jueves, 17 de agosto de 2023

¿EN QUÉ LUGAR SE ENAMORÓ DE TI? I

 




Y, como creo que ya hemos hablado bastante de Antonio y Cleopatra, vamos a cerrar este grupo de entradas en las que se hace referencia a su lugar de encuentro. Para ello, una vez más, recurrimos a Plutarco que en su capítulo XXVI 1-6 no cuenta lo que sigue:

 

[26.1]Πολλὰ δὲ καὶ παρ' αὐτοῦ καὶ παρὰ τῶν φίλων δεχομένη γράμματα καλούντων, οὕτως κατεφρόνησε καὶ κατεγέλασε τοῦ ἀνδρός, ὥστε πλεῖν ἀνὰ τὸν Κύδνον ποταμὸν ἐν πορθμείῳ χρυσοπρύμνῳ, τῶν μὲν ἱστίων ἁλουργῶν ἐκπεπετασμένων, τῆς δ' εἰρεσίας ἀργυραῖς κώπαις ἀναφερομένης πρὸς αὐλὸν ἅμα σύριγξι καὶ κιθάραις [26.2] συνηρμοσμένον. αὐτὴ δὲ κατέκειτο μὲν ὑπὸ σκιάδι χρυσοπάστῳ, κεκοσμημένη γραφικῶς ὥσπερ Ἀφροδίτη, παῖδες δὲ τοῖς γραφικοῖς Ἔρωσιν εἰκασμένοι παρ' ἑκάτερον [26.3] ἑστῶτες ἐρρίπιζον. ὁμοίως δὲ καὶ θεραπαινίδες αἱ καλλιστεύουσαι Νηρηίδων ἔχουσαι καὶ Χαρίτων στολάς, αἱ μὲν πρὸς οἴαξιν, αἱ δὲ πρὸς κάλοις ἦσαν. ὀδμαὶ δὲ θαυμασταὶ τὰς ὄχθας ἀπὸ θυμιαμάτων πολλῶν κατεῖχον. [26.4] τῶν δ' ἀνθρώπων οἱ μὲν εὐθὺς ἀπὸ τοῦ ποταμοῦ παρωμάρτουν ἑκατέρωθεν, οἱ δ' ἀπὸ τῆς πόλεως κατέβαινον ἐπὶ τὴν θέαν. ἐκχεομένου δὲ τοῦ κατὰ τὴν ἀγορὰν ὄχλου, τέλος αὐτὸς ὁ Ἀντώνιος ἐπὶ βήματος καθεζόμενος [26.5] ἀπελείφθη μόνος. καί τις λόγος ἐχώρει διὰ πάντων, ὡς ἡ Ἀφροδίτη κωμάζοι πρὸς τὸν Διό    νυσον ἐπ' ἀγαθῷ τῆς Ἀσίας.

 

         Aunque había recibido muchas cartas de invitación de parte de Antonio y de sus amigos, las despreció (Cleopatra) e incluso se mostró desdeñosa con él hasta el punto de que se puso a remontar el río Cidno en una barcaza que tenía la popa dorada, habiendo desplegado unas velas púrpuras y con unos remos que tenían asidores de plata que, a su vez, eran maniobrados al compás de una flauta a la que acompañaban caramillos y cítaras.

         Me permito algunos comentarios y seguimos luego con la traducción. Vemos cómo, virtuosa como era en el arte de la seducción, Cleopatra lo desdeña en un principio, pero se monta toda una performance al estilo de las superproducciones de Hollywood que veía un servidor en el cine Velázquez en el que olía a Ozonopino Ruy Ram; en la superproducción no faltan ni una barcaza con popa de oro ni los músicos. Vamos a seguir porque el asunto no tiene desperdicio.

         Cleopatra misma reposaba tumbada debajo de un toldo bordado de oro e iba adornada, tal y como aparece Afrodita en las pinturas, con dos niños, semejantes a los amorcillos que aparecen en los cuadros,  que iban a ambos lados de ella abanicándola.

         ¡Toma ya! La performance de la reina tolemaica roza ya a Cecil B. de Mille.

         Igualmente, las más hermosas sirvientes, con vestidos de Nereidas y Gracias, atendían unas al gobernalle y otras a los cabos. Numerosos sahumerios exhalaban unos aromas maravillosos que inundaban las riberas. Grupos de personas le daban escolta a la nave por el río desde ambas orillas a la par que otros bajaban de la ciudad a contemplar el espectáculo. La muchedumbre abandonaba la plaza y se marchaban de tal forma que el propio Antonio acabó quedándose solo.

         Lógico. La gente, admirada por el espectáculo que se había montado la reina del Nilo, le dejó a Antonio con un palmo de narices en la tribuna y se marchó a verla al Cidno. El plan de Cleopatra estaba dando resultado y los habitantes de Tarso ya estaban más pendientes de ella que de cualquier otro acontecimiento que tuviera lugar en su ciudad. Es más , hasta empezaron a decir que la propia Afrodita, diosa del amor, venía a encontrarse con Dioniso, dios del vino y del desenfreno:

         Por todas partes, se extendió la especie de que Afrodita con su cortejo venía a encontrarse con Dionisio por el bien de Asia.

         Hasta aquí la primera parte de este encuentro. Veamos en otra entrada cómo siguió.

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