lunes, 30 de diciembre de 2019

CARTA A LUIS ANTONIO DE VILLENA



Mis recuerdos de don Luis Antonio de Villana se remontan a mis primeros años en la Facultad de Filología de la Complutense, más en concreto a las clases de latín de José Antonio Enríquez González cuando nos mandó hacer un trabajo sobre Catulo y tan sólo había dos libros en la Facultad con traducciones de sus poemas: el de Miguel Dolç, en Alma Mater, y el de Villena en Ediciones Júcar. Cuando Dolç, gran filólogo sin duda, abordaba los epigramas eróticos de Catulo, recurría a circunloquios que no reflejaban para nada lo que el texto latino decía. Ahí va un ejemplo:

Paedicabo ego vos atque irrumabo

         Estos famosos versos los traducía Dolç de una forma absolutamente anodina y falsa: Os mostraré todos mis atributos viriles o algo así, que escribo de memoria y no me apetece acercarme a la biblioteca de casa para ver la traducción. Sin embargo, Villena, lo decía más claro: Os joderé y me la chuparéis que se acerca mucho más aunque le da una pequeña vuelta al texto que se debería traducir por “os daré por el culo (paedicabo) y os la chuparé (irrumabo)”. En fin, pelillos a la mar.

         Después he leído mucho al Villena poeta, al Villena prosista, al Villena traductor de maravillas como Silvia Plath o Sandro Penna (un poeta que está en la cabecera de mi cama)o el Villena contertulio de la televisión cuando ésta no era un refugio vil de la peor calaña de esta España transida de ordinariez. Villena es ahora mi amigo de Facebook (que,  a veces,  hasta sirve para algo) y lo sigo con deleite,  leo sus escritos y me releo sus versos siempre hermosos, siempre cultos, siempre sentidos.

         En esta España cateta, la figura de Luis Antonio de Villena es una bendita excepción. Su refinamiento dandy y su estética le hacen ser una avis rara en medio de tanta cutrez, de tanta peste de  ajo después de un café torrefactado de vulgaridad, de tantos famosos que confunden a Julio César con Julián Cerezas (Machado dixit). Finalmente, don Luis Antonio Villena es un gran conocedor del mundo clásico como se puede comprobar en su obra, tanto poética como de ensayo

         Me quedo corto, señor de Villena, (¡hasta es bonito y elegante su nombre evocación de aquel marqués Maestre de la Orden de Santiago, Mayordomo Mayor del rey y, por no seguir con una lista interminable, tutor de Alfonso, el joven rey coronado en la farsa de Ávila!) y tengo que dejar de escribir esta humilde semblanza suya en este el más humilde de los blogs que pululan y navegan por la red. Espero que sepa comprender mi mal  estilo y perdonar mis muchas faltas.

LUCIANO, EL JULIO VERNE DEL HELENISMO



Luciano de Samósata era un tipo con un gran sentido del humor que vivió allá por un convulso siglo II después de Cristo. Era sirio de nación, romano de ciudadanía y griego de lengua, en esa koiné en la que se escribieron los Santos Evangelios,  y escribió unos relatos fantásticos que le hacen ser un Julio Verne con diecisiete siglos de anticipación. En sus Diálogos de cortesanas, retrata muy bien la vida de la burguesía en la sociedad helenística; en los Diálogos de los dioses, Luciano habla con los dioses de tú a tú, dejando claro que el hombre de aquellos tiempos ya no creía en ellos y, por no alargarme, en sus Diálogos de ultratumba, se convierte en un cronista del Hades. Por otro lado,  sus textos van sentando las bases, junto con los grandes novelistas griegos de este siglo y posteriores, de lo que será la novela moderna que no nace con Cervantes, sino que tiene su origen en estos autores griegos. El mismo Cervantes,  en su Persiles y Sigismunda, bebe de la novela llamada en ocasiones bizantina. Recuerdo que el gran García Gual fue el que primero lanzó esta idea en España en su maravilloso libro sobre el origen de la novela. Pero dejando de lado todas estas quaestiones philologicae, lo importante es que la lectura de Luciano nos reporta un rato divertido, lleno de buen humor y de joie de vivre. Merece la pena su lectura y, cuando lo hagáis, me los vais a agradecer. Seguro.

viernes, 27 de diciembre de 2019

QUI PRO QUO O EL ASESINADO ES EL ASESINO



Gesualdo Bufalino no era un escritor normal, sino que era uno de esos escritores como Calvino, Cunqueiro o Mujica Láinez que son escritores solares. Puesta esta premisa, ahora os puedo decir que, si Bufalino se pone a escribir una novela policíaca, esta novela no puede ser convencional y tiene que ser algo especial como es Qui pro quo en donde hasta el asesino puede ser el propio muerto. Esto que parece inverosímil merece la lectura de la  novela en la que se goza a raudales de la prosa maravillosa de Bufalino. No os voy a decir quién es el culpable porque a lo mejor no se revela; o sí, vaya usted a saber a Sicilia que es donde nació don Gesualdo.

¡FELICES PASCUAS!


Mi abuelo Luis, de quien tanto hablo en este blog, para felicitar las Navidades, decía siempre ¡Felices Pascuas! y, tanto se me quedó de pequeño esta expresión que me extrañó cuando un sacerdote, en Salamanca,  el día de la Pascua de Resurrección, nos felicitó diciendo ¡Feliz Pascua!. ¿Es correcto decir en Navidades Felices Pascuas! Vamos a verlo con calma.

         La Pascua,  como tal paso del Señor,  es la Pascua de Resurrección y por tanto está muy bien que el Domingo de Resurrección felicitemos la Pascua, pero, ya desde la Edad Media, empezaron a ver que en Navidades había otro paso del Señor; es más, - y esto es de Perogrullo-, sin navidades no podría existir la Pascua. Pero todavía fueron más lejos porque se dieron cuenta de que Nacimiento y Muerte estaban íntimamente ligadas en Cristo y así notaron que el pesebre era un anticipo de la tumba y que los paños que lo envolvieron al nacer serían,  treinta y tres años después, los paños que envolvieron su cuerpo. Y así se empezó a felicitar la Pascua también por Navidad.

         Pero no queda el asunto ahí pues también se vio que en Pentecosté

s también el Señor “pasaba” y se empezó a hablar de la Pascua de Pentecostés de manera que, si no me equivoco, tres serían las Pascuas del año, porque tres veces “pasa el Señor”: Resurrección, Navidad y Pentecostés

         Finalmente y para no ponerme pesado, decir que,  si en Navidad decimos felices Pascuas en plural,  es por la misma razón que decimos felices Navidades, buenos días o buenas tardes: porque en castellano esas expresiones son en plural al contrario que en otros idiomas en los que se desea buen día en singular: guten Tag o bon jour. Por cierto, que guten va en acusativo, pero esto ya es otra historia que contaré otro día, Deo volente.

 

JUAN VÁSQUEZ, EL GRAN POLIFONISTA PACENSE


He estado escuchando al maestro extremeño Juan Vázquez con sus villancicos y madrigales y os le traigo porque su música llena profundamente esos corazones un tanto dulcificados por la Navidad. Nacido en Badajoz en 1500, en 1538 lo encontramos de sochantre en la catedral pacense y, en 1539, se nos vendría para Palencia como cantor y en la mágica ciudad del Carrión entraría en contacto con vihuelistas de la talla de Valderrábano, Fuenllana o Pisador. Volvería otra vez para el sur y en Sevilla entró en contacto con los grandes polifonistas sevillanos, Cristóbal de Morales o Francisco Guerrero. Sabemos que fue sacerdote, pero tan sólo conocemos de él una obra religiosa : Agenda defunctorum. Desconocemos la fecha exacta de la muerte del gran polifonista pacense pues algunos autores la sitúan en 1560 y otros, apuntando la posibilidad de que trabajara para los Medina –Sidonia, la fechan en 1570 o 1571. Su música, llena de la dulzura de los polifonistas andaluces, es una pura delicia y el sello Brilliant nos la ofrece  a bajo precio. Ante situaciones como éstas,  no se puede dudar.


lunes, 23 de diciembre de 2019

JOSEP CARNER



Anda últimamente el catalán, puesto en bocas obscenas y soeces de golpistas y rufianes, algo menguado en su hermosura y es más que probable que muchos españoles, presa de la desinformación más atroz, asocien catalán con independentismo, esteladas, procés y mil estupideces más que llenan las pantallas de nuestros televisores, los periódicos y los móviles. Sin embargo, aquellos que lo hemos amado de siempre, que hemos mamado tanto de la Odisea de Carles Riba como de la de Pabón de Urbina, que hemos gustado de la prosa de Pla o de la poesía de Espriú, de Josep María de Sagarra o de Mercé Rodoreda, sabemos que la lengua catalana tiene una literatura muy hermosa, de las más hermosas de toda Europa. Este es el caso de Carner, el gran poeta catalán, de escritura fina y elegante, un caballero del catalán. ¡Qué placer leer sus poemas, esos poemas que seguro que no ha leído Gabriel Rufián porque en su república, como en la platónica, han sido expulsados los poetas! Os dejo con este poema en el que se habla de tres muchachas, de tres hermosas muchachas que nunca estarán en la CUP, ni en ERC ni en Junt per la pasta.

TRES NOIES

Passen tres noies, totes de blanc,

sota una pluja de sol batent,

mans enllaçades, galtes rosades

i cabelleres volant al vent.

Inconegudes ja de llurs mares,

van deleroses qui sap a on;

sembla que estrenin el goig de l'herba

i que refacin el cor del món.

Oh nova glòria, ben tots memòria!

Ulls que llampeguen i boca ardent,

mans enllaçades, galtes rosades

i cabelleres volant al vent!

LA VIDA ANTE SÍ


 

Érase una vez un niño musulmán que vivía en un “clandé” con una señora judía que, antes de empezar a engordar en la cincuentena, había sido puta, es decir, se había defendido. El niño, que es hijo de una puta a la que mató su chulo que, a su vez, era el padre del niño, crece en el “clandé” o, para que nos entendamos, casa para otros hijos de puta de diferente procedencia, y quiere con locura a la pobre Rosa, la judía que también había sido pilingui. Por aquella casa circulan negros, proxenetas, musulmanes que leen a Víctor Hugo y otras gentes de mil raleas. Y Momo- el niño se llama Mohamed, pero lo llaman Momo- , aunque no le dejan entrar en los cines porque las películas no están toleradas,  ha tenido que tolerar muchas cosas que un niño no tendría que haber tolerado. Por eso un día se hartó y le enseñó el bálano a la cajera de uno de aquellos cines a los que no podía entrar para demostrarle que él, a sus catorce años, era todo un hombre. Momo estará siempre con Rosa y ésta morirá …


         No puedo contarlo y tan sólo puedo deciros que leáis esta novela de Emile Ajar: La vida ante sí. Todo un descubrimiento.

EL ALAJÚ DE CUENCA


Como ya andan cercanas las Navidades, me va llegando el turno de hablaros de algún dulce propio de estas fechas tan entrañables en las que tienes que cenar con familiares que ves una vez al año (y hace daño) que se pasan la cena jugando con el móvil a mil juegos varios. De nada vale que hayas puesto el Belén, el árbol o a Papá Noël en pelota viva delante de la chimenea porque ellos vienen a los suyo: a contarte sus grandezas, sus logros, sus viajes, sus coches y poco más. Ya no se cantan villancicos en la noche de Nochebuena y los más jóvenes salen disparados a la enésima fiesta que durará hasta bien entradas las claritas del día. Mas,  como si reparáramos en todo eso,  nos iríamos a un convento a pasar las Navidades para estar en paz y sosiego, es mejor fingir lo mucho que nos interesan y dedicarnos a los pequeños detalles. Sin ir más lejos,  podemos dedicarnos al  alajú de Cuenca que es una especie de turrón hecho con pan rallado y tostado cuyo sabor no es parecido a nada que podías conocer. Servidor tan sólo ha estado una vez en Cuenca y de este viaje ya va casi a hacer medio siglo, pero reconozco que Cuenca ha estado muy presente en mi corazón por Lorca y sus Sonetos del amor oscuro (Viste la ciudad que gota a gota), por la Semana de Música Antigua, por Perales, por por el alajú y por el resolí que te vi.


domingo, 8 de diciembre de 2019

LAS NAVIDADES EN GRECIA



LAS NAVIDADES EN LA GRECIA ACTUAL

         Puesto que ya están cercanas las Navidades, he creído conveniente ver cómo las pasan nuestros amigos griegos y os he ido explicando, día a día festivo, cómo pasan las Pascuas por aquellas lejanas tierras. Espero que os guste y que os animéis a poner en práctica algunas de las tradiciones que recojo en esta entrada.

         En primer lugar, decir que Grecia es un país de religión cristiana ortodoxa y que es un país que conserva sus tradiciones navideñas porque es fuertemente religioso.

         Las Navidades se dicen en griego moderno Τα Χριστούγεννα. “Lo relacionado con el nacimiento de Cristo” Y tienen los días festivos que señalamos a continuación:

 

24 de DICIEMBRE

 Nuestra Nochebuena se denomina en Grecia:

         Η παραμονή  Χριστουγέννων que significa literalmente “la víspera del nacimiento de Jesús.”

         Los niños ( τα παιδία) andan  por las calles cantando villancicos que en griego se llaman τα κάλαντα. Los instrumentos más habituales son el triángulo, las guitarras o los acordeones a los que los griegos son muy aficionados. Se acercan a las puertas de la casas y, tocando el timbre o la campana, pronuncian estas palabras:

         Να τα πούμε;

         Que podríamos traducir como “¿te la canto? Si el dueño de la casa acepta y les deja cantar su canción, tiene que darles a los niños unos pastelillos típicos, una especie de polvorones bañados con azúcar, que se llaman en griego Οι κουραμπιέδε

 

25 de DICIEMBRE (NAVIDAD)

         Este día es el día del nacimiento de Cristo Το Χπριτουγέννον

         Se celebra con una comida tradicional que está compuesta por un plato tradicional, el Γαλοπούλα με πατάτες στο φούρνο, es decir, pavo con patatas al horno, o el cochinillo asado ( Γουρουνόπουλο) y un postre típico, Μελομακάρονα, un pastel de miel, canela, naρanja y nueces.

31 de DICIEMBRE.

Η παραμονή Προτοχρονιάς  8 La víspera de Añonuevo literalmente el “primer día del año”.

Η Πρωτοχρονιά ( El primer día del año)

         En esta fiesta, que se corresponde con nuestra Nochevieja, los niños salen de nuevo a las calles para cantar canciones que celebran el primer día del año que será a la mañana siguiente ( Η πρωτοχρονιά), pero en esta ocasión son las “canciones o villancicos del primer día del año” ( Año Nuevo en nuestro país). Esos villancicos se llaman Τα κάλαντα Πρωτοχρονιάς, “los villancicos del primer día del año”.

 

1 de ENERO

         Para los griegos, es el día del Ο ἀγιος Βασίλης, San Basilio. Este  es el día en quε los niños reciben los regalos como en nuestro país,  el día de los Reyes Magos.

         Ese día se come la  Η βασιλόπιτα , el pastel de San Basilio que es el equivalente a nuestro roscón de Reyes. También, como en nuestro poster tradicional se introduce una sorpresa, pero a diferencia de España en donde introducimos un haba y una sorpresa, los griegos colocan en la masa una moneda de euro y el que la encuentra será el afortunado del año.

6 de ENERO

         Para los griegos, éste es el fía de la θεοφανία ο Επιφανία ο Η Εορτή των Φώτων.  En ese día no se reparten regalos en Grecia porque ya se han repartido el día primero de año.

 

         Como curiosidad, decir que los griegos suelen poner en sus casas y en sus plazas un velero iluminado que el το καράβι. El árbol de Navidad también se pone, pero es una tradición extranjera. En griego, árbol de Navidad se dice το δέντρο  Χριστουγέννων ο το Χριστου γεννιάτικο δέντρο.

        

LAS MENTIRAS DE LA NOCHE



¡Qué maravilla de prosa la de Gesualdo Bufalino, el gran escritor siciliano! La lectura de Las mentiras de la noche me ha reportado momentos de gran placer lector, de honda satisfacción y de alegría por adentrarme por esos caminos tan maravillosas que traza el divino escritor italiano. El placer de esta lectura, que no se si se puede medir con  la pirámide de Maslow, es semejante al que me ha producido siempre la lectura de otro gran escritor italiano, Italo Calvino. Estos condenados a muerte que pasan sus últimas horas contando ese momento que les gustaría recordar cuando la guillotina bajara sobre sus cuellos y que tienen como caudillo al Padreterno, un jefe de bandidos cuya identidad es una incógnita, recuerdan a Scherezade queriendo evitar su muerte contándole cuentos al visir. Una gran obra para el disfrute de aquellos para quienes la literatura es algo más que un pasatiempo: es una manera de vivir.  Gran libro, gran lectura y gran prosa la de este escritor que viene de esta tierra siciliana que tantos buenos escritores ha dado y que todos tenéis en la punta de la lengua.

sábado, 23 de noviembre de 2019

CARLOS DELGADO CALVETE Y LAS PARTITURAS TORCIDAS DE DIOS


Gracias a radio Clásica  y a su programa Post data que presenta Silvia Pérez Arroyo,  tuve conocimiento de este libro que ha escrito el psiquiatra madrileño afincado en Vigo, Carlos Delgado Calvete. El tema es muy atractivo: analizar la vida de veintitantos músicos que presentaron problemas mentales que van desde las depresiones exógenas a trastornos psicóticos. Por ahí desfilan Gesualdo da Venosa, que mató a la mujer y al amante de su santa con el ensañamiento más terrible, Mahler, Bruckner, Falla, gran maniático obsesivo, Rachmaninov, con aquella depresión que le produjo el fracaso de su primera sinfonía dirigida por un Glasunov en “estado de gracia etílica” o hasta el propio Rossini. Destacan en estas vidas Wolf y Rott cuya relación con Brahms les provocó trastornos graves de su mente. Por ahí anda también Tchiakovsky y su homosexualidad, Paganini o Donizetti con su neurosis provocada por una sífilis. En fin, un libro que hace las delicias de los amantes de la música y que nos reafirma en ese dicho de que “ de médico, poeta y loco, todos tenemos un poco.”

MIS MEMORIAS O LAS MEMORIAS DE MIGUEL MIHURA




Miguel Mihura fue un escritor madrileño al que estudiábamos en el bachillerato por ser el autor de Tres sombreros de copa, una obra de teatro que no acabábamos de entender por aquellos años mozos porque su humor, maravilloso y surrealista, nos superaba. También Mihura dirigió La Codorniz, ese semanario mítico de humor, y escribió obras tan buenas como Melocotón en almíbar, Ninette y un señor de Murcia o, por no extenderme en demasía, El caso de la mujer asesinadita. El humor de Mihura es un humor fino, que bordea el surrealismo y que tiene un punto infantil que me ha emocionado mucho siempre. En estos días de noviembre, he leído Mis memorias que contienen historias tan bonitas como la del torero oficinista, el casino de las barbas blancas o el piano. Mihura hace uso de eso de la que el mundo está tan escaso: la ternura. Merece la pena leer estas memorias de Mihura en las que encontramos pasajes como éste en las que habla de las pescadillas:
         “Su mundo era el comedor de una casa de huéspedes y a lo único a lo que podían aspirar es a que se las comiese un empleado de cincuenta duros al mes, de esos que se escarban los dientes con un palillo.
         En los hoteles de lujo de primera categoría no las dejaban entrar y eso es lo que las hacía ser envidiosas y tener los dientes pequeños, sucios y separados. ¡Cómo odiaban a la trucha! ¡Qué asco más feroz!
         Tampoco tiene desperdicio esa descripción de las ovejas que “son como un pedazo de almohada con un perro dentro”  o cómo describe también la necesidad de tener un piano en una casa:
         “¡Y qué se puede esperar de una casa que no tenga piano!¿Cómo es posible que sin piano una familia pueda ser feliz?
         El piano, entonces, parecía una persona de la familia. Era como un viejo pariente que no sale nunca de casa y cuenta por las noches las historias más divertidas y más sentimentales. Por eso la familia que no tenía el calor de un piano era una familia incompleta y desunida a la que le falta el miembro principal.”
         Enorme, don Miguel, enorme.
 


sábado, 16 de noviembre de 2019

LO SIENTO, PERO ROSALÍA NO CANTA FLAMENCO




Lo siento, pero Rosalía no canta flamenco. Flamenco cantaban La Paquera, mi Perla de Cádiz, Fernanda y Bernarda de Utrera, la Niña de los Peines o la tía Anica la Piriñaca; flamenco cantan Carmen Linares, Mayte Martín, Lela Soto, Esmeralda Rancapino o La Tana, pero, repito, Rosalía no canta flamenco. Esta chica catalana utiliza el flamenco, coge una pincelada de él y crea un nuevo estilo, un estilo muy “fusionado” que no tiene nada que ver con lo que canta una cantaora de ley. Me deslumbró esa maravillosa versión de“Si me das a elegir” de los Chunguitos, pero eso no es flamenco; el arreglo de unos tientos “Que no lo pasen por mi puerta” que cantaba don Antonio Chacón y que cantó de manera genial Enrique Morente en su disco dedicado a Chacón que fue uno de los primeros discos flamencos que me compré, es un arreglo sobre un tema flamenco, pero, lo repito por tercera vez, no es flamenco. No voy a entrar en que si se apropia de una cultura que no es la suya porque, en eso, los gitanos no tienen razón: siempre ha habido muy buenos cantaores payos y siempre ha habido cantaores gitanos que se han aprovechado de su etnia para pasar de matute un cante que no se hubiera tolerado a un payo. No voy a entrar sobre si copia el acento andaluz porque ni me va ni me viene. Tan sólo digo, con la experiencia de alguien que lleva escuchando flamenco muchos años que Rosalía no canta flamenco. Y punto.

domingo, 10 de noviembre de 2019

EL VIOLONCHELISTA DE SARAJEVO



Cada día, cuando entro en clase de Cultura Clásica, me siento como este hombre que aparece en la foto. ¿Qué relación guardo con este violonchelista? Muy sencillo: él tocaba en las ruinas de Sarajevo, la ciudad que tuvo una gran biblioteca, una gran universidad, una gran cultura, y un servidor “toca” en las ruinas de lo que fue un gran sistema educativo que, como decíamos unas semanas atrás,  está en un proceso de devaluación continua. Sin embargo, no quiero que penséis que esta es una entrada negativa, sino todo lo contrario: si el violonchelista fue capaz de mantener esa llamita encendida y hoy Sarajevo es una ciudad en la que se vive de nuevo la cultura, creo que mi labor no es estéril. No me quitéis la ilusión.

El violonchelista se llamaba Vedrán Smailovic y Stefen Galloway escribió una novela que no está del todo mal.


IL CASTELLO SANGRIENTI DE LUIS FERNÁNDEZ VALDÉS "LUDI"


Si hace unos meses traía hasta este blog a Joaquín Abati con su romance de El conde Sisebuto, es de justicia que también aparezca el romance en “italiano” de Luis Martínez Valdés, Ludi, que era , según Alfonso Ussía, tio-bisabuelo de Francisco Álvarez Cascos. He dicho romance y he dicho mal pues Il Castelo sangrienti, que así se llama el poema, está escrito en quintillas encadenadas. Ahí va:
Il Castello Sangrienti.

(Trachedia desarrollata
en el ruinoso castello
del barón de Chente Mata.


Si no é cherta e veritata
que me arranquen un capelo.

Tras morisca ventaneta,
con el semblante contenti,
la primorosa Giulieta
intona una canzoneta
que porta en alis del vienti.

Es su voche melodiosa
cual la campana de Huesca;
é chentile, candorosa
e más fresca que una rosa.
quichás demasiado fresca.

Digo fresca y é verdate
perque lichera de rope
e a la finestra asomate
está pelando patate
con un sable de la trope.




A bordo d’ una barqueta
llega un mancebo eleganti,
vestidato di etiqueta,
con gorra de sportman, guanti,
e gabani con faldeta.

Fumando brevas a pasti.
fraguan algún plane siniestri,
perque a la paloma casti
le hace con el ojo diestri
la señal del as de basti.

La joven enamorata
le arroja una escalinata
fabricata con cordeli,
e per ella le donceli
como un felino esquilata.

Il padre, que era un Nerone,
observó la operachione
desde un huerti exuberanti
donde tiene plantachione
de pementone picanti.

Aparte del pimentone,
cultivaba le melone,
le fabi, la remolache,
le chufi, le macarrone
e le turrón de guirlache.

Pronto le gran caballeri
de su honore se ricorda
e trepando per la corda
sube a le piso primeri
portando una estaca gorda.

Le burlato personache
da uno grito de corache
al ver que sua filla vile
está, con furia salvache,
abrazando a un zascandile.

Altamente incomodati
les apunta sin pietati
con una vieja escopeti,
per profanare il respeti
di un lugare tan sacrati.

Suona una detonachione
e una descarga chertera
atraviesa le pulmoni
del galÁn e la pendoni.
¡Fué una morte de primera!

Furiosi, desesperati,
e con el chuichio incompleti,
tritura les esqueleti:
poniendo al uno en tomati
y al otro a la vinagreti.



 
Abre luego le balcone
e se lanza en direchione
vertical sobre un peñasqui,
quedando il pobre barone
como un centollo sin casqui.

Tutis los astros del chelo
se tiñeron d’ escarlata.
desde entonces, no es camelo,
no s’ abrió más il castelo
del barón de Chente Mata.

    Luís Martínez Valdés «Ludi