domingo, 18 de octubre de 2020

LOS TORNADIZOS ATENIENSES Y PERICLES

 


Conviene, en estos tiempos  horrorosos de pandemia, leer cómo lo soportaron otros que también padecieron tristes pestes. El caso de Atenas ya lo hemos traído a colación y volvemos hoy a sacarlo para hacer un pequeño comentario de cómo el pueblo se acabó cansando de Pericles y casi, casi le culpaban de la epidemia y de los males de la guerra pues es menester recordar que la terrible peste se abatió sobre Atenas en medio de la Guerra del Peloponeso que el pueblo venía sufriendo durante muchos años.  Y , ahora, encima, una terrible peste que hacía que personas y animales murieran por las calles. Pericles dirigió un discurso muy duro al pueblo que nos recoge el gran Tucídides. Entre otras cosas les dijo:

         “Conmovidos por la desgracia de vuestras casas, os despreocupáis de la salvación común y me hacéis a mí responsable que soy el que os animé a luchar. Yo soy el mismo, yo no he cambiado. Vosotros, en cambio, sí que habéis cambiado pues sois de naturaleza mudable. Lo que ha pasado es que os dejasteis convencer cuando nada os había ocurrido, pero, sin embargo, ahora os arrepentís cuando os ha alcanzado la desgracia.

         Esa idea de que el pueblo es tornadizo la recoge Shakespeare en su Marco Antonio.

         Os dejo el texto griego cuando Pericles afirma su inmutabilidad frente al pueblo y sus veleidades:

καὶ ἐγὼ μὲν ὁ αὐτός εἰμι καὶ οὐκ ἐξίσταμαι· ὑμεῖς δὲ μεταβάλλετε, ἐπειδὴ ξυνέβη ὑμῖν πεισθῆναι μὲν ἀκεραίοις, μεταμέλειν δὲ κακουμένοις,(…)

         Fijaos en ese verbo, μεταβάλλετε, referido a los muy tornadizos atenienses y el καὶ ἐγὼ μὲν ὁ αὐτός εἰμι καὶ οὐκ ἐξίσταμαι, “yo soy el mismo y no cambio” que nos describe la pétrea actitud de Pericles.

         Y, sobre todo, pensemos en nosotros mismo en estos días terribles en que seguimos soportando la peor pandemia en muchos siglos. ¿Somos acaso también nosotros tornadizos como los atenienses del siglo V? Ya me contaréis.

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