Y,
si en otra entrada veíamos el aspecto físico de Antonio, vamos en ésta a ver el
aspecto de Cleopatra y sus cualidades. Dice así Plutarco:
καὶ γὰρ ἦν ὡς
λέγουσιν αὐτὸ μὲν καθ' αὑτὸ τὸ κάλλος αὐτῆς οὐ πάνυ δυσπαράβλητον οὐδ' οἷον ἐκπλῆξαι
τοὺς ἰδόντας, ἁφὴν δ' εἶχεν ἡ συνδιαίτησις ἄφυκτον, ἥ τε μορφὴ μετὰ τῆς ἐν τῷ
διαλέγεσθαι πιθανότητος καὶ τοῦ περιθέοντος ἅμα πως περὶ τὴν ὁμιλίαν ἤθους ἀνέφερέ
τι [27.4] κέντρον. ἡδονὴ δὲ καὶ φθεγγομένης ἐπῆν τῷ ἤχῳ· καὶ τὴν γλῶτταν ὥσπερ ὄργανόν
τι πολύχορδον εὐπετῶς τρέπουσα καθ' ἣν βούλοιτο διάλεκτον, ὀλίγοις παντάπασι
δι' ἑρμηνέως ἐνετύγχανε βαρβάροις, τοῖς δὲ πλείστοις αὐτὴ δι' αὑτῆς ἀπεδίδου τὰς
ἀποκρίσεις, οἷον Αἰθίοψι Τρωγλοδύταις Ἑβραίοις Ἄραψι Σύροις Μήδοις Παρθυαίοις.
[27.5] πολλῶν δὲ λέγεται καὶ ἄλλων ἐκμαθεῖν γλώττας, τῶν πρὸ αὐτῆς βασιλέων οὐδὲ
τὴν Αἰγυπτίαν ἀνασχομένων παραλαβεῖν διάλεκτον, ἐνίων δὲ καὶ τὸ μακεδονίζειν ἐκλιπόντων.
Según cuentan, su belleza no era por sí misma tan incomparable como para atontar a los
que la veían, pero su trato tenía un atractivo irresistible y su aspecto,
unido a una conversación seductora y a la vez, en cierto modo, a su manera
envolvente de relacionarse, ,llevaba en sí una especie de aguijón. También era
un placer escuchar el sonido de su voz y, como su lengua se adaptaba con suma
facilidad, cual si fuera una lira de muchas cuerdas, al idioma que quisiera,
eran muy pocas las ocasiones en que debía servirse de un intérprete en sus
encuentros con bárbaros (entiéndase esta palabra en su sentido helénico de no
griegos) a los que la mayoría de las veces les contestaba ella misma sin
ninguna ayuda, ya fueran etíopes, trogloditas (pueblo primitivo que habitaba en
las costas del Mar Rojo), hebreos, árabes, sirios, medos o partos. Se dice que
había aprendido otras muchas lenguas cuando sus antecesores en el trono ni
siquiera se habían molestado en aprender la lengua egipcia y algunos hubo que
hasta se olvidaron de hablar el macedonio.
El texto plutarquiano no
tiene desperdicio porque vemos cómo Cleopatra no era un belleza tan
deslumbrante, no era un bellezón, pero podemos apreciar con claridad que su
encanto radicaba en su inteligencia que se traducía en una manera de hablar
seductora. Y fijaos que, al final, hay algo muy interesante que os vuelvo a
copiar:
ἐνίων δὲ καὶ τὸ
μακεδονίζειν ἐκλιπόντων.
Y
hubo algunos que se olvidaron de hablar en macedonio.
Estas
poquitas palabras de Plutarco nos revelan que los Tolomeos, familia a la que
pertenecía Cleopatra que era griega por linaje y no egipcia, hablaron su lengua
nativa durante más de tres siglos. Ya escribí en otra entrada de lo absurdo que era que, en algunas producciones
de Hollywood, se tomara a una actriz negra para que diera vida a la reina de
Egipto pues ésta no era africana ni de raza, ni de lengua, ni de cultura. Item
más, en la Antikensammlung Berlin, dicho en cristiano, en la Colección de Antigüedades de Berlín, podemos ver un busto de Cleopatra VII en
mármol pario que los especialistas identifican como el más probable retrato de
la reina. Y entre los especialistas que así lo identifican, tenemos a un mañico
de Zaragoza, el profesor Francisco Pina Polo, que es un experto en la reina de
Egipto. Es el retrato que os pongo como
ilustración de la entrada y en él no creo que nadie pueda apreciar rasgos negroides.
Pero
¿quién lee a Plutarco a día de hoy salvo unos cuantos tarados o quién se fija
en ese aburrimiento que son los museos, especialmente si son alemanes?
Nos olvidamos de los clásicos y pasa lo
que pasa.
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