jueves, 6 de junio de 2013

LA LEONA DE CASTILLA

         Hace poco que le dediqué una página de este blog a Paquito Villaespesa como le llamaba Valle – Inclán y a ella os remito para lo fundamental sobre el poeta y dramaturgo almeriense, pero es que resulta que he tenido a bien trasegarme  su Leona de Castilla y, una vez más, me han gustado esos versos tan musicales. Además me imagino a doña María Guerrero haciendo de María Pacheco, a su esposo, don Fernando Díaz de Mendoza haciendo de don Pedro Pérez de Guzmán y al hijo de ambos, Fernando Díaz de Mendoza y Guerrero, en el que fue su primer triunfo escénico, el personaje del hijo de Juan de Padilla y de María Pacheco, don Juan de Padilla. Así dice doña María en la escena VII del acto II.
¡Aunque le conociera,
y con el alma entera
sintiese su dolor, lo callaría,
que si basta la nube más ligera
para empañar el sol del medio día,
un recuerdo inocente,
la más leve sonrisa, una mirada
pueden también nublar eternamente
el límpido cristal de un alma honrada!
 
Y así la describía a doña María su hermano, el gran poeta Diego Hurtado de Mendoza:
 
Si preguntas mi nombre, fue María,
Si mi tierra, Granada; mi apellido
De Pacheco y Mendoza, conocido
El uno y el otro más que el claro día
Si mi vida, seguir a mi marido;
Mi muerte en la opinión que él sostenía
España te dirá mi cualidad
Que nunca niega España la verdad.
 
Sobre la famosa especie de si está enterrada o no en la catedral de Oporto, ya hablaremos otro día que no os quiero cansar con este tema tan comunero.
 

 

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