martes, 30 de abril de 2013

O BARDO DO SALNÉS


Para acabar el mes de abril que ya se nos va (entra mayo y sale abril; tan garridico que le vi partir), nada mejor que recordar a Ramón Cabanillas, poeta cambadés con quien aprendí a leer versos en gallego después de Rosalía. Mis padres me compraron las obras completas, primero un tomo, luego otro, en aquel estanco, librería y papelería que había en la Calle Calvo Sotelo de Marín. Sus versos me acompañaron y me acompañan. Fue un poeta costumbrista (Vento mareiro), civil y patriótico (A terra asoballada), amoroso ( A rosa das cen follas). Creo que nunca se ha traducido al castellano y alguna vez he pensado en traducir su rosa, pero tal y como está el paño creo que no merece la pena.

         Os dejo en prenda este hermoso poema dedicado a una pobre loca de pueblo. Lo musicó Juan Pardo hace una poridad de años en aquel LP que se llamó Galicia, miña nai que tés dous mares. Con él vuelvo a la adolescencia.

POBRIÑA DA TOLA
 
Non teño parentes
amores nin chouza.
Aldea en aldea,
parroquia en parroquia,
ando polo mundo
arredada e soia.
Xanto cando atopo
cunha almiña boa
que polos seus mortos
bótame de esmola
a cunca do caldo
e o anaco de broa.
Durmo nos camiños
érgome coa aurora,
lávome nas fontes
de crara auga morna,
e as noites que a lúa
loce briladora,
como nun suspiro
paso as horas mortas
mirando para ela,
cantándolle copras:
Lúa, lúa branca
como me namoras (bis)
Os cans que me ladran,
e os nenos que xogan
tirándome pedras,
chamándome tola,
atraveso veigas,
rubo corredoiras,
e salto valados
cubertos de roxas
espiñas de estripos
e ortigas treidoras
que fírenme a carne
e ráchanme a roupa…
¡a roupa dos probes
que nunca foi nova!
A xente do mundo
que di que esta corda
marmura ó toparme:
¡Probiña da tola!
E non é verdade.
¡Abofé… abofé que estou corda!
¡Si a xente soupera!…
Cando camiñando
paso polas hortas
a tempo que a gente
turra da espiocha
ou cava patatas
ou pranta cebolas
sempre hai un que diga:
- ¿A ónde vas Rosa?
I eu que nunca quixen
andar con parolas
- ¡Demo de xudío!
- ¿A ti que che importa?
E, sin mais palique,
vírome de costas;
mais ben me porcato,
facéndome a xorda
que queda decindo:
¡Probiña da tola!
O conto é que un fillo
¡bo mozo! da dona
do Pazo da Gándara
andúvolle ás voltas,
¡As cousas do mundo!
 
O triste da historia
foi que o mozo ó irse
deixouna sen honra.
Eu non me recordo…
¡Bah! ¿Quén se recorda?
Pero eu non acerto
que ten esa historia
que, cando contala
tristeiros escoitan,
namentras eu saio
correndo da horta,
os homes salaian,
e as vellas e as mozas,
co mandil nos ollos,
doloridas choran
decindo en voz baixa:
¡Probiña da tola!
A xente do mundo
que di que está corda
marmura ó toparme:
¡Probiña da tola!
E non é verdade.
¡Abofé… abofé que estou corda!
¡Si a xente soupera!…
que non é verdade.
¡Abofé estou corda!
¡Si a xente soupera
que eu vivo na groria!
Cando a noite cobre
o pinal de sombras,
dúrmome nun leito
de fiunchos e follas,
e a pouco desperto
e vexo una pomba
que baixa do ceo
voa que revoa,
e ven no meu colo
pousarse, e mimosa,
rúbeseme ó peito,
e bícame na boca,
fálame dos anxes
da Nosa Señora.
¡E todas as noites
ven a branca pomba
e conmigo fala
e conmigo xoga;
ate que alumeando
o pinal a aurora
rube cara o ceo
voa que revoa!
Por eso me río
cando ¡meigas fora!
a xente do mundo
que di que está corda
marmura ó toparme
¡Probiña da tola!
 

 


lunes, 29 de abril de 2013

TIERRA Y LIBERTAD


He leído hace muy poco El labrador de más aire de Miguel Hernández y me ha encantado. El oriolano bebe del teatro barroco, en especial del de Lope de Vega,  y escribe una obra llena de pasión en que un labrador llamado Juan defiende su tierra y su amor frente al tirano don Augusto. Es una lástima que una obra tan bonita no se reponga en los teatros en esta época de crisis social y teatral. Por cierto,  que en esta obra aparece el Romancillo de mayo que tanto me gusta y que colgaré en el blog en el próximo mes que comienza pasado mañana. Os la recomiendo si os gusta una buena obra de teatro del llamado social, pero que me gustaría más llamarlo de la vida.

miércoles, 24 de abril de 2013

LES PAYS DES GITANES

AGUSTÍN DE FOXÁ
         Gordo; con mucha niñez aún palpitante en el recuerdo. Poético, pero glotón. Con el corazón en el pasado y la cabeza en el futuro. Bastante simpático, abúlico, viajero, desaliñado en el vestir, partidario del amor, taurófilo, madrileño con sangre catalana. Mi virtud, la imaginación; mi defecto, la pereza. Soy conde, soy gordo, fumo puros; ¿cómo no voy a ser de derechas? Todas las revoluciones han tenido como lema una trilogía: libertad, igualdad, fraternidad fue de la Revolución francesa; en mis años mozos yo me adherí a la trilogía falangista que hablaba de patria, pan y justicia. Ahora, instalado en mi madurez, proclamo otra: café, copa y puro.
         Así se definía a sí mismo este escritor que cuenta en su haber con una novela de la que puedo decir que es de las mejores que he leído nunca: Madrid, de corte a checa. Fue además dramaturgo en prosa, Baile en capitanía, dramaturgo en verso, Cui-Ping-Sing, articulista y poeta. De los artículos hizo una selección el poeta Jaime Siles en 2003 y los publicó Visor; de su poesía, hizo una antología el también poeta Luis Alberto de Cuenca. Reconozco que me gusta la obra de Foxá y que la leo con agrado y que no tengo por qué excusarme y decir eso tan socorrido de “aunque no comulgue con sus ideas”. Don José Jiménez Lozano me contó cómo se enfrentó a Goebels en la embajada de España en París. El hecho fue más o menos como sigue:
En una recepción en la embajada asistía Foxá como embajador de España. Fue presentado a Goebels en calidad de tal y el lugarteniente del hombre del bigotín le dijo con desprecio:
Ah¡ l’Espagne, ce pays de gitanes!
A lo que Foxá, levantando por tres veces su copa, contestó repitiéndolo también tres veces:
Merde pour le trosième Reich.
No era fácil hablar así a un alemán que acababa de entrar en París y que era el amo del mundo. Foxá tuvo els collons para hacerlo. Como decía mi querido maestro Luis Celada, fruto de sus estudios en el Mozarteum de Viena, cuando le hacía un servidor un solo en el coro y mi manera de cantar le gustaba: mit zwei kojonen. Pues eso.

viernes, 19 de abril de 2013

MARTA Y MARÍA

¡Qué ganas tenía de leer Marta y María de Palacio Valdés! Por fin, ha podido ser en estos días pasados. La novela tiene un arranque fabuloso: todo Avilés está escuchando cantar a María el aria de La Traviata,  gran Dio, morir si giovine. No puede estar mejor elegida el aria (que se volverá a oír al final de la novela en el sueño que tiene el Marqués de Peralta) pues también María sufrirá, según el novelista, una especie de muerte para el mundo. No puedo contaros más. Tan sólo deciros que los personajes están muy bien trazados y, como muestra, ahí están Marta, la laboriosa, y María, la mística; el marqués de Peñalta, casi otro protagonista principal ( no en vano nos dice Francisco Trinidad en el prólogo que la obra en la traducción inglesa lleva el nombre del marqués). La edición está muy cuidada a cargo del ya citado especialista en Palacio Valdés, pero la afean multitud de erratas tipográficas que se podrían y deberían de subsanar en siguientes ediciones. Felicidades al Centro de Interpretación Armando Palacio Valdés de Laviana y que siga la edición de las obras del gran autor asturiano.

EN FLANDES SE HA PUESTO EL SOL


A mi abuela Patrocinio le gustaba mucho Marquina, gusto que había heredado de su padre José María. Como dicen que todo se hereda, yo tengo una gran querencia por este autor catalán, poeta y dramaturgo. Leí hace unos años la obra favorita de mi abuela:  La ermita, la fuente y el río y me gustó mucho. A mí, el teatro en verso me enloquece y de aquella obrita llevaba yo escuchando hablar desde que tenía uso de razón. Ahora me he trasegado al coleto Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol y, la obra corta, El último día. ¡Qué os voy a contar! He disfrutado como un enano con ese teatro modernista y de temas que para la intelectualidad ya están pasados de moda: Dios, el honor, la patria. Yo no soy un patriotero, pero me emociono ante los rasgos de honor de don Diego pues de honor y honra viene honradez y ¡estamos tan necesitados de honrados en esta España de hoy!  Además, no debemos olvidar que de estas obras bebió Lorca para su Mariana Pineda,  que tantos y tan buenos recuerdos me trae de cuando nuestro profesor de Literatura, Alfredo Peña, “Chacho”, la montó en aquellos años de COU en el Sagrado Corazón.  Para describir a un español, así dice don Diego en un momento de la obra:

No os preguntarán por mí,
que en estos tiempos a nadie
le da lustre haber nacido
segundón de casa grande;
pero, si pregunta alguno,
bueno será contestarle
que, español a toda vena,
amé, reñí, di mi sangre,
pensé poco, recé mucho,
jugué bien, perdí bastante,
y, porque era empresa loca
que nunca debió tentarme,
que perdiendo ofende a todos,
que triunfando alcanza a nadie,
no quise salir al mundo
sin poner mi pica en Flandes.

Y, luego, esa frase que ha hecho historia y que cierra el acto segundo:

¡España y yo somos así, señora!

En fin, ¡qué razón tenía mi abuela Patrocinio

EL SABOR DE LA TIERRUCA VISTO CON SOTILEZA




Siempre que vuelvo de Cantabria, regreso con una dosis muy alta de cantabrina y me pongo a leer a los poetas y escritores de la tierruca. No había leído Sotileza de Pereda y a ello me puse en una edición de Austral con cuerpo de letra que no llega al cinco. Y leer Sotileza ha sido darse un paseo por el Santander que ya no conoció Pereda con los callealteros y los comerciantes, los pescadores y los marinos mercantes. Llena de palabras pejinas, la novela se deja leer, pero parece mucho más antigua que Marta y María de Palacio Valdés que, curiosamente, es de un año antes. Don José María Valverde decía que era la mejor novela del novelista de Polanco. Quizás me guste más  Peñas arriba en el que regresamos al tópico del madrileño redimido por la vita rustica, pero ya sabéis que en el gusto también interviene el momento. Dentro de poco, como sigo aún con el ataque de cantabritis, me pondré a la lectura de El sabor de la tierruca, pero, mientras tanto, me quedo con el buen sabor de boca de Sotileza aunque, al final, … No, no puedo hacer eso: no puedo deciros lo que ocurre a la pobre pero noble Sotileza. Descubridlo vosotros si tenéis curiosidad. 

lunes, 15 de abril de 2013

TOMAS TRANSTRÖMER Y SU CIELO A MEDIO HACER



De este poeta sueco nacido en Estocolmo en 1931,  me he leído una antología de la editorial Nórdica que andaba por casa y no me ha disgustado. Os lo recomiendo. Se llama El cielo a medio hacer, como un libro suyo de 1962. En España, no es muy conocido, pero fue propuesto varias veces al Nóbel y ha sido traducido a más de cuarenta idiomas. Ya que estamos en abril, este poema nos viene que ni pintiparado:




ABRIL Y SILENCIO
La primavera yace desierta.
La zanja, oscura como terciopelo
se arrastra junto a mí
sin reflejos.

Tan sólo irradian
las flores amarillas.

Soy llevado en mi sombra
como un violín
en su caja negra.

Lo único que quiero decir
reluce fuera de alcance
como la plata
en la casa de empeños. 

domingo, 14 de abril de 2013

EL AMIGO DE AUGUSTO

Para la entrada número cien y aprovechando que ya está la primavera con nosotros desde casi un mes, he elegido a Horacio, el gran poeta latino. Cuando llegaban estas fechas, la lectura de  este poema era casi obligada. Ahí lo tenéis en latín y en la traducción rítmica de Agustín García Calvo.
Solvitur acris hiems grata vice veris et Favoni
trahuntque siccas machinae carinas
ac neque iam stabulis gaudet pecus aut arator igni
nec prata canis albicant pruinis.
Iam Cytherea choros ducit Venus imminente luna
iunctaeque Nymphis Gratiae decentes
alterno terram quatiunt pede, dum gravis Cyclopum
Volcanus ardens visit officinas.
Nunc decet aut viridi nitidum caput impedire myrto
aut flore, terrae quem ferunt solutae,
nunc et in umbrosis Fauno decet immolare lucis,
seu poscat agna sive malit haedo.
Pallida Mors aequo pulsat pede pauperum tabernas
regnumque turris. o beate Sesti,
vitae summa brevis spem nos vetat incohare longam;
iam te premet nox fabulaeque Manes
et domus exilis Plutonia; quo simul mearis,
nec regna vini sortiere talis
nec tenerum Lycidan mirabere, quo calet iuventus
nunc omnis et mox virgines tepebunt.


I 4

Ya se deslíe el ivierno a la vuelta de Abril y del Favonio,
         y arrastran grúas las varadas quillas;
ya ni al ganado da gozo el establo y al labrador la lumbre
         ni albea el prado de canosa escarcha;
ya guía danza la Diosa de Amores al despuntar la luna,
         y mientras enlazadas con las ninfas
baten las Gracias la tierra a compás, baja a ver Vulcano ardiente
         a los Cíclopes en sus recias fraguas.
Bien es ahora de verde arrayán la aromada sien ceñirse
         o flor que den las esponjadas tierras;
bueno también en bosques umbríos a Fauno hacer ofrenda,
         o de cordera quiera o chivo pida.
Pálida pisa de igual pie la muerte cabañas de mendigos,
torres de reyes. Sestio venturoso,
suma tan  breve de días nos veda las largas esperanzas:
         ya pronto noche y ánimas de cuento,
flaca mansión de Plutón, te tendrán; que la vez que allá te vayas,
         ni a dados jugarás el vino en ronda
ni mirarás a Lícidas tierno, a quien siguen hoy los hombres
         y hará temblar mañana a las muchachas.



miércoles, 10 de abril de 2013

SANCTE CICERO, ORA PRO NOBIS


 

¿Se puede hacer una alabanza de la vida del campo mejor que esta de Cicerón? Es un fragmento de la traducción de De Senectute que publiqué en Ediciones Sequitur en el 2008.

Y para que os deis cuenta de que  nada le parecía tan propio de un rey como la dedicación a cultivar el campo, Sócrates en esta obra dialoga con Cristóbulo contándole que Ciro el Menor, rey de los persas, ilustre por su ingenio y  por su glorioso imperio, al irle a visitar a Sardes Lisandro el lacedemonio, hombre de excelsa virtud, y haberle llevado  presentes de parte de sus aliados, estuvo con él no sólo afable y cortés en todo sino que le enseñó un parque plantado con esmero. Al admirar Lisandro la altura de los árboles, aquellas ringleras ordenadas al tresbolillo, la esponjada y limpia gleba y la delicadeza de los olores que exhalaban las flores, le dijo que él admiraba no sólo el esmero sino la habilidad del que hubiera dispuesto y trazado aquel parque. Y Ciro le respondió: “ Yo he planeado todo eso; obra mía es su alineación, su trazado y muchos de esos  árboles los he plantado con mis propias manos”. Entonces cuentan que Lisandro, mirando su púrpura, la majestad de su persona y el ornato persa de mucho oro y perlas, le dijo: “Con razón te consideran feliz, Ciro, pues tu fortuna va unida a tu virtud”  

 



[1] Oeconomicus, IV, 20.

MIS NOCHES VIRGILIANAS


Al igual que Borges, mis noches están llenas de Virgilio. Este poeta sutil que sabía ver las lacrimae rerum se fue metiendo poco a poco en mi corazón desde los remotos años de mi carrera de Filología Clásica y aún antes, cuando en el bachillerato empecé a traducir por mi cuenta las Bucólicas. Un día, mi buen amigo Jacinto Herrero me propuso, mientras nos cortábamos el pelo en  la peluquería de Pedro en la abulense calle Vallespín,  traducirlas para su colección de poesía El toro de granito y no lo pensé ni un solo momento. Me puse a la tarea tan pronto como me lo dijo,  pero la muerte se llevó a Jacinto y la traducción con su introducción quedó sin publicar. Os doy a leer un fragmento de su primera bucólica, primero en su latín original; después, en la traducción que le hice llegar a Jacinto, ya muy menguado de fuerzas, pero poeta hasta el final de sus días.

 

Tityre, tu patulae recubans sub tegmine fagi
silvestrem tenui Musam meditaris avena;
nos patriae fines et dulcia linquimus arva.
nos patriam fugimus; tu, Tityre, lentus in umbra
formosam resonare doces Amaryllida silvas.     

 

Títyro, tú descansando bajo la sombra de un haya tupida

ensayas una Musa campestre con tu suave caramillo;

nosotros las lindes de la patria dejamos y los dulces campos,

nosotros de la patria huimos; tú, Tityro, sosegado en la sombra,

enseñas a los bosques a repetir el nombre de la hermosa Amarílide.

         
         Por cierto, que así resuena este último verso en Os Lusiadas:

aos montes ensinando e às ervinhas,
o  nome que no peito escrito tinhas.
 

Además, gracias a estos versos, más en concreto por la traducción que daba de fagi don José Jiménez Lozano tuve la suerte de iniciar una relación epistolar que me llevó a visitarlo en su casa de Alcazarén en donde sigo pasando buenos ratos con el gran maestro del castellano.

Creo que no se puede pedir más al gran Virgilio.

 

 

        

lunes, 8 de abril de 2013

LOS VERSOS DE UN SEÑORITO




Queridos amigos que soportáis este blog de mis pecados, tengo que deciros que yo tengo poetas fijos y así, cuando llega abril, me voy a los anaqueles de mi rústica biblioteca y abro ese libro, maravilloso como tantos otros de ese gran poeta que se llamó José Antonio Muñoz Rojas, que lleva por título Abril del alma. Muñoz Rojas fue un gran escritor en verso y en prosa. En verso, con muchos libros cuyos títulos ya son un ejemplo de belleza: Cancionero de la Casería, Cantos a Rosa o Ardiente jinete. En prosa,  con ese libro que me emociona porque huele a cantueso y a mejorana que es Las cosas del campo y que tanto le gustaba a don Dámaso Alonso. Bien es verdad que a Paco Umbral no le gustaba lo que escribía este hombre bueno que nació en Antequera, pero a mí sí y eso es, a la postre, lo que importa. Se nos fue don José María en el 2009 cuando ya había alcanzado los cien años y, a su muerte, se quedaron tristes todas las cosas humildes que pueblan nuestros campos, los senderos y las veredas que no vienen ni van a parte alguna, las campanas delgaditas de las monjas. Ya con casi noventa años publicó Objetos perdidos con esos versos que me repito cada vez que no encuentro las gafas:

         Señor que me has perdido las gafas

         por qué no me las encuentras?

         Me paso la vida buscándomelas

         y tú siempre perdiéndomelas (…)

        

         Como ya está con nosotros abril, quiero que leamos juntos ese hermoso, hermosísimo diría yo mejor, poema que dice así:

 

         Aquí tienes amor, tu antiguo huerto,

         con su doblada hilera de granados,

         que abril dejó de verde coronados

         y junio con sus flores ha cubierto.

 

         Y donde en flor segura y fruto incierto

         se muestran los olivos blanqueados

         y van al amarillo los sembrados

         y al calor las gayombas se han abierto.

 

         Aquí te espero, amor, por las veredas

         que no vienen ni van a parte alguna

         sino a aquel corazón en donde habitan,

 

         y donde aun sin venir siempre te quedas,

         y haces mi soledad tan oportuna,

         que la paz y el silencio la visitan.

 

Gracias, José María, por esta maravilla de poema y por todo lo que escribiste.

        

domingo, 7 de abril de 2013

DE PUCHERUELOS


Si, es un suponer, Ferrián Adriá, Paul Bocuse o Juan Mari Arzak me invitaran a comer a sus restaurantes - cosa, por otro lado, muy poco probable - y, ese mismo día, mi suegra, Teresa Garrido Platón guisara unos pucheruelos como tan sólo ella sabe guisarlos, abandonaría tan alta invitación para degustar esas setas de primavera que tan sólo necesitan, para no perder el aroma del pinar y el sabor de la tierra, un huevo revuelto en ellos y un poco de ajo. Su aroma es tan delicado y su sabor tan exquisito que Ferrán, Paul y Juan Mari me esperarían en vano. Si el otoño son las acerolas, los nícalos, la lepista nuda y la seta de cardo, la primavera son los pucheruelos y los espárragos trigueros de los que ya hablaré en otra entrada de este blog. Que todo tiene su tiempo y no es cuestión de atracarse en un día.