domingo, 19 de julio de 2015

PACA MORA


Reconozco que me gusta la copla y, sobre todo, esa teatralidad de la copla, esa capacidad de contar en tres minutos lo que otros cuentan en una novela o en una obra de teatro. Si alguien ha oído alguna vez Tatuaje, sabe  de lo que hablo. Sin embargo, hoy quiero hablaros de Paca Mora, canción de Quintero, León y Quiroga que, cantada por Juanita Reina, fue un éxito en la España de los cincuenta. El argumento de esta “tragedia de amor imposible” tiene todos los ingredientes;: una señorita que sale con su jaca en las “madrugás” del mes de mayo “cuando los trigos peina la brisa”; un mayoral enamorado de Paca que lleva su amor en silencio como también Paca lleva en silencio su amor por el mayoral, pero acallado por su “orgullo y condición”.

No os cuento el final, pero os pongo aquí la letra de tan bonita canción. Ha poco, hablando con ese gran genio vallisoletano que es mi amigo Jesús Sanz, decíamos que en muchas ocasiones, las letras de los “temazos” del rock eran una tontería tal que era mejor no saber sus traducciones. No es éste el caso que nos ocupa en donde la adecuación entre música y letra es perfecta. Y, si no, escuchad con atención cómo la música galopa junto a la jaca de Paca Mora. ¡Y que estas canciones, durante un tiempo, fueran rechazadas por “franquistas” como si la música tuviera carnet de partido!

Madrugá del mes de Mayo
cuando los trigos peina la brisa
Paca Mora va a caballo
entre los toros de su divisa.
De lejos la van siguiendo
los ojos negros del mayoral
que al tiempo la está queriendo
sin que su boca le diga ná.
La niña también lo quiere
y no lo deja entrever
y antes morirse prefiere
que publicar su querer.
Paca Mora, ¡Ay, Paca Mora!
Yo se que te dan llorando
las claritas de la aurora.
¿No estás viendo, compañera
que el secreto de tus labios
lo delatan tus ojeras?
Deja a un lado los blasones
de tu orgullo y condición
y abre puertas y balcones
pá alegrar tu corazón.
Hazme caso, Paca Mora
y que no te den llorando
las claritas de la aurora.

Paca Mora va a caballo
soñando alegre con un "te quiero"
y de pronto, igual que un rayo,
le sale un toro por el sendero.

Corrió el mayoral celoso
a la defensa de su querer
por pronto que quiso el mozo
llegó la muerte primero que él.
La niña ya en la agonía
sonríe al verlo llorar
y en la mañana encendía
corre volando un cantar.
¡Paca Mora, ay Paca Mora!
Por ti se quejan llorando
las campanas de la aurora
y la alondra mañanera
va diciendo a la amapola:
¡Ay que pena compañera!
Que desgracia de este toro
que en la sombra y a traición
me robó la flor de oro
que nació en mi corazón.
¡Qué penita, ay Paca Mora!
Con mi voz irán doblando
las campanas de la aurora.

 

 

 

 

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