domingo, 19 de mayo de 2013

EL POETA DEL MAR


 

         He conocido a Tomás Morales, como a tantos poetas en este año, gracias a esa maravillosa antología de poetas que trataron el mar que es el libro de José María Fernández Nieto, ese poeta que se nos fue a comienzos de enero, que lleva por título Epilírica del mar. Nunca había oído hablar de este canario que, durante su vida de bohemia estudiantil en Madrid, frecuentaba la tertulia literaria de Villaespesa que el poeta almeriense organizaba en su propia casa. Sus versos están llenos de mar y merecerían un conocimiento mayor; esa es la razón por la que os los traigo hasta este blog que se dedica últimamente a rescatar poetas olvidados. Me gusta mucho el soneto en alejandrinos que elige Andrés Sánchez Robayna, autor de la lectura que publicó Mondadori en el año 2000 de su único libro en el que se recogía toda su producción: Las Rosas de Hércules. Con él se cierra su libro primero.

 

Yo fui el bravo piloto de mi bajel de ensueño;

argonauta ilusorio de un país presentido,

de alguna isla dorada de quimera o de sueño

ocultas entre las sombras de lo desconocido…

 

Acaso un cargamento magnífico encerraba

en su cala mi barco, ni pregunté siquiera;

absorta mi pupila las tinieblas sondaba

y hasta hube de olvidarme de clavar la bandera…

 

Y llegó el viento del Norte, desapacible y rudo;

el vigoroso esfuerzo de mi brazo desnudo

logró tener un punto la fuerza del turbión;

 

para lograr el triunfo luché desesperado,

y cuando ya mi brazo desfallecía , cansado,

una mano, en la noche, me arrebató el timón…

No hay comentarios:

Publicar un comentario