martes, 30 de julio de 2013

LECTURAS VERANIEGAS


 
Además de la novela que comentaba en la anterior entrada, me he dedicado a leer algunas otras cosilla que os refiero: de Foxá, el conde gordo, que fumaba puros y que era de derechas, me he leído Cui –Ping- Sing, una bellísima obra teatral a la que los progres de siempre pondrán la pega de que es una obra para aquellas noches burguesas de collares, chaqués y brindis con champán porque no tiene más tesis (ni arsis) que el amor en China. Vamos que el conde hasta practicaba, como los románticos, el escapismo. Pese a la opinión de los progres (que me importa muy poco),  la considero una gran obra, en la que, como dijo alguien, late la mejor poesía de Foxá.

         También me he leído La sombra de Horacio, una novela del muy recomendado por Jesús Sanz Rioja, Antonio Prieto y, para qué engañar, me ha parecido la típica novela de profesor para que se la lean los de Cultura Clásica o los de primero de Bachillerato. Cumple su función que no es otra que explicar el mundo romano y su historia en época de Augusto, pero como novela,  sin entrar en el calificativo de histórica porque ya para mí ese adjetivo descalifica a una novela, (pensemos que Galdós no hizo novela histórica, sino Episodios nacionales) no es de muy largo vuelo. En fin, un libro es un libro aunque no tenga nada dentro como decía aquel inglés cuya firma sigue en le cabo Sunion. Algo nos ha proporcionado su lectura y algún buen ratillo hemos pasado así que no ha sido, ni mucho menos, tiempo perdido..

         Finalmente, aprovechando un viaje a Palencia con Mario, me he leído ¡Sí! de ese gran poeta que fue hasta enero de este año, don José María Fernández Nieto. Impresionan los poemas y, sobre todo, impresiona este sí a la vida que proclama con entusiasmo un señor de ochenta y siete años. ¡Sí, don José María, claro que SÍ a la vida!


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