Los
pocos lectores de mi blog “La esquina rota” se habrán dado cuenta de que mi última
entrada es de finales de agosto; vamos que llevo más de dos meses sin publicar
nada. ¿Por qué? Porque, después de llevar toda mi vida escribiendo, he llegado
a la conclusión de que NO MERECE LA PENA ESCRIBIR o, al menos, publicar ya sea
en un blog o en cualquier otro medio presente o futuro. La Silva de romances mitológicos, en la que estuve trabajando más de
tres años, será, si Dios no lo remedia,
mi último libro (al menos en formato papel). Sinceramente, a nadie le interesa
la poesía y nadie se quiere gastar ni siquiera los cinco euros que cuesta a
precio de saldo en una papelería de Laguna de Duero. Un libro es un estorbo y
es mejor estar en las “redes” que atrapan (para eso son redes) durante horas y
horas. Veo “humoristas” que, por haber salido en Tik-Tock tienen vendidas las
entradas hasta mayo de 2025; veo muchedumbres siguiendo a influencers que no saben hacer
la o con el culo de un vaso; veo “vídeos” virales con un turco que mueve
la barriga oronda que ha conseguido a costa de hartarse a kebab. ¿Creéis que
este panorama mueve a la escritura? He escrito un soneto a una compañera que se
jubila y se lo voy a mandar post festum
porque su lectura, en la sala de profesores, ni siquiera sería entendida por muchos
de mis colegas. Hoy, día 31 de octubre de 2024, San Alonso Rodríguez, quiero
dejar claro que no quiero gastar ni una puta hora más en publicar nada.
PERDONADME.
No hay comentarios:
Publicar un comentario