jueves, 6 de noviembre de 2014

TAMAYO Y BAUS


Tamayo y Baus era para mí la calle del teatro María Guerrero y en donde estaba la gran librería Miessner que antes había estado en Ortega y Gasset y cuya sección de clásicas fomentó mi carrera de Filología Clásica. Debía de correr el año ochenta y dos y yo estaba en el colegio cuando fui a comprar allí una libro de etimologías del mexicano Agustín Mateos Muñoz que usaba Felipe Albaina García, el fraile que nos enseñaba latín. Todo esto viene a cuento porque me he terminado La locura de amor, la obra teatral en la que se basó Juan de Orduña para su magistral Locura de amor. Teatro histórico de este autor que llevaba el escenario en sus venas y que estrenó, a finales de los siglo XIX numerosas obras interpretadas por aquellas actrices que han pasado a la historia de la interpretación española. Debía ser todo un espectáculo verla en gestos y boca de doña María Guerrero, con la gente llorando al final del emotivo tercer acto. Quizás ahora, cuando prevalece el estilo sencillo y llano, estas grandes interpretaciones nos parecieran rimbombantes, pero ahí quedaron para la historia como esta obra en  la que el amor de una reina de a de lado las obligaciones del trono. Una gozada.

 

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