lunes, 30 de diciembre de 2019

LUCIANO, EL JULIO VERNE DEL HELENISMO



Luciano de Samósata era un tipo con un gran sentido del humor que vivió allá por un convulso siglo II después de Cristo. Era sirio de nación, romano de ciudadanía y griego de lengua, en esa koiné en la que se escribieron los Santos Evangelios,  y escribió unos relatos fantásticos que le hacen ser un Julio Verne con diecisiete siglos de anticipación. En sus Diálogos de cortesanas, retrata muy bien la vida de la burguesía en la sociedad helenística; en los Diálogos de los dioses, Luciano habla con los dioses de tú a tú, dejando claro que el hombre de aquellos tiempos ya no creía en ellos y, por no alargarme, en sus Diálogos de ultratumba, se convierte en un cronista del Hades. Por otro lado,  sus textos van sentando las bases, junto con los grandes novelistas griegos de este siglo y posteriores, de lo que será la novela moderna que no nace con Cervantes, sino que tiene su origen en estos autores griegos. El mismo Cervantes,  en su Persiles y Sigismunda, bebe de la novela llamada en ocasiones bizantina. Recuerdo que el gran García Gual fue el que primero lanzó esta idea en España en su maravilloso libro sobre el origen de la novela. Pero dejando de lado todas estas quaestiones philologicae, lo importante es que la lectura de Luciano nos reporta un rato divertido, lleno de buen humor y de joie de vivre. Merece la pena su lectura y, cuando lo hagáis, me los vais a agradecer. Seguro.

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