martes, 3 de octubre de 2023

LOS CLARINES DEL MIEDO DE ÁNGEL MARÍA DE LERA

 


No sé si alguien se acuerda de Ángel María de Lera, un escritor nacido en Baides, Guadalajara, en 1912 y fallecido en Madrid en 1984. De este no se puede alegar que fue fascista porque de Lera militó en el Partido Sindicalista de Ángel Pestaña y llegó a ser comandante en el ejército republicano. Hasta se pasó el pobre ocho años en la cárcel, desde 1939 a 1947 y tuvo que trabajar un poco de todo hasta que en 1957, ya con cuarenta y cinco años, publicó Los olvidados y pudo, cosa casi milagrosa en España, dedicarse profesionalmente a la escritura. De Lera escribió en 1958 Los clarines del miedo una excelentísima novela que acabo de leer y de la que se hizo película con Paco Rabal, el maestro,  Silvia Solar, Rogelio Madrid y Manuel Luna, el gran Manuel Luna. La dirigió Antonio Fernández-Román, un orensano que, en realidad, se llamaba Antonio Aurelio del Sacramento Fernández - Román García de Quevedo y que, por razones más que obvias, se acortó el nombre para aparecer en las películas. Fue un director arriesgado con películas como Intriga o La casa de la lluvia y más comercial con Lola Montes y Los últimos de Filipinas. En fin, que me voy del tema. De Lera escribe esta novela fantástica en 1958, como ya os he dicho, y en ella refleja magistralmente el mundo de la tauromaquia rural, esa que la gauche divine, con poco respeto, llama tauromugre. Pero la novela, como todas las grandes novelas, va más allá y así de Lera nos habla de las ilusiones y de los fracasos, hace una antropología de la fiesta - de la que podemos hablar en otros entradas- y presenta un retrato vivo de un pueblo castellano en los cincuenta con el alcalde, el cura, la fulana y otros personajes llenos de vida. La novela es muy hermosa y está muy bien escrita; yo diría que maravillosamente escrita y me recuerda a la prosa de mi muy admirado Aldecoa en Con el viento solano (otro día hablamos de Aldecoa que también está entre los olvidados injustamente de la literatura española). La verdad es que de Lera, con el título de su primera novela, estaba siendo premonitorio porque el pobre acabaría en ese grupo de autores a los que la historia ha tratado mal. Se dijo que Los clarines del miedo era la mejor novela de toros que se había escrito nunca y es verdad. No se entiende cómo es posible que nadie hable de este escritor que no fue “facha”, ni le lamió el trasero a nadie del Régimen. Quizás porque escribía bien y en España, escribir bien es estar condenado al ostracismo. Para eso, para salir en los medios y vender por millones,  tenemos a la Megan Maxwell. ¡Que las Musas nos cojan confesados!

1 comentario:

  1. Vizcaíno Casas cuenta que los únicos plumíferos que estuvieron en su entierro fueron él y Ángel Palomino, ambos nada sospechosos de rojerío...

    ResponderEliminar