martes, 31 de agosto de 2021

LA GRANDEZA DE PÍNDARO

 


Μή, φίλα ψυχά, βίον ἀθάνατον σπεῦδε,

τὰν δ’ἔμπρακτον ἄντλεῖ μαχανάν.

 

                ¡Qué hermosos versos estos que nos regala Píndaro en su Pítica III! No cabe más comentario que mi humilde traducción/traición de humilde profesor de lenguas muertas (pero muy vivas en los corazones cultos). Por cierto, con esta maravillosa cita, Paul Valery encabeza su Cementerio marino, pero eran otros tiempos. Pero vamos con la traducción:

No busques, alma mía, una vida inmortal; por el contario, apura el recurso hacedero.

        Si toda la filosofía después de Platón son notas a pie de página, puedo decir lo mismo de toda la poesía después de Píndaro. Es exagerado, pero su “miaja” de verdad tiene.

EL HABLA DE CANTABRIA

 


Vamos a tratar en esta entrada del habla de Cantabria a la que Pidal consideraba como un dialecto del leonés (téngase en cuenta que el erudito coruñés no hablaba de asturleonés) y que desde principios del siglo XX se considera como variedad del astur leonés como el mirandés, el habla de Sayago o los diferentes dialectos asturianos.

         Lo encontramos tempranamente en los Cartularios de Santo Toribio de Liébana que recogen documentos desde el siglo VIII al XIV:

         damos et otorgamos a vos don Pedriu, el çapateru de Puxayo (…)

         pero también en los cartularios de Santa María de Piasca, Santa Juliana de Santillana o Santa María del Puerto.

         No podemos entrar, como es lógico, con mucho detalle en los aspectos fonéticos, pero sí hablaremos de algunos:

 

a)      Terminaciones en –u que provienen de la pérdida de la m final latina en los acusativos singulares:

CORVUM  > CUERVU

         En esta palabra, encontramos otra característica del montañés que será la segunda característica: que

b)    al igual que en castellano la o breve tónica latina diptonga. Este resultado lo aleja del gallego (corvo) y lo acerca al aragonés y el occitano en donde también hay diptongación.

c)     Sin embargo, frente al aragonés, al occitano o al propio asturleonés esta o breve tónica no diptonga ante L+ yod. Ejemplo:

 

FOLIAM > hoja ( como en castellano), pero, ¡ojo! fueya en astur leonés. Y también nos sirve como ejemplo:

OCULUM > oju, pero no güeyu que es el resultado asturleonés.

 

d)   La aspiración de la j /j/ e incluso de la h inicial con una /gh/ muy parecida a la de la geada gallega:

 

caja  [cagha]

hacha [ghacha] o hachu [ghachu] en el Valle de Polaciones.

 

Mucho más podríamos hablar del montañés, pero tan sólo os voy a decir que existen cinco zonas en Cantabria diferenciadas:

a)    Liébana: tiene parecido con el asturleonés.

b)    Nansa, Saja y Besaya: Es el núcleo “duro” del montañés con las evoluciones más “puras”.

c)     Pas: Se habla un cántabro con características pasiegas propias.

d)   Trasmiera: Tiene sus propias características dialectales.

e)     Agüera: Tiene algunos rasgos del vecino vascuence.

f)      Campoo: Tiene rasgos del castellano antiguo mezclados con el montañés.

 

El tema da para mucho, pero hace una hermosa mañana y hay que aprovechar los últimos días de vacaciones. Os recomiendo que leáis alguna cosilla sobre el cántabro porque es amena y os hace amar un poco más a Cantabria. Os voy a poner un texto de Miguel Solís Santos, tal y como aparece en la Wikipedia, en asturiano, cántabro y castellano:

 

a) Un españíu fizo tremar el fayéu.

b) Un españíu jizo temblar el jayal

c) Un estallido hizo temblar el hayedo.

 

Y, para terminar, un fragmento de Peñas arriba, mi muy admirada novela de mi más admirado Pereda:

 

“a las primeras celleriscas que vengan, o la primera res que jocique una miaja pa lamberse estus verdinis, se esborrega el moríu por aquí”

o lo que es lo mismo en castellano:

 

“ a las primeras ventiscas que vengan o a la primera res que hociquee un poco para lamer estos verdines, se desmorona el muro por aquí”.

 

     Claro que también podemos decir como el ínclito Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria:

“El cántabro sólo es castellano mal hablado”

     Lo dijo Blas, punto redondo.

LA REVUELTA DE JONIA. LAS GUERRAS MÉDICAS (I)

 


Aristágoras  subió lentamente para arengar al pueblo. Se había convertido en el tirano de Mileto cuando su tío Histieo se convirtió en consejero de Darío I. Le gustaba ser tirano de tan hermosa ciudad  de Asia Menor, la ciudad de Tales,  y quería hablar al pueblo de cómo la isla de Naxos se había rebelado, había expulsado a los tiranos filopersas que la gobernaban y sus habitantes habían instaurado un régimen más o menos democrático. Desde la improvisada tribuna de un templo, con los pies en el estilóbato, anunció al pueblo que las gentes de Naxos le habían solicitado ayuda y él había aceptado a cambio de convertirse también en tirano de la isla. El pueblo voluble y maleable aceptó la propuesta de Aristágoras y éste envió un mensajero a Artafernes, sátrapa de Lidia y hermano de Darío I para que se hiciera su aliado en la conquista de Naxos. Tan pronto como llegó el mensajero y le reveló su mensaje, Artafernes  envió otro mensajero a su hermano que aceptó de buen grado siempre y cuando la expedición fuera comandada por el persa Megabates. No fue del agrado del milesio esta condición, pero la acabó aceptando. Al fin y a la postre, algún precio habría que pagar por ser el líder de aquel territorio tan cargado de historias mitológicas.  La revuelta de la isla cicládica había tenido lugar en el año 502 a. C y corría el año 501 a. C cuando la expedición partió para conquistarla y ponerla bajo el mandato de Aristágoras. Sin embargo, los temores del milesio se cumplieron y Megabates lo traicionó avisando a los habitantes de la isla de que una flota se acercaba para conquistarles. Aristágoras, en la soledad de su cámara, se llenó de una rabia que no podía controlar y pensó en lo acertado que estuvo al desconfiar de aquel persa maldito. Ya no había remedio y la noche lo contemplaba con las manos en la cabeza, buscando enfebrecido una manera de vénganse de aquellos traidores.

         Todo había comenzado muchos años atrás cuando las ciudades griegas de Asia Menor pertenecían al reino de Lidia y, pagando un tributo a Creso, podían vivir en paz. Sin embargo, en el año 546 a. C este monarca fue derrotado por Ciro y aquellas ciudades cultas y prósperas pasaron a formar parte del imperio persa o aqueménida. Darío I, el sucesor de Ciro, gobernó aquellas ciudades con un gran sentido del tacto y de la tolerancia aunque, hábilmente, apoyó a los fenicios, aliados de los persas y enemigos de los griegos. Además, los jonios sufrieron tres duros reveses: la toma de Naucratis en Egipto, la conquista de Bizancio y la caída de Síbaris, ciudad conocida por su lujo y por su riqueza.

         Aristágoras, molesto por haber sido traicionado por Megabetes y herido por la toma de estas ciudades, decidió movilizar a las ciudades jonias contra los persas. Corría el año 499 a. C y el tirano milesio decidió pedir ayuda a los griegos del otro lado del mar que no dejaban de ser sus hermanos. Pero a su llamada tan sólo contestaron Atenas y Eretria; Esparta no quiso saber nada.

         Aristágoras empezó ganando y redujo a cenizas Sardes, la capital de la satrapía de Lidia,  mientras la flota tomaba Bizancio y la liberaba de las manos persas. Pero Darío no se quedó con las manos cruzadas y envió un ejército que venció a los griegos en Éfeso y una flota que hundió a la flota helena en la batalla de Lade. Los persas sofocaron la revuelta griega y fueron recuperando, una por una, todas las ciudades jonias. También arrasaron Mileto y sus habitantes fueron enviados  como esclavos a Mesopotamia. El ambicioso sueño de Aristágoras, aquel que tuvo una tarde mirando desde la playa cómo el sol se ponía en el mar, acabó mal pues Darío I inició una represión de aquellos que habían ayudado a los griegos. Pero esto os lo cuento en la próxima entrada.

jueves, 19 de agosto de 2021

EL INCENDIO DEL PALACIO DE DIOCLECIANO Y EL INCENDIO DE LA REICHSTAG

 


¿Os acordáis del incendio de la Reichstag del que hablamos hace unos días? Seguro que sí. Pues resulta que ni en eso fueron originales los nazis porque, muchos años antes, Diocleciano, emperador romano (siento el pareado,  pero no lo puedo evitar) tuvo una idea parecida con su palacio de Nicomedia: le prendo fuego,  luego le echo la culpa a los cristianos y así me los puedo cepillar con una causa. Bien es verdad que Galerio fue el que los culpó de manera formal y que Nicomedia ya había sufrido otro incendio en el siglo II después de Cristo del que habla Plinio el Joven. Como curiosidad, os diré que, según Plinio, el incendio se produjo porque no había bomberos ya que el emperador de turno, en este caso nuestro Trajano, rechazó la propuesta de la creación del cuerpo de bomberos por miedo a su influencia política. Pero me estoy marchando del tema. Volviendo al incendio y a la época de Diocleciano, fue a los cristianos a los que se culpó y el primero que cayó fue el pobre San Eleuterio     (que curiosamente en griego significa libre) que debía de pasar por allí, como el tal Marinus de la Reichstag, y lo mataron.

         Ya veis cómo la historia es vitae magistra y cómo no debemos olvidar nunca sus consejos si no queremos volver a caer en los mismos errores en los que, con todo y con eso, volvemos a caer porque ya sabéis aquello de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

EL GALLEGO DE LAS RÍAS BAJAS y III. EL SESEO

 


Ya para terminar con el gallego de las Rías Baixas, procedo a tratar del seseo, fenómeno que consiste en pronunciar de la misma manera los fonemas /s/ y /θ/. Estos fonemas en la áreas seseantes, no los podemos distinguir y se asimilan a la consonante fricativa alveolar sorda, /s/. Esto dicho en “culto” y para que se vea que soy filólogo, pero, para que nos entendamos y volviendo a las cigalas de la anterior entrada, es pronunciar de esta guisa:

         cigala  [θigála]  pronunciada como [sigála]

         Para terminar ya y no cansar, pongo otro ejemplo también con cigalas:

-         Póñame unhas cigalas e duas gaseosas pra comer.

 

En el gallego normativizado de la Xunta se pronuncia:

 

-         [Póñame unas θigálas e dúas gaseósas para comér]

 

Sin embargo, en las Rías Bajas, se pronunciaría así:

 

-         [Póñame unas sighalas e dúas ghasesosas pra comeré]

 

En esta última transcripción podéis encontrar los tres fenómenos de los que he venido hablando en estos días: la gheada, la e paragógica y el seseo que es el fenómeno lingüístico del que os quería hablar hoy.

 

 

LOS PUTOS TALIBANES

 

Hay una película maravillosa que os recomiendo vivamente: la fuente de las mujeres de Radu Mihaileanu . En ella se cuenta los avatares de unas mujeres del Marruecos profundo cuyos “machos” no quieren traer el agua a la aldea para que las mujeres sigan cumpliendo con la “tradición”. Y,  claro,  también formaba parte de esta tradición el ir veladas porque, como sabéis, la mujer es “fuente de pecado”. Una de las mujeres, que, como ocurre en los cuentos y en las fábulas, es la más vieja,  le dice a su macho: “Nosotras no somos fuente de ningún pecado: el pecado está en vuestros ojos”. Señora, no se puede decir mejor.  Viene esto a colación porque los talibanes, que significa “estudiantes”, obligan a las mujeres a ir con burka para “evitar el pecado”, pero no ven pecado en asesinar, en amputar manos o en condenar a la mujer a una condición de presidiaria. Estos estudiantes deberían estudiar algo más  y leer el Corán con mayor atención porque el dios en el que creen no les manda hacer lo que hacen. Sus prohibiciones no parten de Alá, sino de sus mentes corrompidas por el deseo de venganza, por el odio, por el deseo de sangre. Su visión la mujer es una visión de alguien que tiene el pecado dentro de su corazón y que por eso ve pecado en la belleza. Los talibanes son unos enfermos de odio, son asesinos que buscan la sangre y, sobre todo, gentes que culpan de sus taras psíquicas a su dios. También el catolicismo usó el nombre de Dios para cometer barbaridades, pero supimos, poco a poco, ir separando lo que mandaba un corazón asesino de lo que mandaba Dios. Estas pobres gentes, estos asesinos baratos no tienen más dios que la sangre, que la venganza, que el odio. Mientras en Occidente vamos abjurando de nuestros valores- valores que han configurado nuestra historia-,  y dejando un vacío cultural, ellos se afianzan en la cultura de la sangre y ven todos los pecados del mundo menos el propio. ¡Dejad a dios en paz, asesinos callejeros, y entrad en vuestro corazón podrido de odio y de pecado! ¡Tapaos vuestros rostros vergonzantes con un burka de hojalata! Y, sobre todo, ¡dejad al pueblo afgano vivir en paz! No merecéis sino el desprecio de todos los dioses del mundo.





miércoles, 18 de agosto de 2021

EL GALLEGO DE LAS RÍAS BAJAS. (II) LA E PARAGÓGICA

 


Para hablaros de la e paragógica, un servidor que no es Menéndez Pidal porque no puede, prefiere contaros unos recuerdos de la infancia en Lapamán. Bien me acuerdo de que había unas niñas, las hijas de Lola,  la del aparcamiento;  la misma Loli, hija de Fina, de la que ya se ha hablado en este blog, y hasta una prima del marido de Loli, el mejor maestro asador de la ría, cuyo nombre era Finita, una niña rubia y muy divertida. Todas hablaban de esta manera tan hermosa:

-         Imos comere ( Vamos a comer)

-         Voume bañare (Me voy a bañar)

-         Teño que bebere (Tengo que beber)

 

Yo por entonces no había leído a Menéndez Pidal y no sabía nada sobre esa e paragógica que Pidal define como un metaplasmo, pero que yo no lo haré por no ofender la memoria de estas tiernas rapazas, aparecía en el Cantar del Cid. Tampoco ellas lo sabían ni falta que nos hacía porque allí estaba el azul de la ría, el horizonte con la isla de Ons y una playa de arenas finísimas como un azúcar celeste. ¡Ya me diréis para qué queríamos nosotros un metaplasmo!