sábado, 10 de abril de 2021

TIRSO DE MOLINA Y LA GALICIA INSULTADA

 


Para muchos, después de la implantación de la LOGSE, Tirso de Molina es, como mucho, una estación de metro a la que canta mucho Sabina porque vive cerca, en un piso de esos del Madrid antiguo en donde el jienense ha buscado y encontrado su inspiración. Pero fray Gabriel Téllez fue un gran escritor teatral del barroco y , porque me gusta tanto el teatro, me he leído La gallega Mari-Hernández, una obra que se desarrolla por las tierras de Monterrrey, en Ourense, y por tierras portuguesas que están, como aquel que dice, a un tiro de piedra. Es divertida la obra con sus enredos ( el fraile era un maestro como lo demuestra, por ejemplo, en Don Gil de las calzas verdes), pero hay algo que no me ha gustado: esas puyas contra Galicia y los gallegos que, no por habituales en  la literatura barroca, dejan de ser molestas. Ya hablaremos de los poemas que Góngora dedica a Galicia y de los “culiseos” que el genio cordobés se dedica a versificar y de cómo, en general, la idea de lo gallego y los gallegos en la literatura castellana es una idea deformada por el desconocimiento de una tierra que estaba alejada del centro y, quien dice del centro, dice del poder y de la cultura.

         Vamos a la obra en cuestión. Así dice el portugués Caldeira:

         que son muchas gollerías

         pedir doncellez gallega.

 

         Y sigue aquí este personaje la idea que recoge Torrente Ballester en El rey pasmado de que “las gallegas o son putas o son brujas”.

         Unas líneas más adelante se lee otra “joya”.

         “antes moro que gallego”

         Dicho muy habitual en la España barroca y que, por desgracia, ha llegado hasta no hace muchos años.

         No sigo. Repito,  eso sí,  que todo este mal hábito de meterse con Galicia en la literatura castellana viene de un desconocimiento secular de una tierra que permaneció casi aislada hasta finales del siglo XX cuando, ya en plena democracia y muerto el gallego que nada hizo por su tierra, se comenzaron unos accesos a Galicia dignos de tal nombre. Otro día seguimos hablando de tan excitante tema.

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