lunes, 30 de noviembre de 2020

LAS ENTRADAS NATURALES DE LA LIÉBANA

 


Si hace unos días hablábamos del desfiladero de la Hoz, toca ahora de hablar de otra Hoz, el collado de la Hoz que es el paso natural entre la Liébana y el valle del Nansa. Antes de que la dinamita abriera el “esófago del mundo”, es decir, el desfiladero de la Hermida según don Benito Pérez Galdós, los lebaniegos que querían bajar al mar lo tenían que hacer por este collado y, una vez remontado, llegarse hasta Puente Nansa. Bellísimo camino para el que tenga el tiempo de hacerlo y el buen gusto de caminar por esos lugares merece a pena llegarse desde la Liébana hasta el valle del Nansa. Después de esto que os acabo de contar, veis que la Liébana no tenía, en el siglo XIX,  más que tres accesos: el camino desde Casavegas hasta Caloca, el puerto de San Glorio y este collado de la Hoz que es parte de El Camino de Santo Toribio y que forma parte de los itinera lebaniensia ( así se escribe, señor Revilla, y no itinera lebaniensis que no concierta tal y como he repetido muchas veces en este blog). No estaría mal, si podemos salir de casa algún día, entrar en la Liébana por sus entradas y salidas naturales. Os lo propongo.

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