sábado, 13 de enero de 2018

LAS MURRIAS Y RAREZAS DE LOS PLATONES





Siempre, desde muy pequeño, oí hablar de las rarezas de los Platones y, sobre todo, las viví. Me creía yo ajeno a ellas, pero, con el paso de los años, los genes Platón han empezado a hacer de las suyas y ya las empiezo a sentir.

¿Qué son las rarezas de los Platones? Pues una murria extraña que nos viene de vez en cuando y que nos hace andar un tanto tristes y cabizbajos, comer en estado meditativo ( en casos extremos, dejar de comer) y tener abominación al ruido. Luego, cuando la nube de melancolía pasa, volvemos a ser más o menos normales y hasta algunos dicen que buenas personas. Investigando por algunos viejos libros de historia y por legajos cosidos “a diente de perro” he descubierto algunas cosillas que podrían explicar estas rarezas. Pues resulta que los Platones provenimos de Guipúzcoa y que, allá por el siglo XV  se mezclaron en el brote herético que surgió en el Duranguesado. Parece que estos herejes estaban relacionados con los fratricelli  italianos y que todo arrancó con Alonso de Mella tal y como dice don Carmelo Echegaray: Siendo este niño (Alfonso de Mella), fue su padre a Italia con su familia...donde permaneció bastantes años. Se sospecha de que allí vino Alfonso contaminado de los errores de los fraticelos...vino a Durango a realizar sus perversas ideas...sus dos errores fundamenrtales, es decir: comunidad de bienes y de mujeres...

         El doctor. Montalvo en su Comentario al fuero real, dice: Item nunc nostris temporibus in dominatione Vizcayae, quidam vizcayni sunt de haeresi damnati; non tamen propter hoc omnes illi sunt universaliter haeretici. Así lo traduzco al castellano:  Ahora también en nuestra época, en la zona de Vizcaya, algunos vizcaínos han sido condenados de herejía; sin embargo, no por esta razón todos ellos ( los vizcaínos) son en su mayoría herejes. Estos herejes se adelantaron a la Reforma de Lutero y po una causa u otra, los Platones estuvimos entre aquellos protestantes avant la lettre  y con ellos nos tuvimos que marchar hacia el sur, nunca mejor dicho, huyendo de la quema : En agosto de 1444 fueron quemadas trece personas y otras muchas se retractaron. Alfonso y un grupo de mujeres logró escapar hacia Andalucía y, más tarde hacia el norte de África.

         Pues los Platones, en ese viaje,  huyendo de la persecución, se llegaron a Boecillo y en él se establecieron a principios del siglo XVI tal y como se podría atestiguar en los libros perdidos de la parroquia de Boecillo, pero que se atestigua en los conservados desde principios del siglo XVII.

         Y contada esta historia, ¿no pensáis que quizás esas murrias de los Platones nos vienen por nuestra condición de perseguidos, de huidos de los valles ubérrimos del norte, de exiliados del paraíso de montañas  y prados?¿No vendrán las rarezas de ese miedo de nuestros antepasados a que los prendieran (valgan los dos sentidos)?¿No seremos un poco raros porque tenemos la melancolía del errante?

         En fin, lo dejo porque el asunto hace que me ponga triste, con una de esas murrias de los Platones…

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