jueves, 20 de septiembre de 2012

UN POEMA PARA HACERNOS PENSAR


Leed con atención este poema de Manuel Scorza, ese gran poeta peruano que murió en Madrid en un acccidente aéreo.

¿Podrán dormir los grandes banqueros sabiendo que mantienen en la miseria al ochenta por ciento del planeta? ¿Podrán dormir nuestros gobernantes sabiendo que están quitando a los trabajadores los logros conseguidos tras muchos años de conquista? ¿Podrán dormir los ricos con sus joyas de Choppard y sus colecciones de coches de lujo mientras a pocos kilómetros una familia se queda sin su piso por no poder pagar la hipoteca? Demasiadas preguntas que quizás no tengan respuesta.

Epístola de los poetas que vendrán

Tal vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
tal vez mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas
por donde venía la ardiente cólera.

Yo respondo:
por todas partes oíamos el llanto,
por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras.
¿Iba a ser la Poesía
una solitaria columna de rocío?
Tenía que ser un relámpago perpetuo.

Mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazón no sonreirá.

Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
No digáis el romance de los lirios.
Hay cosas más altas
que llorar amores perdidos:
el rumor de un pueblo que despierta
¡es más bello que el rocío!
El metal resplandeciente de su cólera
¡es más bello que la espuma!
Un Hombre Libre
¡es más puro que el diamante!
El poeta libertará el fuego
de su cárcel de ceniza.
El poeta encenderá la hoguera
donde se queme este mundo sombrío.
MANUEL SCORZA


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