domingo, 26 de enero de 2014

VOCES ACALLADAS (NEGRO SPIRITUALS)




         Llevaba ya mucho tiempo buscando el tono para un poema sobre los negros, sobre la barbarie que fue arrancarle de sus tierras de África para llevarlos, como animales o peor aún como objetos, a las tierras de América y de Europa. Era difícil encontrar algo que me diera la “inspiración” y creo que lo he encontrado en ese género que tanto  me gusta que es el espiritual o goodspel. Este es el poema que he escrito en parte con fragmentos de espirituales, en parte con versos de cosecha propia. Lo publico con miedo y os pido vuestra opinión. Me resulta muy importante para seguir o no seguir con el libro. Gracias, amigos.

NEGRO SPIRITUALS
Me siento, a veces, Señor, como un niño sin madre,
hacinado en este barco de muerte
a donde la mano del blanco me trajo.
Nadie sabe, Señor, el tormento que me abate,
que me arroja por tierra como piltrafa para los puercos.
¡Desciende, Moisés, libera a tu pueblo!
Nadie conoce mi pena salvo tú, Jesús, que me salvas,
que viste la mano asesina que me arrancó de la selva.
Pero muy pronto una hermosa mañana, la muerte
me romperá las cadenas, abrirá los grilletes
y sonarán las campanas con la alegría del cielo.
¡Cabalga, Rey Jesús! Sobre mí ningún hombre
ejercerá su poder con la furia del látigo.
Cabalga, Rey Jesús,! He visto tu blanco caballo
cruzando el Jordán; he visto tu blanco caballo,
Señor, y ningún hombre mancillará la noche en mi carne.
¡Bendito Señor! Cógeme de la mano
cuando me encuentre perdido en las tinieblas,
cuando el amo me venda o me compre;
he viajado por el umbrío valle de la muerte
y he visto, como Ezequiel, las resecas osamentas
y, como él, he gritado con esperanza:
ahora escuchad a palabra de Yavé que nos salva.
Señor, llévame hacia tu luz
ahora que ya me hundo en el camino.
Porque, yo sé, Señor, que un día
dejaré ante tus puertas mi pesada carga;
que serán una mañana radiante y hermosa
cuando Pedro haga sonar las campanas
y nos sentemos contigo en la mesa
que desde antiguo nos tienes preparada.
Y también sé que esta alegría
por nadie ni nada nos será arrebatada.


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