miércoles, 27 de mayo de 2015

UN HOLANDÉS POR SOLEARES


En este mes de mayo tan florido, pero que también nos ha traído unos calores africanos, me he leído una antología de las que prepara Antonio Huerga de un poeta neerlandés llamado Jan Jacob Salauerhoff. El título ya es de por sí sugerente: Sólo en mis poemas puedo vivir y, cuando se abre y se lee, no defrauda.
  En la poesía de Salauerhoff hay mucho de poesía china y japonesa pues viajó, como médico a bordo de un barco, por toda Asia. También tiene poemas sobre flamenco y sobre fado y también fue traductor al holandés de Rubén Darío.


         Os dejo una copla de soleares aunque suene raro lo de un holandés por soleares:

Profundos y azules son tus ojos

como olas en el océano,

a veces débiles, rebosantes de paz, a veces salvajes

y turbios de pasión, como ella por el huracán.

 

A ver si se anima José el de la Tomasa y le pone su música y así tendremos a un neerlandés por soleares. y ¡olé!.

 

Pero también os dejo este otro poema que es hermosísimo y que se titula Sin hogar:

Sólo en mis poemas puedo vivir,

nunca encontré alojamiento en un lugar distinto;

por el propio hogar jamás sentí debilidad,

y el viento tempestuoso una tienda se llevó.

 

Sólo en mis poemas puedo vivir.

Mientras sé que en lugares salvajes,

en las estepas, en la ciudad y en la selva algunos cobijos

podría encontrar, amas a mí nada me atrae.

 

Se demorará , pero el tiempo me traerá

antes de la noche el antiguo vigor del que carezco

y rogaré en vano suaves palabras,

con las que antaño pude construir, y la tierra

deberá guardarme y doblegarse

hacia el lugar donde se fuerza mi sepulcro en la oscuridad.

 

Y ya para acabar este otro:

Se siente solitaria bajo la oscuridad

de los árboles, que acaricia su propio hombro.

Su breve mano, ocupando la redondez

que ha dejado al desnudo el vestido estival

desciende, divaga; se alza ruborizada

y avanza de nuevo haciendo un dobladillo en su vestido.

 

 

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