jueves, 25 de enero de 2018

EL CODEX AESINAS Y HEINRICH HIMMEL


¿Qué razón tenía Heinrich Himmler para enviar un destacamento de la SS a Italia para encontrar un códice al que se conoce como Codex Aesinas?  Sabemos que el lugarteniente de Hitler era muy dado a “curiosas” expediciones como la que hizo al Monasterio de Montserrat mientras su amo y señor estaba hablando con Franco en un vagón de tren en la estación de Hendaya. Sabemos también que, en aquella ocasión,  buscaba el Santo Grial por la similitud entre Monsteserrat y el Monserrate wagneriano. Los nazis eran dados a la búsqueda de este tipo de reliquias y a sí, junto al manuscrito citado, andaban también buscando la lanza que hirió el costado de Cristo. Pero, volviendo con nuestra historia: ¿qué contenía ese códice? Pues, ni más ni menos que la Germania de Tácito en la que Himmler había leído, supongo que traducido al alemán, el siguiente texto:
"Estoy casi convencido de que los germanos son indígenas y que de ningún modo están mezclados con otros pueblos [...]. Al no estar degenerados por matrimonios con ninguna de las otras naciones, han logrado mantener una raza peculiar, pura y semejante solo a sí misma; de ahí que su constitución física, en lo que es posible para un grupo tan numeroso, sea la misma para todos: ojos fieros y azules, cabellos rubios". (Traducción de José María Requejo)
         A Himmler se le alegró tanto el pajarito de la xenofobia que apuntó en su cuaderno:
"Volveremos a ser como éramos",
         Y, ¡hala, persona que no era de esa guisa se le mandaba a las cámaras de gas en un quítate de ahí esas pajas!
         ¡Pobre Tácito! ¡Cómo se iba a imaginar que con esta obra que escribió se iba a convertir en texto de cabecera de unos perturbados!
         Tácito se adelantó a su los nazis con espíritu visionario y así retrata el amor de los germanos por los sacrificios humanos (Auswitz es un ejemplo); de los costumbres tan salvajes que tenían o de su “afición “ a la bebida (el Oktoberfest nos sirve de ejemplo) y a la poca higiene ( Esto lo desconozco).
         Si es que estos nazis no me leen nada, como diría el irrepetible don Enrique Tierno Galván.

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