domingo, 23 de abril de 2023

 


Se escogió el 23 de abril para celebrar el Día del Libro porque es la fecha en la que fallecieron Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Gómez Suárez de Figueroa, renombrado como el Inca Garcilaso de La Vega. Aunque los tres ilustres autores murieron en 1616, no lo hicieron exactamente el mismo día. En el caso de Cervantes murió el 22 y el 23 fue cuando se le enterró, mientras que la fecha del fallecimiento del dramaturgo inglés corresponde al calendario juliano, pero en el gregoriano, que era el que estaba vigente en España, serían unos días después, el 3 o 4 de mayo. Lo más curioso es que el dramaturgo inglés también había nacido un 23 de abril de 1564 en Stratford-upon-Avon. Es decir, que murió el mismo día de su cumpleaños. También un 23 de abril nacieron o murieron otros personajes importantes de la literatura como Vladimir Nabokov (aunque realmente nació un 22 de abril en San Petersburgo), escritor ruso que escribió en inglés sus conocidos éxitos (Lolita, Ada o el ardor, Habla, Memoria por citar tan sólo tres y cometer una injusticia de lesa literatura); Josep Pla, uno de mis señores feudales en literatura, que murió en su masía de Llofríu (Gerona) un 23 de abril de 1981,  y Manuel Mejía Vallejo, escritor colombiano, Premio Nadal, que nació un 23 de abril de 1923 en Jericó, Colombia.

Sabido es que los catalanes celebran su Sant Jordi y que es el día de regalar un libro y una rosa. San Jorge es un trasunto medieval de Perseo liberando a Andrómeda, pero eso da para otra entrada. También, no lo olvidemos, se celebra en Aragón pues San Jorge era el santo protector de la Corona de Aragón.

Por si fuera poco, en Castilla y León, celebramos la derrota de Villalar cuando los Comuneros fueron vencidos por las tropas del “extranjero” Carlos I. Es curioso esto de celebrar una derrota, pero Castilla y yo somos así, señora.  Ortega señaló con acierto ( como siempre) que Lucano, sobrino de Séneca y, como él, cordobés, escribe su obra, primer poema épico de un hispano, sobre la derrota de Farsalia. Se conoce que eso de celebrar derrotas es algo genético por la piel de toro.

Que yo recuerde, el 23 de abril, ya no se celebra nada más. Bueno, sí, es el cumpleaños de mi tío Fernando, pero no creo que eso quede en la historia salvo en la historia personal de él y su familia que estarán gozando de las hermosas vistas del monte Louro allá por la ría de Noia, en Portosón. Los hay con suerte aunque sea inmerecida.

 

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