lunes, 31 de diciembre de 2018

DON LUIS SEGALÁ Y ESTALELLA




En los años por los que yo estudiaba en Madrid, allá por los años ochenta del siglo pasado, las traducciones de la Ilíada que teníamos a mano eran dos: la de José Alsina en los Clásicos Planeta y la de Segalá en Austral. Andaba también la de Emiliano Aguado en Edaf y creo que poco más porque García Calvo no había terminado la suya en verso y Emilio Crespo Güemes no había terminado tampoco la suya. Quedaban estas dos grandes traducciones que nos reservaba el siglo XXI y, recuerdo ahora,  que sí que estaba la de López  Eire que debió de salir por el año 1989, es decir, aun año antes de que acabáramos la carrera la gente de la promoción 1985-1990. Pues sobre esto quisiera contaros una anécdota.

         Resulta que mi buen amigo Vicente Calvo, profesor en la Rey Juan Carlos en el día de hoy, le pidió a los reyes una traducción de la Ilíada y los Reyes,  que, poco versados,  según el parecer de aquellos estudiantes imberbes que éramos, le trajeron la de Segalá. Recuerdo cómo mi buen amigo se quejaba de que le habían traído “ la traducción de Segalá” a la que considerábamos una mala traducción.

         Han pasado los años y la  opinión mía sobre esta traducción- la de Vicente Calvo la desconozco, pero ya le preguntaré- ha cambiado sustancialmente: la traducción de Segalá es magnífica, ajustada la texto y con un castellano bellísimo porque  no porque se tenga como lengua materna el catalán hay que desconocer el castellano. García Gual  - no hace mucho lo leía, lo alaba sin remilgos.

         Segalá y Estallella era barcelonés, amigo de Prat de la Riba y profesor en Sevilla y en Barcelona. Los de Esquerra Republicana seguro que ni lo han leído, pero les convendría tomar ejemplo.

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