Seguro
que hemos oído hablar de “acabó como el rosario de la aurora” y quiero contaros
lo que he leído del porqué de esta expresión.
Dos son los posibles orígenes:
El primero hace referencia a la Revolución
Gloriosa de 1868 que supuso el destronamiento de Isabel II, su exilio en París
y la llegada del conocido como Sexenio Democrático (1868-1874) en el que se
incluye el efímero reinado de Amadeo de Saboya y el no menos efímero paso de la Primera República que duró un año y
diez meses, más o menos.
Con la Gloriosa, a las masas le entró
un furor anticlerical que se repetiría, por desgracia, sesenta años más tarde
porque en España, literalmente, “nos comemos a los santos”. Parece ser que
había en muchos lugares de España la costumbre de, con la llegada de mayo,
rezar un rosario a la salida del sol que terminaba en algún lugar de culto mariano.
La costumbre solía terminar muchas veces en una chocolatada como la que tuvimos
el otro día en Laguna de Duero al terminar el tradicional Rosario de la Aurora
de la Cofradía de la Virgen del Villar y trascurría sin más incidentes que las
manchas y los berretes producidos por la ingesta del “alimento de los dioses”.
Todo era maravilloso hasta que en un año del Sexenio los rezantes u orantes del
Rosario se encontraron con un grupo de anticlericales y aquello terminó no en
una chocolatada, sino “como el Rosario de la Aurora”, es decir, a farolazos.
Muy español.
La segunda explicación puede venir de
un suceso acaecido en Cádiz, más en concreto en algún pueblo de la provincia,
en donde la Cofradía del Rosario de la Aurora salía por la calle a hora
temprana. Pero, claro, estamos en Cádiz con ese cante, esas guitarras y esas
chirigotas y aquellos orantes se pasaban con su alboroto cada vez que rezaban
el Rosario y despertaban a medio pueblo. Entonces, un alguacil tuvo la mala
idea de prohibirlo y medio pueblo se puso a favor del Rosario contra el otro
medio que apoyaba al alguacil. El asunto acabó con vecinos arrojando todo lo
que pillaban desde las ventanas contra los cofrades que huían protegidos por
sus seguidores. También he leído por ahí que el alguacil de marras era miembro
de otra cofradía contraria que, envidiosa
por el éxito de la del Rosario mañanero, decidió boicotearla y reunió a vecinos
de su misma cofradía que fueron a la encuentro de los rezadores matutinos con
cencerros, panderos y lo que pillaron para acallar a los de la cofradía contraria.
No podemos saber cuál es el origen
verdadero, pero los dos que propongo (los anticlericales de la Gloriosa o los
cofrades del pueblo de Cádiz) son perfectamente posibles en España. Así que
quedaos con la que más os guste.
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