domingo, 21 de febrero de 2021

EL MONASTERIO DEL PRADO, QUE NO DE PRADO, O LOS PEDANTES Y ERUDITOS A LA VIOLETA

 


Resulta que en Valladolid, al igual que en tantas ciudades de nuestra España, había un prado comunal al que iban a pastar los bueyes, imprescindibles entonces como hasta hace menos de cien años, como “tractores” para la agricultura. Eran los conocidos como prados boyales y, en la cercana Laguna de Duero, tenemos uno que ha dado nombre a una urbanización y aun barrio. Un día de días, en ese prado comunal de Valladolid, antes del siglo XV, se construyó una ermita dedicada a la Virgen del Prado y más tarde llegaron los Jerónimos y construyeron un monasterio en las cercanías de ese prado y de esa ermita que, como es más que lógico,  recibió el nombre de Monasterio del Prado ( sí, como el Museo del Prado que no es de Prado, sino del Prado pues no es vulgarismo y sí hipercorrección el cambiar el del por el de para hacerse los cultos). En ese monasterio, por concesión de los Reyes Católicos, se imprimieron las Bulas de Cruzada y, por esa razón, fue conocido como Claustro de Bulas. ( Para otro día dejamos lo de las Bulas de Cruzada). En ese Prado comunal vallisoletano había una vega y esa vega fue bautizada como la Vega del Prado. Sin embargo, cuando al correr de los años se construyó una urbanización, los eruditos a la violeta la nombraron Vega de Prado porque ese “del” les sonaba mal como les suena mal el “la de La Castellana” en Madrid sin saber que el nombre de  la ancha avenida matritrense, que tiene la anchura de una cañada real pues cañada real era, viene de una fuente que era conocida como La Castellana. Así estos eruditiilos dicen : “He llegado tarde porque me ha pillado un atasco en Castellana” y le quitan el artículo. Pero no se paran ahí, sino que,  como periodistas analfabetos que son,  le quitan el artículo a la India, a la China o al Brasil que, según la gramática de la RAE, llevan su artículo como en alemán pasa también con otros países. Mas volvamos al tema. Al correr de los años, en la Vega del Prado,  se construyó un Instituto de Enseñanza Media que recibió ese nombre y que algún cursi, raza abundante en Pucela, se afana en llamar “de Prado”. Que con su pan se lo coman.

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