηλάτας θεριστὰς ἐφήβους,
καὶ οὐδ' οὕτω πληρουμένας τὰς ναῦς, [62.2] ἀλλὰ τὰς πλείστας ἀποδεεῖς καὶ
μοχθηρῶς πλεούσας.
(…) viendo (Antonio)
que los trierarcas, al no tener tripulaciones, reclutaban de la “ya muy
fatigada Grecia” (versos de Eurípides de su tragedia sobre Heracles) a viajantes,
muleros, segadores y jóvenes, pero, ni aún así se completaban las naves, sino
que la mayoría carecía de personal y a duras penas podían navegar.
En fin, un completo desastre fue la
elección de Antonio pues veía que tenía, tal y como llevaba la flota, todas las
de perder. Pero aún queda más que os contaré en la entrada siguiente.
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