viernes, 19 de julio de 2024

EL DODGE DART, EL MINISTRO Y UN MUCHACHO AMBICIOSO DE ÁVILA

 


Un Dodge Dart 3700GT, el coche de los ministros y del jefe de mi padre, don José María Múgica e Iza,  circula por la carretera de Adanero – Gijón camino de Madrid. En su interior viaja el Ministro – Secretario General del Movimiento, don Fernando Herrero Tejedor, un hombre de la Falange que no oculta sus simpatías por el Opus Dei. Venía el ministro de Palencia en donde había inaugurado una Casa Provincial del Movimiento y ya eran cerca de las nueve de la noche, aún de día en un 12 de junio. Cuando el Dodge 3700GT llegó al stop para incorporarse a la N-VI, a la altura de Adanero, su conductor, Pablo Fernández Sánchez no paró y el vehículo fue arrollado por un camión conducido por Germán Corral Gómez. Murió el ministro, su conductor resultó herido leve y el conductor del camión, ileso. ¿Por qué cuento esta historia de la que nos separan casi cincuenta años? Porque surgió una “leyenda urbana” que contaba que no había sido un accidente, sino que el camión había colisionado adrede con el coche oficial. ¿La razón? El círculo duro de la Falange (con el palentino Girón de Velasco a la cabeza) veía con malos ojos a Herrero Tejedor que era cercano también al círculo del entonces príncipe don Juan Carlos. Herrero había nombrado Vicesecretario a un joven que había conocido en 1955 cuando había sido gobernador civil de Ávila. Aquel joven ambicioso se llamaba Adolfo Suárez y era hijo de un procurador de los tribunales, gallego de La Coruña y con fama de jugador y mujeriego. Había nacido Adolfo en Cebreros en 1932 por deseo de su madre, Herminia González Prados, cuyas raíces familiares estaban en la villa abulense, pero el matrimonio vivió siempre en la capital. Es más, Adolfo fue novio de una hija de los propietarios de La Flor de Castilla, una famosa pastelería abulense conocida por sus exquisitas yemas aunque se acabó casando con Amparo Illana. Adolfo nunca fue un estudiante modelo pues prefería las fiestas, el deporte y las cartas a la lectura de un libro. Más tarde, ya presidente del Gobierno de España, diría que “no había leído un libro en su vida”. La verdad, no se echó de menos esa falta “lectora” a la hora de realizar su ingente labor de desmantelar todo el edificio del Movimiento.

         ¿Sería verdad lo del camión? No lo creo. Los accidentes son eso, accidentes, y no creo que ninguna “mano negra” guiara el camión contra Fernando Herrero Tejedor, un hombre joven de 54 años y con un gran futuro por delante. El destino de España, al poco tiempo, quedaría en manos de ese ambicioso joven abulense. Lo demás ya lo sabemos.

jueves, 18 de julio de 2024

LA IMPORTANCIA DE LA LECHE

 


 

En una de las mañanas de este mes de julio de 2024, por aquello de que, cuando el diablo no tiene qué hacer, mata moscas con el rabo ( dicho sea con perdón y respeto), se me ha ocurrido echar la vista atrás y calcular el poder adquisitivo que tenía un servidor con su primer sueldo (1990) y el que tiene en la actualidad ( 2024) ya con treinta y cuatro años de servicio en la “lucha de clases”. Para ello he cogido el precio de un litro de leche cuando terminé en la Complutense con veintitrés primaveras y el que tiene a día de hoy en el supermercado Froiz de Laguna de Duero cuando el joven aprendiz de profesor ( que lo sigue siendo, digo lo de aprendiz, no lo de joven) ya transita por el otoño. A continuación, basta con dividir el sueldo de ambos años por el precio de un litro de leche en esos mismos años y el resultado es el que sigue:

1990.

Con mi primer sueldo, podía adquirir 6.426 litros de leche.

2024

Con mi sueldo actual, puedo adquirir 2.417 litros de leche.

         No hace falta ser Julio César Pola, gran amigo y economista, para darse cuenta que, en el día de hoy, me puedo comprar 4009 litros de leche menos.

         Y así, si alguien tiene tiempo y ganas, podríamos seguir con otros productos básicos de la cesta de la compra y concluir, creo que con razón, que, en el año 1990, un joven profesor recién licenciado tenía tres veces más poder adquisitivo que un caduco profesor en el año 2024.

         Qui habeat oculos legendi legat.

 

 

 

 

https://www.despensa.es/detalle/-/Producto/leche-entera-brick-asturiana-1l/010130

EL ESPÍRITU DEL 18 DE JULIO

 

         Estamos a 18 de julio, una fecha que fue “la fecha” para el régimen de Franco. En la actualidad, se habla más del 17 de julio que fue cuando el ejército de África se levantó en armas, pero para el caso es lo mismo. Stanley G. Payne, el historiador texano que, para algunos historiadores,  se ha vendido a los postulados de Pío Moa, y,  para otros,  sigue siendo un hombre fiable en sus estudios sobre la España del 36, dice lo que sigue en un libro suyo que acabo de leer:

“El plan de Mola era un proyecto para crear una república autoritaria de derechas (unas líneas más arriba, Payne nos da algunas características de esta república  de Mola: separación de la Iglesia y el Estrado; una legislación social  que beneficiaba a los trabajadores; un sistema social más restrictivo que quitaría el derecho de voto a los analfabetos y algunas otras que sería prolijo referir aquí) al estilo del Estado Novo de Oliveira Salazar y que nada tendría que ver con el Tercer Reich hitleriano. Ésta era (mutatis mutandis) – sigue Payne-, la república concebida por Mola, Franco y el resto de líderes militares que, en sus primeras declaraciones al comienzo de la rebelión, declaraban categóricamente “¡Viva la República!”.

         Sin embargo, como muy atinadamente recoge Payne, durante el verano, Franco se “radicalizó” y, ya en septiembre, en la finca de los Pérez Tabernero de Salamanca, surgía el Generalísimo y el Caudillo, ese hombre que se agarró al poder y que ya no lo soltó hasta después de pasados casi cuarenta años. Siempre me han llamado la atención las declaraciones de un compañero de Franco, el general Cabanellas, que, como algunos otros militares sublevados, era masón: “Ustedes no saben lo que han hecho –espetó–, porque no lo conocen como yo, que lo tuve a mis órdenes en el ejército de África, como jefe de una de las unidades de la columna a mi mando... Si ustedes le dan España, va a creerse que es suya, y no dejará que nadie lo sustituya en la guerra o después de ella, hasta su muerte”.

         ¡Qué bien le conocía Cabanellas!