domingo, 20 de diciembre de 2020

RAMÓN DE ALGECIRAS

 


Hace unos meses tuve que dejar asqueado de ver el programa que en la primera cadena le dedicaron a Paco de Lucía. Con algunos invitados que no sabían casi nada del algecireño, nadie habló de su hermano Ramón de Algeciras, el hermano de Paco y, como él, gran guitarrista. Cierto es que en la familia Sánchez Paco fu toda una galaxia, pero también hubo otras estrellas que lucieron y lucen como su hermano Pepe de Lucía y el gran Ramón de Algeciras que, cuando se le presta oídos, se reconocen en él muchas de las maneras  del toque de su hermano Paco. Ramón tocó con Mairena, con Marchena o con la Niña de los Peines;  también acompañó durante más de diez años a Juanito Valderrama y a Camarón de la Isla. Ramón fue un gran guitarrista que nos abandonó en el 2009, con setenta y un años. Había nacido, como los demás integrantes del clan “de Lucía” en Algeciras, hijos de Antonio Sánchez Pecino y de Lucía, una portuguesa de Castromarim, al otro lado del Guadiana. Fue Ramón el que acompañó a su hermano en el Teatro Real en 1975 y, que yo sepa, fueron las primeras guitarras flamencas que tocaron en ese teatro.. Pues,  ya veis, pese a ese curriculum, Ramón fue “olvidado” en ese terrible programa y creo que, si se habló de Pepe, fue por el ser el padre de Malú y no por la valía ( y grande) que tiene como cantaor flamenco. Los “hijos de la portuguesa”, como los llamaban en Algeciras, tuvieron un gran éxito allá por el comienzo de los sesenta con el grupo Los chiquitos de Algeciras con el que llegaron a ganar el Concurso Internacional de Jerez dela Frontera en 1962.

         Era necesario este recuerdo a Ramón de Algeciras, guitarrista de dedos rápidos y falsetas hermosas, de lirismo andaluz y de trémolos de campanillas, de alzapúas sonoros y de picados endiablados. Habían bebido Paco y Ramón de la misma fuente y se les notaba. Quisiera terminar con los jaleos que se escuchan en un disco de Paco, el primero, Fuente y caudal, en donde un palmero les dice emocionado” Ole Paco,  Ramón, vivan los maestros de la guitarra”. Pues eso.

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