lunes, 30 de octubre de 2017

LUIS MARIANO O IRUNGO MUTIL






Se llamó Mariano Eusebio González García y nació en Irún un 13 de agosto de 1914. Sus padres, al empezar la Guerra Civil, se marcharon a Bayona en donde el joven Mariano empezó a cantar con grupos vascos. Ya más en serio, el mutil  de Irún pensó en dedicarse a la ópera y estudió canto en  el conservatorio de Burdeos. En 1943,  Max de Rieu lo contrató para hacer el papel de Ernesto en el Don Pasquale de Donizetti. Su voz era la de un temor ligero, con una muy buena presencia en los agudos y muy agradable en la parte media y baja.  Sin embargo, su amistad con el compositor  vasco Francis López le llevó al mundo de la opereta en donde consiguió grandes éxitos con una Francia rendida a sus pies: El cantor de Méjico, La belle au Cadix, o A Jamaica. Mariano Eusebio ya no se llamaba así, sino que había cambiado su nombre por el de Luis Mariano, mucho más sonoro,  y como tal es recordado, sobre todo en Francia porque en España, país de machos sin tara, el que apareciera en fotos con un caniche hacía que no diera la talla en hombría. Otra cosa hubiera sido si hubiera aparecido pegándole palos al caniche: entonces nadie hubiera dudado de su virilidad. Luis Mariano se hizo una casa, muy vasca como él, en Arcangues, y la bautizó como Marianoko Etxea. La muerte se lo llevó con tan sólo cuenta y seis años, pero su voz sigue sonando para los que amamos la música. En su funeral, hasta tuvo el buen gusto de que le cantaran el Réquiem Perosi. Ídolo de los franceses, tal y como ya he dicho antes, el gran tenor francés Roberto Alagna le ha dedicado hace poco un disco para que las nuevas generaciones francesas conozcan su repertorio. Aquí con la OT y con La Voz nos conformamos.


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