sábado, 21 de febrero de 2015

LA ORACIÓN EN MADRE CORAJE



Tras la lectura de Madre Coraje de Brecht, obra ya muy conocida por todos y de cuyo argumento creo que es excusable tratar, quiero centrarme en la escena undécima en la que los habitantes de Halle, ciudad protestante, va a ser asaltada por los católicos. Todos se arrodillan y rezan un peculiar padre Nuestro. Al poco, Catalina, se levanta y va a buscar un tambor al carro.  Regresa y, subida en lo alto de la torre, toca y toca hasta que es abatida de un balazo. Brecht, que siempre vio la religión como algo alienante como un resto de una época ya superada del desarrollo humano, ve ,en esta escena , una oposición entre facere et orare, entre la contemplación y la acción y le sirve como prueba, para él irrefutable, de que la religión sólo sirve para paralizar a los hombres porquees con la acción con la que se consiguen las cosas, no con la contemplación del orante. Para Brecht, recurrir a Dios es un intento de ignorar la realidad y también de no querer ver nuestros propios fallos. 

         Pero Brecht se equivoca de medio a medio pues la auténtica oración de petición consiste en pedir a Dios para que nos conceda aquello para lo que hemos puesto previamente los medios. Nisi Dominus ædificaverit domum, in vanum laboraverunt qui ædificant eam ,es decir, que “si el Señor  no edifica la casa, en vano se esfuerzan los que la construyen” se dice en el Salmo 126. Necesitamos la ayuda de Dios, pero tenemos que construir la casa. Brecht también ignora que el católico va a la oración con esperanza y que, como dice el refrán, la actitud es la de “ a Dios rogando, pero con el mazo dando”. Pero Brecht quería construir una sociedad sin el “estorbo de Dios” que sería una superestructura de gran rigidez dogmática. Sin embargo, Brecht no quiere ver que, en esas sociedades marxistas sin Dios, es en donde más proliferan las superestructuras dogmáticas. Y si no, que se lo pregunten a Dostoiesky o a Shostakovich que las sufrieron.

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