viernes, 23 de agosto de 2024

LA MUJER DE PANIZA

 


 

Hubo una mujer que nació en Paniza (Zaragoza) justo al comenzar el pasado siglo veinte y que llegó a licenciarse en Filosofía y Letras en la Universidad  zaragozana en 1921, logro importante para una mujer en aquellos años en los que había muy pocas mujeres licenciadas y esas pocas lo eran, sobre todo, en Farmacia tal y como podemos ver, sin ir más lejos, en los archivos de la Universidad de Santiago de Compostela. Esta mujer, en 1922, gana unas oposiciones para archivera y su primer destino en prácticas es la Biblioteca Nacional de España. Luego, tras el periodo de prácticas, fue destinada a Simancas y, en 1924, a Murcia en donde conoce al que sería su marido, un profesor de física llamado Fernando Ramón Ferrando. Su carrera continuó en Valencia donde llegó a ser directora de la biblioteca. Pero llegó la guerra y, con la guerra, la victoria de Franco. La familia Ramón fue depurada: Fernando perdió la cátedra de Física y esta mujer de Paniza fue “degradada” haciéndola bajar dieciocho niveles en el escalafón del Cuerpo. Fernando recuperaría la cátedra en Salamanca, pero ella se “tuvo que conformar” con ser bibliotecaria de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid.

         Esa mujer de Paniza empezó a confeccionar “un diccionario pequeñito que le iba a llevar, como mucho a lo sumo, un par de años”. El “culpable” había sido su hijo Fernando que le había traído de Londres el diccionario de inglés de S. Homby, el Learner’s Dictionary of Currente English, fechado en 1948. La mujer de Paniza empezó a escribir hacia 1955 “armada con una Mont Blanc y una Olivetti Pluma 22” y el diccionario que le iba a ocupar dos años le acabó ocupando doce.

         Su obra recibió el aplauso de filólogos y escritores y don Dámaso Alonso, Rafael Lapesa y Pedro Laín Entralgo la propusieron para la Real Academia. Iba a ser la primera mujer en entrar en tan docta institución. Sin embargo, la RAE eligió a Emilio Alarcos Llorach. Las razones: que no era filóloga de formación; que era mujer y que su diccionario no recogía voces malsonantes.

 Su biógrafa Inmaculada de la Fuente lo resume así:

Porque era una intrusa, en cierto modo. Porque estudió historia en la universidad de Zaragoza, pero había encarrilado su vida por el mundo de los archivos y bibliotecas y no estaba considerada filóloga. En aquel momento sí que influyó el que fuera mujer. Una mujer que se pone a hacer un diccionario, pero no el diccionario que inicialmente quería hacer, sino un diccionario que además cuestionaba el de la RAE. Creo que fue admirada, pero no valorada.

Y, para no echar más leña al fuego, recojo las palabras de Santiago Muñoz Machado, director de la RAE en 2021:

Me apeno de que no fuera académica cuando bien lo merecía por el trabajo que hizo, y me alegra celebrar y reconocer los enormes méritos de su obra. [Además agregó:] No es la RAE la culpable de un machismo recalcitrante que existía desde hace mucho y que se podía haber paliado cuando apareció María Moliner.

         Violeta Demonte, profesora de UAM, dice del diccionario:

El intento es importante y novedoso. No obstante, como la fundamentación teórica y los criterios de su análisis no son siempre claros y sus supuestos fundamentales tienen origen intuitivo, la utilidad de su obra es desigual.

         Pues ya veis la historia. Sin embargo, disiento con Muñoz porque sinceramente creo que no fue su condición de mujer lo que la apartó  de ser académica, sino su condición de “ajena” a la filología y a la Universidad que no tolera extraños en su anticuada intolerancia. Fue el caso parecido de Felipe Robles Dégano, abulense de San Esteban del Valle que fue vilmente ninguneado por los estamentos universitarios al no ser “de la casa” aunque sus trabajos como lingüista son de gran altura. Otra causa de la cerrazón de la RAE frente a esta sufrida mujer fue, sin duda, que ponía en cuestión con su obra algunas entradas del Diccionario de la RAE y eso no se lo perdonaron. Pues nada más.  ¡Ah, y gracias a Santiago Muñoz que me pone el nombre de la mujer de Paniza al final de su interesante opinión. Porque sí, la mujer de Paniza, nacida con el pasado siglo XX, fue doña María Moliner Ruiz.

        

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